John Giorgi utiliza la inteligencia artificial para hacer inteligencia artificial.

Este informático de 29 años crea software para una empresa emergente del sector sanitario que registra y resume las visitas de los pacientes para los médicos, lo que les ahorra las horas dedicadas a mecanografiar las notas clínicas.

Para ello, Giorgi tiene su propio ayudante que le ahorra tiempo:

un asistente de codificación de IA.

Toca unas teclas y la herramienta de software le sugiere el resto de la línea de código.

También puede recomendar cambios, obtener datos, identificar errores y realizar pruebas básicas.

Aunque la IA comete algunos errores, muchos días le ahorra hasta una hora de trabajo.

“Ahora no podría imaginarme trabajar sin ella”, comentó Giorgi.

Ese sentimiento es cada vez más común entre los desarrolladores de software, que están a la vanguardia de la adopción de agentes de IA, programas asistentes diseñados para ayudar a los empleados a hacer su trabajo en campos como la atención al cliente y la fabricación.

La rápida mejora de la tecnología ha ido acompañada de advertencias funestas de que la IA pronto podría automatizar millones de puestos de trabajo, y los desarrolladores de software han sido identificados como objetivos principales.

Pero lo que hay en el horizonte para los desarrolladores de software es más bien evolución que extinción, según ingenieros de software experimentados, analistas del sector y académicos.

Ismail FoFana, graduado de un programa de formación laboral sin ánimo de lucro Per Scholas, dijo que su formación hasta ahora le ha hecho considerar a la Inteligencia Artificial "definitivamente más amiga que enemiga". Foto Elias Williams para The New York TimesIsmail FoFana, graduado de un programa de formación laboral sin ánimo de lucro Per Scholas, dijo que su formación hasta ahora le ha hecho considerar a la Inteligencia Artificial “definitivamente más amiga que enemiga”. Foto Elias Williams para The New York Times

Durante décadas, mejores herramientas han automatizado algunas tareas de codificación, pero la demanda de software y de las personas que lo crean no ha dejado de aumentar.

En su opinión, la IA acelerará esa tendencia y elevará el arte y el oficio del diseño de software.

“Las habilidades que necesitan los desarrolladores de software cambiarán significativamente, pero la IA no los remplazará por completo”, afirma Arnal Dayaratna, analista de IDC, una empresa de investigación tecnológica. “Al menos, no a corto plazo”.

Las perspectivas para los ingenieros de software dan una idea del impacto que la IA generativa (la que sustenta chatbots como ChatGPT de OpenAI) puede tener en los trabajadores del conocimiento de toda la economía, desde médicos y abogados a directores de marketing y analistas financieros.

Las predicciones sobre las consecuencias de la tecnología son muy variadas, desde la desaparición de sectores enteros de la población económicamente activa hasta la hiperproductividad como elixir para el crecimiento económico.

Estas diversas opiniones sobre la IA generativa, que ya puede conversar con fluidez similar a la humana y crear imágenes y videos realistas, reflejan incertidumbres básicas:

¿cuán rápido mejorará la tecnología?

¿Y hasta dónde puede llegar?

El director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, causó alarma entre los desarrolladores el mes pasado cuando predijo que la tecnología de IA igualaría en algún momento de este año el rendimiento de un ingeniero de software de nivel medio, aunque más tarde sugirió que podría liberar a los desarrolladores humanos para ser más creativos.

La mayoría de los ingenieros de software hacen mucho más que producir código; diseñan productos, eligen lenguajes de programación, resuelven problemas y recogen opiniones de los usuarios.

Aun así, casi dos tercios de los desarrolladores de software ya utilizan herramientas de codificación de IA, según una encuesta de Evans Data, una empresa de investigación.

Según los ingenieros de software, los ayudantes de codificación de la IA son cada vez más capaces y fiables.

El progreso se ve impulsado por la gran cantidad de datos de alta calidad que se utilizan para entrenarlos:

carteras de software online, sitios web de preguntas y respuestas sobre codificación, documentación e ideas para resolver problemas publicadas por los desarrolladores.

Así, el software de IA puede generar resultados más precisos, y muchas menos “alucinaciones” caprichosas con información falsa o sin sentido, que un chatbot entrenado con la cacofonía incoherente de Internet en su conjunto.

“La IA afectará profundamente el trabajo de los desarrolladores de software y ocurrirá más rápido para su ocupación que para otras”, afirmó David Autor, economista laboral del Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Las grandes empresas tecnológicas y los principales proveedores de software empresarial, como IBM y Salesforce, se apresuraron a ofrecer programas de codificación asistida por IA.

Microsoft, que lanzó su agente GitHub Copilot en 2021, es el primer líder comercial, según los analistas.

Muy pronto, la IA podría escribir entre el 80 y el 90 por ciento del código creado por los desarrolladores corporativos, según Thomas Dohmke, director general de GitHub, un sitio para desarrolladores propiedad de Microsoft.

Explicó que el papel del desarrollador humano pasa a ser el de guiar y dirigir a los agentes de IA:

“el director de una orquesta potenciada por la IA”.

Algunos programas de formación laboral están tomando medidas rápidas para adaptarse a la era de la codificación de la IA.

Per Scholas, una organización nacional sin ánimo de lucro que prepara a trabajadores de ingresos bajos para carreras en el sector tecnológico, revisó su plan de estudios el año pasado.

El programa de formación (una mezcla de instrucción online y presencial) ofrece ahora un curso de “fundamentos de la IA”.

Luego, después de que los estudiantes de ingeniería de software aprenden todos los fundamentos de la programación, adquieren experiencia práctica en el uso de un asistente de IA para escribir aplicaciones de software.

“Los animamos a que lo adopten y comprendan su importancia, porque la IA es prácticamente necesaria para ser relevante en el mercado laboral del futuro”, afirma Bolaji Saibu, vicepresidente de Per Scholas que supervisa el diseño de los cursos.

Ismail FoFana es uno de esos estudiantes, que ahora cursa un programa de seis meses de clases en Per Scholas, seguidos de un año de aprendizaje dirigido por PeopleShores, una organización de formación para el empleo, en colaboración con Accenture, una empresa de consultoría y servicios tecnológicos.

FoFana, antiguo gerente de restaurante, compartió que su formación hasta ahora le había hecho ver a la IA “definitivamente más como amiga que como enemiga”.

Describe a su compañero de trabajo de IA como parte asistente y parte profesor.

Ahora que es principiante, puede hacerle preguntas de codificación para aprender por sí mismo, lo que le permite contribuir más rápidamente en los equipos de desarrollo y mantenimiento de aplicaciones con los que trabaja en Accenture.

En cuanto a las habilidades que necesitará en el futuro, FoFana se hace eco de los consejos de ingenieros de software y académicos veteranos.

Opinan que los fundamentos de la informática seguirán siendo cruciales.

Pero el dominio de un determinado lenguaje de programación, por ejemplo, importará menos.

“La creatividad, el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comunicación y la empatía son habilidades que las personas tendrán que cultivar en el futuro para ser más eficaces”, indicó FoFana.

“Y, por supuesto, aprender a manejar las herramientas de IA”.

c.2025 The New York Times Company



Fuente Clarin.com

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