A veces, la vida parece trazar un camino claro, con desafíos y logros por cumplir. Para Luis Peña Crescioni, ese camino estaba en la NASA, donde trabajaba diversos proyectos que tocaban las fronteras del espacio. “Entrar a la NASA era una de las metas que había tenido toda mi vida, uno de mis sueños”, contó orgulloso.

Sin embargo, detrás de la rigurosidad de las fórmulas y los cálculos, había una pregunta que lo inquietaba: ¿Qué pasa cuando el sueño más grande no es suficiente?. Sin mirar atrás decidió dejar su trabajo en la agencia espacial y explorar el mundo. Hoy, además de viajar, redefinió lo que es encontrar un verdadero propósito. Se propuso una nueva meta que es conocer todos los países del mundo y ya lleva más de 80.

Uno de los últimos viajes que hizo fue a Egipto, donde celebró sus 30 años y con sus amigos entonó la canción “Café con Ron”, de su compatriota Bad Bunny, con un hermoso atardecer de color naranja intenso y las famosas pirámides que pertenecían a los faraones de fondo.

Cómo fue trabajar en la NASA y por qué lo dejó

Se recibió como Ingeniero Mecánico con honores en la Universidad de Puerto Rico y comenzó a trabajar para la NASA en Florida, Estados Unidos. Acerca de lo que fue desempeñarse como ingeniero en la agencia estadounidense contó: “Me sentía un nene chiquito todos los días. Éramos lo que en inglés se llama ‘space freakes’, amantes del espacio” y afirmó que “fue una experiencia hermosa porque me dio mucha creatividad en mis proyectos”.

La aventurera vida del ingeniero después de dejar la NASA.La aventurera vida del ingeniero después de dejar la NASA.

En la NASA trabajó en diversos proyectos para la Estación Espacial Internacional, misiones del Orion Spacecraft para la Luna y para Marte. Pero en ese momento ya se había dado cuenta que su pasión por viajar era tan grande que, mientras trabajaba en Florida, mensualmente viajaba a un país de Centroamérica para ampliar su repertorio cultural.

En 2021 se compró un pasaje en avión para ir hasta Panamá y se propuso el desafío de empezar a generar contenido en Youtube. Sus primeros videos tenían entrevistas con la gente del lugar, él contaba la historia de los lugares que visitaba y brindaba tips para quienes quisieran conocerlos. Con el tiempo, ese amor por obturar diversos aspectos de la realidad a través de un lente creció y realizó cursos de postproducción de video y fotografía en la Universidad Carlos III de Madrid, eso lo ayudó mucho a mejorar cada vez más su contenido.

El puertorriqueño pudo ver un montón de paisajes a lo largo del mundo.El puertorriqueño pudo ver un montón de paisajes a lo largo del mundo.

En el 2022, después de trabajar por un tiempo y ahorrar un buen monto, decidió renunciar al empleo que siempre había soñado tener y recorrió América del Sur durante un año. “Ahí comenzó mi aventura. Ese fue el gran proyecto de mi vida”, comentó. Conoció Argentina y fue el país en el que más tiempo pasó durante su gira de doce meses. Comenzó su recorrido por Buenos Aires, después fue a Córdoba (provincia que le gustó mucho), visitó el hermoso paisaje de Bariloche y cerró su estadía en Jujuy. “No sabía nada del Norte argentino, nunca había visto fotos. Cuando llegué, quedé encantado”, describió el trotamundos.

“Lo más lindo que me llevé de Argentina fue vivir como argentino”, mencionó el viajero y contó con firmeza qué lo cautivó de la cultura de nuestro país: “Lo que más me gustó fueron los domingos de asado, definitivamente”. También comparó la cotidianeidad de los argentinos con otros países del mundo y explicó que en otros lugares hay que ir a tomar alcohol para socializar, pero “en Argentina con un mate, un paseo en un parque o un buen asado un domingo la pasas espectacular. Eso es de lo más lindo que tienen los argentinos”.

En su visita a Río Cuarto, Córdoba pudo conocer las costumbres argentinas.En su visita a Río Cuarto, Córdoba pudo conocer las costumbres argentinas.

A pesar de lo difícil que fue abandonar el trabajo en la industria aeroespacial, habló de lo que significó tener la determinación para dejarlo: “La NASA era espectacular para aprender y me pagaban muy bien, pero me limitaba en lo que yo quería hacer en la vida”.También hubo un trasfondo familiar que superar cuando tomó la decisión: sus padres se pusieron tristes porque él había estudiado toda su vida, se sacaba muy buenas notas y daba muchas conferencias para perfeccionarse como ingeniero. “De un día para el otro les dije que lo quería dejar, pero me apoyaron”, sostuvo.

Aunque el cambio de rumbo parecía arriesgado, Luis reconoció que su alma le pedía algo diferente: “En la pandemia me di cuenta de que mi pasión de viajar sobrepasó la del espacio y la de la ingeniería. Siempre quise tener mi propio negocio y ser el creador de mi propia vida y mi propio sueño”.

A pesar de haberse alejado del mundo de las matemáticas, él destacó: “La ingeniería me dio mucha destreza y organización. Algo que aprendí siendo ingeniero y trabajando en NASA es definir las metas, a corto y largo plazo”, un aprendizaje que hoy le sirve para diagramar y planificar cada uno de los destinos que elige y disfrutarlos al máximo.

Entre las anécdotas que recopiló en los muchos kilómetros que ha sumado, contó una que él considera una “lección de vida”. El día que visitó la Torre de Pisa lo arrestaron porque pensaron que era un terrorista que había estrellado su dron contra el emblemático edificio inclinado. “Yo no tenía mi dron en ese momento. Cuando me llevaron me di cuenta que no sabía mis derechos y no sabía qué hacer, por eso es importante estudiar las leyes de los países que uno visita”. Afortunadamente, el hecho no pasó a mayores porque pudo explicar a qué se dedicaba, qué era lo que hacía y lo entendieron.

El viaje en el que conoció Italia y el día que pudo ver la Torre de Pisa.El viaje en el que conoció Italia y el día que pudo ver la Torre de Pisa.

Una de las cosas que Luis valora de su estilo de vida es que lo ayuda a abrir la mente. “Cada vez que voy a un país es una escuela nueva. A través de cada cultura puedo conocerme a mí mismo también”, comentó y recordó que en su infancia, la cual estuvo muy relacionada con las leyes eclesiásticas del catolicismo, le “enseñaron que esa era la verdad y la única verdad que hay”, pero cuando empezó a viajar por el mundo se dio cuenta de que hay muchas otras realidades y que el mundo es más lindo de lo que él pensaba. “Yo pensaba que el mundo era inseguro y muy peligroso. Me di cuenta que hay gente muy buena en este mundo”, argumentó él.

Otra de las cosas que más le gusta es poder conocer gente y hacer amistades en cada sitio al que va. El puertorriqueño enumeró los beneficios que encontró en su travesía: “Viajar por el mundo me ha dado mucho conocimiento, me ha hecho mejor persona y también me ha hecho más feliz”.

A mí me dijeron que viajar por el mundo era caro y de gente rica. La realidad no es así”, expresó Luis y contó que uno de los desafíos que tiene como creador de contenido es mostrar cómo se puede viajar con precios bajos y súper accesibles, además de contar la historia y mostrar la cultura de cada rincón del mundo que conoce, hacerlo de manera divertida. “Cuando conocemos la historia, nos cambia la perspectiva de todo. La historia está en la comida, en la cultura, en el dialecto y en las costumbres”, aseguró.

Actualmente vive en su país natal, pero se definió como “un ciudadano del mundo” porque pasa la mitad del año recorriendo distintos países. En un hemisferio inmenso que tiene colgado sobre la pared de su casa, Luis tiene marcados los 85 países que ha visitado y ya planea su próxima aventura. “Mi gran proyecto de este año es ir al sur de África y conocer 11 países”, adelantó.



Fuente Clarin.com

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