Facundo Lamonega, un contador de 36 años egresado de la Universidad Nacional de Bahía Blanca, dejó atrás su vida estable en 2018 para entregarse a la aventura de viajar sin ataduras. Desde entonces, recorre el mundo sin un destino fijo: se adapta, trabaja, aprende y, cuando finalmente se siente cómodo, vuelve a empezar en otro lugar. Con más de 20 países en su haber, este viajero incansable comparte su experiencia sobre las dificultades de emigrar, el choque cultural y consejos clave para quienes sueñan con reinventarse en otro rincón del planeta.

La historia de Facundo Lamonega como viajero comenzó en 2012, cuando pasó seis meses de intercambio en Asunción, Paraguay. Era su primera vez en un avión y fuera del país, pero lo marcó para siempre. Al regresar a Bahía Blanca, una idea comenzó a rondarle la cabeza: “No puede ser solo esto, tiene que haber más”. Se unió a la comisión que recibía estudiantes internacionales, pero en lugar de calmar su inquietud, solo avivó sus ganas de explorar. “Me cansé que la gente me cuente historias de afuera, yo quería vivir mi propia historia y en 2018 fue cuando me animé”, confesó.

“Una noche, solo en casa y aburrido, con un fernet en la mano, encontré una oferta de vuelo por 9.000 pesos y sin pensarlo saqué un pasaje para octubre de 2018″, contó el viajero. En ese momento, faltaban seis meses para el viaje, pero Facundo no tenía pasaporte ni idea de cómo sería vivir en otro país. “Fue más complicado de lo que pensaba”, admite hoy, con años de experiencia. Con el plan en marcha, tramitó el pasaporte, trabajó más horas como contador y ahorró cada peso posible. Sin embargo, se topó con un obstáculo común: no tenía ciudadanía europea. La solución llegó con una visa Working Holiday, pero aún hoy, cuando recuerda todo el proceso, se hace la misma pregunta: “¿Cómo puede ser que haya salido bien?”

Facundo posó con su título de contador, junto a su mamá y un amigo, durante la colación en la Universidad Nacional del Sur.Facundo posó con su título de contador, junto a su mamá y un amigo, durante la colación en la Universidad Nacional del Sur.

En el plano familiar dejar todo atrás fue más sencillo para Facundo. Perdió a su padre cuando tenía cinco años y en 2017 falleció su madre. “Soy hijo único, así que, en ese sentido, fue una decisión fácil porque nadie dependía de mí. Pero entiendo que para muchos el tema familiar pesa, porque se dejan lazos atrás”, reflexionó. Los últimos años de su madre fueron especialmente duros: estaba enferma, no podía trabajar y él se hizo cargo del hogar. “Cuando ella falleció, sentí que era el momento de hacer lo que realmente quería”, confesó.

Su primera parada fue París, Francia, donde pasó un año enfrentando un desafío inesperado: el idioma. “Es muy difícil. A veces uno cree que se come el mundo, pero el mundo te come a vos“, admitió. Hoy domina el francés y se ríe de aquellos primeros tropiezos. Con la experiencia a cuestas, tiene claro un consejo para quienes quieren emigrar: “Lo fundamental es tener la capacidad mental de proponerse desafíos, como aprender un idioma o un nuevo trabajo. Si haces eso, la migración cuesta un 50% menos”, afirmó.

Durante sus viajes, Facundo Lamonega se replanteó varias veces respecto a su decisión: “Varias veces me dije; ¿Cómo pasé de cerrar estados contables de empresas, hacer liquidaciones de IVA o ganancias a limpiar inodoros?”. El contador de 37 años reconoció que es un cambio de 180 grados y que la pregunta “¿Qué estoy haciendo de mi vida?” se le cruzó por la cabeza en muchas oportunidades. “En esos momentos, mi mentalidad era que, si bien no es lo que yo quiero hacer el resto de mi vida, me da los recursos necesarios para poder disfrutar de lo que yo quiero hacer”. Aparte, agregó: “Ser contador es algo que me gusta, pero nunca me apasionó del todo”.

En febrero de 2023, Facundo recorrió las Puertas del Cielo en Bali, Indonesia.En febrero de 2023, Facundo recorrió las Puertas del Cielo en Bali, Indonesia.

De Francia pasó a Dinamarca, que lo sorprendió por completo. Hasta el momento fue el lugar que más disfrutó: “Cuando trabajé como guía turístico en Copenhague me encantó”. Fueron dos meses que quedaron grabados a fuego en la vida de Facundo. Vino la pandemia y luego, debió volver a España para hacer los tramites de ciudadanía.

Antes de partir de Argentina, el viajero de 36 años había intentado hacer los papeles en la Embajada de España con sede en Bahía Blanca ya que es nieto de españoles, pero fue mal asesorado: “la persona que me atendió en la Embajada no me explicó nada, si me hubiera dicho, me hubiera ido directamente a España, tramitaba la residencia y al año y medio de haber viajado, ya tenía el pasaporte”. Finalmente, pudo hacer la ciudadanía cinco años después de haber emigrado.

Uno de los miedos más presentes en los viajeros es el sueldo. Facundo explicó que el básico en Europa está rondando los 1.400 euros y en caso de ser una persona sola, como el caso de él, alquilar una habitación sale entre 400 a 500 euros por mes. “Entonces, te queda un margen de ahorro importante. Estos números son de trabajos no calificados porque si ejerces una profesión, los sueldos son más elevados” aclaró. “Por ejemplo, en el lugar donde estoy me ofrecen alojamiento y comida gratis porque es trabajo de temporadas y entonces tiene beneficios”, detalló. Facundo está en un pueblito de Francia que se llama Chamonix en los Alpes Franceses, cuyo paisaje está lleno de montañas y los turistas concurren para disfrutar de la temporada de invierno.

Facundo Lamonega, que lleva su mate a todos lados, en Albufera, Valencia en 2012.Facundo Lamonega, que lleva su mate a todos lados, en Albufera, Valencia en 2012.

Una de las cosas más locas que le tocó vivir en estos siete años de mudanzas constantes y lugares nuevos fue descubrir Asia. “Estuve en Bali, en Bangkok, conocí ciudades totalmente diferentes en cuanto a cultura y fue sumamente hermoso”, expresó. Aunque también tuvo su parte negativa: “En Asia no conocen lo que es el espacio personal. Cuando estaba caminando por las calles de Bangkok, la gente me tocaba y te decían que vaya con ellos, ofreciéndote cosas”, relató el joven de 36 años.

Sin embargo, tanta mudanza le impidió a Facundo construir vínculos a largo plazo. “Me acostumbré a las despedidas, y lo malo de eso es que a veces no te involucras demasiado. Creo que, con el tiempo, me fui protegiendo”, contó. Aunque admite haberse enamorado, nunca se entregó por completo a una relación, porque sabe que, tarde o temprano, tendrá que irse.

Cuando le preguntó a Facundo si volvería a Argentina, el bahiense dejó abierta la posibilidad: “Argentina me sigue tirando porque no hay país como el de uno, pero hoy no tengo clara la respuesta”. Y agregó: “Todavía estoy descubriéndome. Si por algo nos reconocen a los argentinos es porque la luchamos en cualquier ambiente, y estamos preparados para todo. Me encantaría conocer todos los países del mundo, tengo ese lado aventurero que quiero desarrollar antes de plantar bandera”, concluyó.

El joven de Bahía Blanca, que le apasiona la fotografía, de trekking en 2019 en Cinque Terre, Italia.El joven de Bahía Blanca, que le apasiona la fotografía, de trekking en 2019 en Cinque Terre, Italia.

Consejos para los viajeros según Facundo Lamonega

Cuando se le pregunta al viajero de 36 años respecto a los tips que le daría a una persona que está pensando en dejar su país considera que cada uno debe vivir su propia experiencia. “Yo no me creo nadie como para asesorar porque soy uno más que lo intentó, y cada camino es totalmente diferente”, aclaró.

Sin embargo, Facundo sube contenido en su Instagram, a fin de ayudar a los posibles viajeros en su adaptación. Los puntos más importantes:

  • Si el pensamiento está en la cabeza no hay que ignorarlo que es peor”. El contador explicó que hay que darse tiempo para poder darle forma a esas ideas. Si uno ignora, podría sentirse frustrado en el futuro.
  • No hay que tomar decisiones apuradas”, afirmó. Para Facundo es crucial pensar los pasos a seguir y darse el tiempo para sentirse completamente seguro de lo que se quiere hacer.
  • “Va a haber mucha gente que te prometa descubrir América y ya fue descubierta”, expresó Facundo. Según él, es importante seguir el instinto porque siempre va a haber personas que digan cosas y “es mejor no dejarse influenciar por lo que dice todo el mundo” y hacer lo que realmente se quiere.



Fuente Clarin.com

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