En septiembre de 2022 un perro llevó hasta una cancha de fútbol de El Maitén, un tranquilo pueblo chubutense de unos 5.000 habitantes, la cabeza de un cadáver. El análisis reveló que se trataba de una persona de la que no había noticias desde junio de ese año.
La víctima era Aurelio Calfiqueo, de 72 años, quien había desaparecido sin dejar rastros. Para entonces, la policía y los vecinos buscaban con intensidad a José Crettón, de 18, de quien tampoco había noticias desde el 20 de junio.
A estos dos casos se sumaban los de Salvador Trino Paredes (74), desaparecido el 17 de febrero de 2020, y de José Real (74), del que nada se sabía desde el 4 de mayo de 2013.
El hallazgo de la cabeza de Calfiqueo y la falta de noticias sobre los otros tres hombres hizo pensar a algunos habitantes de El Maitén en la existencia de un asesino en serie.
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Aurelio Calfiqueo, según su hija, estaba desaparecido desde el 20 de junio de 2022. Una semana después, ella hizo la denuncia y comenzó un operativo de búsqueda con varios rastrillajes y resultado negativo.
El 16 de agosto, un vecino dio aviso de un hallazgo realizado por su perro cerca de una cancha de fútbol. El animal llevaba un cráneo. Los restos del cuerpo, sin signos de violencia, fueron encontrados en un campo ubicado a unos cinco kilómetros de la ciudad. La policía creía que se trataba de Crettón, pero las huellas dactilares confirmaron que era Calfiqueo.
La historia de José Crettón es la de un asesinato casi esclarecido, pero en la que falta el cadáver. Oriundo de Esquel, el joven se había mudado a El Maitén donde vivía cerca de una mujer 20 años mayor a quien habría conocido a través de las redes sociales.
Horas antes de su desaparición, su pareja, de nombre Marcela, denunció que su exmarido, Daniel Napal, había amenazado con matarlos. Napal había sido liberado en 2021 luego de cumplir una condena de siete años por abuso sexual de una menor de edad.
En base a este testimonio y a un audio en el que uno de ellos dice haber matado a Crettón, la policía detuvo a Napal y a su amigo Carlos Peinipil. Por años mantuvieron el silencio sobre el lugar donde escondieron el cuerpo del joven.
Durante el juicio se conocieron audios según los cuales Peinipil le dice a un tal González: “No creo que se pare el chico, porque le metieron dos tiros en la cabeza y le cortaron el cuello”. El autor de los disparos habría sido Peinipil y Napal quien le cortó el cuello.
A pesar de las búsquedas realizadas en la zona, el cuerpo de Crettón sigue sin aparecer. En diciembre de 2024, según el testimonio de Lucas Crettón, tío de la víctima, uno de los dos detenidos (Napal o Peinipil) habría dicho dónde está el cadáver a cambio de una mejora en la condena.
En tanto, a Paredes y a Real ya nadie los busca.