Vivir más y mejor ya no es solo un anhelo humano ancestral. Es, también, una causa política. Según un artículo del The New York Times, la búsqueda de la longevidad se ha convertido en un pasatiempo que si bien puede resultar costoso, expertos coinciden en que las estrategias más efectivas siguen siendo las más simples: comer bien, dormir, moverse y cultivar pensamientos positivos.

Esta idea en Argentina también tiene a su “referente”, el legislador porteño libertario, Ramiro Marra, que encausó un nuevo estilo de vida con un solo objetivo: vivir más. Lo dejó ver en la mesa de Mirtha Legrand: adelgazado, visiblemente cambiado, contó que incorporó “técnicas modernas” para mejorar su salud. En declaraciones públicas también mencionó que se interesó por estudios que aseguran que el ser humano podría estirar su esperanza de vida, en el mediano plazo, hasta los 140 años.

Por esa razón comenzó a cambiar su alimentación, entre otras cosas, ingiere un concentrado a base de cáscara de uvas, convencido de que la esperanza de vida humana podría extenderse.

Del otro lado del mapa, en el Caribe hondureño, sobre la isla de Roatán, funciona Próspera: una ciudad privada sin impuestos, con leyes propias y controlada por una junta de inversionistas. Aunque fue declarada inconstitucional por la Corte Suprema de Honduras, sigue operando como un experimento libertario que atrae capitales tecnológicos y promete eficiencia burocrática.

Allí, científicos realizan ensayos clínicos no autorizados por organismos como la Administración de Alimentos y Drogas (FDA por sus siglas en inglés), en busca de extender la vida humana. El proyecto está liderado por el economista alemán Niklas Anzinger, fundador de la comunidad Infinita, que combina biotecnología, una narrativa sobre la libertad individual y una filosofía tecnooptimista. Vivir más sin rendirle cuentas al Estado. Porque en esa zona solo mandan los inversores.

Anzinger simpatiza con los discursos de Javier Milei y Donald Trump, y ve a América Latina como un terreno fértil para exportar esta idea.“Yo podría estar haciendo negocios en Dubai, pero prefiero hacerlo aquí o en Latinoamérica, porque en Dubai ya todos son ricos, aquí mi trabajo tiene más impacto.”, dijo en referencia a países como El Salvador, Paraguay o incluso Argentina.

La “vida eterna”, en este nuevo credo libertario, ya no es cosa de dioses ni de las fuerzas del cielo.



Fuente Clarin.com

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