Ante un contexto de desesperanza, el salvataje de la humanidad se basa en construir la paz, la justicia social, la equidad, la salud y la libertad desde el amor y la educación. La dirección para transformar positivamente el tejido social y la vida de cada argentino, en relación con el ambiente, es cumplir con la Constitución, es el amor, la mano abierta y tendida. Los principios de la Constitución, el amor, la educación y la bondad son las dimensiones básicas de la nueva claridad que construye el Bien Común y une; sin violencias, en cualquiera de sus formas.
No hay bondad sin amor. El amor es el puente que debemos cruzar; es el hacer cotidiano para unir, para no ser indiferentes; es construir desde el amor y la bioética para no naturalizar injustificados e irracionales contextos de insensibilidad social, de deshumanización e indignidad. En el contexto actual, donde vemos una irracional e injustificada pobreza, debemos reflexionar sobre los impactos e influencias de los mensajes y expresiones que mediante insultos y agravios destilan y siembran odio y violencia, eso no es libertad de expresión, eso es barbarie e ignorancia. Un hacer positivo es abrir las puertas de la educación pública y gratuita, como valor, misión, deber y significado de políticas de Estado esenciales, trascendentales, transformadoras, inclusivas e integradoras. Sembrando escuelas un mundo mejor, más justo y menos violento, es posible. La educación pública y gratuita, en todos los niveles, es un derecho esencialmente humano que dignifica y transforma para construir pensamiento y libertad, con foco en la promoción sostenida de un justo y necesario desarrollo humano-cultural-educativo y socio-económico.
Damián Pablo Ballester / dpballester@hotmail.com
Las sesiones ordinarias y “un gobierno de chiquilines”
La falta de saludo televisado con la vicepresidenta, el maltrato final de Milei a su vice, las agresiones físicas y las amenazas de Santiago Caputo y otras personas contra el diputado Manes y la presencia un poco ridícula de los cuatro ministros de la Corte (el quinto, también nombrado por decreto, pero ausente porque no le tomaron juramento) y la chacota con que el Presidente mencionó el escándalo cripto, que todavía no explicó, me hicieron sentir que teníamos un gobierno de chiquilines. Sólo espero que la economía siga mejorando y podamos salir de la situación terminal en que nos dejó el kirchnerismo. Después, no espero nada de este jardín de infantes.
Enrique Arenz / enriquearenz@gmail.com
“La bajeza de Orsi y la grandeza de Lacalle Pou”
Desde los 8 años he estado visitando y veraneando anualmente la República Oriental del Uruguay y siempre he sentido un profundo respeto y admiración por lo que era ese pueblo maravilloso. Pero en los últimos tiempos y especialmente con el cambio de gobierno veo el surgimiento de ideologías que, como mínimo, pueden ser denominadas incompatibles con la Democracia y de respeto a las minorías.
Leo asombrado que Yamandú Orsi, presidente electo, pretendía invitar al acto de asunción a los dictadores Nicolás Maduro de la sometida Venezuela, a Daniel Ortega de la usurpada Nicaragua y a Miguel Díaz Canel de la comunista isla de Cuba.
Gracias a la grandeza de Lacalle Pou, presidente saliente que se negó terminantemente a firmar las invitaciones, se pudo impedir la presencia de estos sátrapas en la otra orilla de nuestro Río de la Plata.
Si a éste triste acontecimiento le adicionamos el incipiente nacimiento de los ideólogos del odio antisemita y antiisraelí exhibido en los desfiles de los Carnavales de este año, se instala una lamentable preocupación por el futuro social de un país que, hasta ahora, fue un ejemplo para toda América latina.
Víctor Zajdenberg / viczaj2@yahoo.com.ar
“Sanciones para los padres de menores que delinquen”
Es extraña la Justicia. Por otro lado, tenemos que todo acto que daña a un tercero tiene un responsable que, por acción, omisión o negligencia, debe asumir los costos económicos y penales, sí los hubiera, que este acto conlleva.
Por ejemplo: si un perro muerde a una persona, el dueño del perro es responsable; si un caballo se escapa del corral y ocasiona un accidente automovilístico, ocurre lo mismo; si una maceta se cae por el viento desde un balcón por estar mal colocada y daña a una persona, él que habita el departamento es responsable y así hay innumerables hechos de daños y responsables que reciben una sanción, aunque sea económica.
Entonces, se nos presenta una paradoja frente a situaciones aparentemente similares: ¿si por el caballo, el perro y la maceta, que son inimputables, hay sanciones para algún responsable en ciertas circunstancias, por qué no las hay para los padres de menores que delinquen y son considerados inimputables?
¿Podrá legislarse al respecto?
Alfredo Tolchinsky / Alfredo.tolchinsky@gmail.com
“Algunos no emiten facturas porque la gente no las quiere”
Cuando pido factura A, el IVA, me dicen que le agregan 21%, creen que la gente no sabe que si es boleta A final, paga lo mismo que la C y discrimina el IVA. La boleta A se usa contablemente con la declaración de IVA. La boleta C no discrimina pero paga el IVA.
Me dicen que la gente no quiere factura, esto implica que no hacen factura, negrean. Hay que ver si el nuevo gobierno soluciona este tema, cosa que ni los peronistas ni los radicales hicieron. Es hora que alguien haga algo.
Arturo Diego Nottebohm / agrovicmb@gmail.com.ar
“La película El brutalista es ficción, no es un hecho real”
Luego de ver la película “El brutalista”, me interesé por la historia que allí se cuenta. El protagonista del film, Laszlo Toth, encarnado por Adrien Brody que obtuvo el Oscar como mejor actor, si existió. Pero no fue el arquitecto judío obligado a huir de la posguerra en Hungría en 1947 cuya historia se narra en la película, sino quien en 1972 llegó a la Basílica de San Patricio en el Vaticano, y con un martillo y al tiempo que lanzaba frases de índole religiosa golpeó la escultura “La piedad”, obra de Miguel Ángel a la que causó graves daños. Considero que los creadores del film bien podrían haber elegido el nombre de una persona inexistente para no confundir al Laszlo Toth ficticio, al que allí se considera un renombrado artista, con el LazloToth real que cometió un grave atentado contra el arte universal.
Este grave contraste me hace pensar que sería conveniente recalcar que la película no se trata de un hecho real, sino de una ficción, pese a que nada se aclara al inicio de la misma.
Álvaro Fernández Brital / afernandezbrital@estudiolegis.com