Horas después de festejar sus primeros 100 días en la Casa Blanca y jactarse de que el país hoy tiene “la mejor economía de la historia”, Donald Trump recibió este miércoles un golpe de realidad: la economía de Estados Unidos tuvo su peor trimestre desde 2022, los primeros signos concretos de que los fuertes cambios que introdujo el presidente ya impactan en forma negativa a los consumidores y las empresas. Es un cambio radical después de casi tres años de sólido crecimiento.

El producto interno bruto, que mide todos los bienes y servicios producidos en la economía, registró una tasa anualizada de 0,3% en el primer trimestre, anunció el miércoles el Departamento de Comercio. Es una fuerte desaceleración con respecto a la tasa del 2,4% del cuarto trimestre y es un escenario peor de lo que proyectaban los economistas.

El presidente Trump ha lanzado una caótica ola de aranceles en los últimos meses, intensificando las tensiones comerciales con China y otros socios de EE.UU. lo que produjo una enorme incertidumbre global pero también entre los estadounidenses.

La mayoría de los economistas dicen que es probable que el intento de Trump de remodelar el comercio mundial con imposición de aranceles a todo el mundo haga que la inflación suba en Estados Unidos e incluso desencadene una recesión.

El declive de la economía fue impulsado por un déficit comercial más amplio, por las compras anticipadas de los estadounidenses ante los anuncios arancelarios de Trump. Las importaciones se dispararon del -1,9% en el cuarto trimestre al 41,3% en los tres primeros meses del año. En tanto, las exportaciones se registraron a una tasa de 1,8%.

Una caída en el gasto público también pesó sobre el crecimiento y, por separado, el gasto del consumidor se desaceleró, especialmente en comparación con los últimos meses, ya que los estadounidenses frenaron las compras grandes.

Donald Trump le echa la culpa a Joe Biden por la caída de la economía. Foto ReutersDonald Trump le echa la culpa a Joe Biden por la caída de la economía. Foto Reuters

“El crecimiento simplemente se ha desvanecido”, escribió Chris Rupkey, economista jefe de Fwdbonds, una firma de investigación financiera, en una nota a los clientes después de la publicación del informe. “Tal vez parte de esta negatividad se deba a un apuro por traer importaciones antes de que suban los aranceles, pero simplemente no hay forma de que los asesores políticos endulcen esto”.

La reacción de los mercados

Los mercados financieros retrocedieron ante la noticia, y los tres principales índices abrieron a la baja el miércoles. El Promedio Industrial Dow Jones cayó más de 600 puntos en las primeras operaciones, mientras que el Nasdaq bajó un 2 por ciento.

Trump desestimó la lectura negativa del PBI, y le echó la culpa al gobierno del presidente Joe Biden.

“Yo asumí el 20 de enero. Este es el mercado de valores de Biden, no el de Trump”, publicó en su red social Truth Social. “Los aranceles pronto comenzarán a hacer impacto y las empresas están comenzando a mudarse a los EE. UU. en números récord. Nuestro país va a prosperar (…) Esto va a llevar un tiempo, NO TIENE NADA QUE VER CON LOS ARANCELES, solo que nos dejó con malos números, pero cuando comience el boom, será como ningún otro. ¡¡Sé paciente!!”

En un acto de celebración por los 100 días de su gobierno en las afueras de Detroit, Trump había dicho el martes que Estados Unidos tenía hoy “la mejor economía de la historia”.

Pese a la opinión de Trump, los economistas atribuyen el enfriamiento de la economía a la ansiedad relacionada con los aranceles impuestos por el presidente, que en algunos casos como China llegaron al 145% y provocaron represalias.

A principios de 2025, las familias y las empresas se apuraron a comprar bienes fabricados en el extranjero, como por ejemplo equipos industriales, automóviles, celulares y productos electrónicos, ropa y muebles, antes de los aranceles de la administración Trump, que entraron en vigor en gran medida a principios de este mes. Como resultado, Estados Unidos importó casi el doble de bienes de los que exportó en marzo.

El déficit comercial —la diferencia entre los bienes entrantes y salientes— es el más amplio de la historia, lo que se espera que sea un lastre significativo para el crecimiento económico. El FMI dijo que espera que el crecimiento en Estados Unidos se desacelere a 1,8% en comparación con el 2,7% que había pronosticado cuando publicó sus perspectivas de enero.

Los demócratas se apresuraron a atacar el manejo de la economía por parte del presidente, y el líder de la minoría del Senado, Charles E. Schumer (demócrata de Nueva York), dijo que Trump debe “admitir su fracaso y revertir el rumbo, y despedir inmediatamente a su equipo económico”.

Los economistas dicen que la debilidad económica emergente no es solo una señal de la preocupación actual, sino, más precisamente, una advertencia de que la situación puede seguir empeorando a medida que se vislumbra el efecto total de los aranceles.

El hecho de que muchas familias y empresas ya se hayan abastecido de automóviles, electrodomésticos y otros artículos caros, por ejemplo, significa que no tendrán que volver a hacer esas compras en el corto plazo, lo que afectará aún más el gasto de los consumidores. Y es poco probable que las empresas, que en gran medida han pospuesto las inversiones y las contrataciones, cambien de rumbo de inmediato.

El economista Cory Stahle del Indeed Hiring Lab advirtió que “las condiciones pueden empeorar en los próximos meses si la gente comienza a comportarse como si estuvieran en una recesión. Suavizar algunos de los recientes cambios en la política comercial puede aliviar algunas preocupaciones empresariales, pero puede que ya sea demasiado tarde”.

Otro tema que tiene en alerta a los economistas es la posibilidad de un repunte de la inflación debido a los aranceles, que es lo que predicen los expertos para los próximos meses. Si bien se anunció este miércoles que la inflación de Estados Unidos cayó en marzo al 2,3% interanual, en línea con las expectativas de los analistas, se estima que fue por la reducción de los precios de la energía y que aún no llega a impactar la suba de los aranceles en los precios de los productos.

Una posible escalada de precios, combinada con un impulso económico más débil, pone a la Reserva Federal en un aprieto. El banco central busca hacer equilibrio con las tasas para mantener la inflación moderada y el mercado laboral fuerte y a la vez no enfriar la economía.

El presidente de la FED, Jerome Powell, dijo a mediados de abril que veía una “fuerte probabilidad” de que los consumidores enfrentaran precios más altos y que la economía experimentaría un mayor desempleo como resultado de los aranceles en el corto plazo.

Esto crearía un “escenario desafiante” para el banco central porque cualquier cosa que haga con las tasas de interés para enfrentar las presiones inflacionarias podría empeorar el desempleo, y viceversa, dijo.

Pero Trump, que ha pedido varias veces la renuncia de Powell porque no baja los tipos de interés aunque después dijo que no quería echarlo, desmiente este escenario y aseguró el martes que él sabe más de tasas de interés que el propio jefe de la FED. “Tengo una persona en la Fed que realmente no está haciendo un buen trabajo”, dijo Trump a sus partidarios, sin nombrar a Powell.



Fuente Clarin.com

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