El banquero Jerry Matto lo convocó en Manhattan. Ocurrió un par de días después de que ambos compartieron una cena en su fabulosa residencia en Greenwich, Connecticut. A esa lujosa vivienda habían concurrido los “lobos” de Wall Street para escuchar a los dos delegados de Javier Milei: el influyente Darío Epstein y el banquero Juan Nápoli. Ambos viajaron para explicar -y tranquilizar- a un centenar de financistas. Todos estaban alterados por las extravagantes propuestas electorales – dolarización y cierre del BCRA- que, al final, Javo incumplió.
Ocurrió el 8 de septiembre del 2023, unas semanas después de que Milei diera el batacazo en las PASO. El mismo día que la jueza Loretta Preska aceptara el reclamo y dijera por primera vez que YPF le debía U$S 16.000 millones al “buitre” Burford.
Esa mañana, Matto preparó café para recibir solo a Nápoli. En sus oficinas de Manhattan estaba acompañado por un equipo de financistas. Matto fue directo con Nápoli: “el fondo Burford quiere cobrar, pero estamos dispuestos a negociar por YPF”.
La reunión fue informal, pero Matto avanzó porque ya conocía su destino: unos meses después -en marzo del 2024- Burford lo contrató para mediar con Argentina. Christofer Bogat, el dueño del fondo buitre, lo seleccionó por una cuestión clave: sus sólidos vínculos con Luis Caputo, quien hacía meses ya era ministro de Milei. Así, Matto terminó el encuentro con el banquero argentino: “Juan, queremos negociar, pero si no ocurre, vamos hasta las últimas consecuencias”. El presidente del Banco de Valores volvió e hizo un informe secreto para Milei. Nadie del equipo presidencial le dio trascendencia y ahora el Gobierno paga un alto costo por su improvisación: se le escapó la tortuga y tiene un serio problema encima.
Así, el Gobierno estuvo advertido desde un primer momento del conflicto. Pero nadie atendió el aviso y tampoco trabajó en un contrapropuesta. Incluso la Casa Rosada desaprovechó la movida de la ONG Republican Action for Argentina, que pidió la revocación del fallo. La indiferencia se mantuvo a pesar de que también el ex jefe de Gabinete tuvo otra advertencia similar en Manhattan. El entonces poderoso Nicolás Posse viajó a EE.UU por la cuestión y no logró nada. Después lo echaron y lo destruyeron políticamente.
Preska – esta semana – fue con todo: quiere el 51 % de las acciones de YPF y coloca a la principal empresa industrial argentina en una difícil encrucijada. La medida – aunque se quiera minimizar – tiene consecuencias operativas y abre dudas sobre futuras inversiones. Sobre eso trabaja Horacio Marín. La responsable de la bomba sin duda fue Cristina y la pésima estatización que concretó Axel Kicillof. Un Estado puede estatizar una compañía: YPF, de hecho, funciona con esa estructura legal. Pero lo que nunca puede hacer un Estado es incumplir las normas. Encima, Axel se vanaglorió de sus dislates y zafarranchos. Clarín confirmó que Rodolfo Barra – el primer Procurador de Milei – habría propuesto a la Casa Rosada un plan para solucionar la crisis de YPF. Barra elevo un “memo secreto”. En ese paper propuso dos medidas estratégicas. La primera fue establecer garantías en el tribunal, para evitar un fallo como el que ocurrió esta semana. La segunda, más audaz: negociar con Burford el pago de la deuda.
Barra sugirió en ese memo secreto buscar un acuerdo que incluyera una importante quita de la deuda y establecer un plan de pago mínimo de diez años. Según Barra, se podía obtener un crédito para cumplir la condena. La estrategia cayó como una bomba en la Casa Rosada. Al final, su iniciativa fue lo que le costó la cabeza a Barra. Después, su salida se disfrazó de problemas familiares.
Hasta ahora, Milei está distanciado del conflicto. Y el Gobierno paralizado: no sabe para dónde correr y solo se le ocurrió patear la pelota para adelante. Encima, colocó funcionarios claves, vinculados a Burford y los Eskenazi. Primero, nombró como sub Procurador a Andrés de la Cruz. Se tuvo que apartar, porque está vinculado a Eskenazi. El actual Procurador, Santiago Castro Videla, tuvo como cliente al fondo buitre.
Esta semana, la crisis se trató en una reunión de gabinete. Hacía tiempo que no ocurría. Los funcionarios -después- tuvieron que escuchar al chileno Axel Kaiser, de la Fundación “Faro” y su disertación sobre su libro: “Parásitos mentales”.
Toto Caputo atraviesa sus peores semanas desde la crisis de marzo. La cuestión le cambio el humor y la tranquilidad. En privado estuvo a los exabruptos con un dúo de empresarios que lo visitó. Ambos le hablaron con sinceridad en su despacho: osaron opinar y decirle que el dólar estaba atrasado. Toto enloqueció y maldijo a los que desconfían de su receta para atrasar el billete. Después cometió el blooper público y exhortó: “comprá, no te lo pierdas campeón”.
Al otro día, el mercado le contestó: el billete tocó un nuevo récord y lo dejó colgado de un pincel. El BCRA intervino ayer para frenar un eventual papelón.
Caputo sobreactúa en público, para agradarle a Milei. Llegó al máximo: pronosticar el fin del periodismo. Ya el durísimo informe del JP Morgan alteró a los “Totoboys”. Pablo Quirno aprovechó su viaje a EE.UU para quejarse ante los banqueros y pedirle una aclaración. La gestión tuvo éxito pírrico: Diego Pereira -el economista jefe del JP Morgan- salió y afirmó: “no descarto que el dólar pueda subir un 5% hasta octubre”. Milei elucubró una nueva conspiración. Así lo dijo en Olivos: “son los que se niegan a bajarnos el riesgo país”.
En el banco están tranquilos. El JP Morgan es la entidad mas cercana al Tesoro de EE.UU. Tiene infinidad de áreas y en general avala las reformas, pero critica el desapego institucional de Milei. En Wall Street se insiste en que el informe contra el programa obedece a una necesidad: blanquear y acompañar lo que ya empezaron hacer sus clientes con el carry trade.
Economía tiene un frente externo turbulento. Entre abril y junio, otra vez hubo déficit externo, aun siendo la época de vacas gordas para el campo. Así, el rojo anual de billetes sería de U$S 17.000 millones. Encima, en abril se compraron dólares para atesoramiento por U$S 2.021 millones y en mayo se aceleró a U$S 3.226 millones. En otras palabras: estaría fracasando el “jubileo” de Caputo, porque habría más dólares en el colchón.
Existe una fuerte interna en la Mesa de Enlace con la cuestión cambiaria y las retenciones. Nicolas Pino, hábilmente, bloqueó esas diferencias. El jefe de la Rural tiene relación directa con Milei y no quiere dilapidarla: le trasmitió el clima belicoso y pidió anuncios cuando hable en la Exposición Rural.
La decisión de “Toto” de reestablecer las retenciones enojó al campo. Encima, el pronóstico es funesto: el proyecto del Presupuesto prevee que el campo abonará más retenciones en el 2026: una friolera adicional de U$S 3.000 millones. Ignacio Kovarsky – el jefe de Carbap – lanzó un Exocet: “Este gobierno no cumplió en nada y las retenciones son un robo”. La intranquilidad es fuerte en CRA que lidera Carlos Castagnani, y en la Federación Agraria, de Andrea Sarnari.
Pero en la Sociedad Rural también existen ruidos. Marcos Pereda, el vice, lidera una posición contestataria: exige que se bajen ya las retenciones. Ocurre en vísperas de las elecciones. Karina y el Pibe Caputo están en guerra. Hoy, el PRO hace una asamblea para aprobar un frente con Milei. Será un encuentro caliente. La nueva agrupación tendrá un solo nombre y no incluye la sigla PRO. La nueva alianza se llamaría: “Frente Libertad Avanza”.