El proyecto se ubica en Lobos, dentro de un entorno urbano singular: un vasto parque de cinco manzanas, cuya columna vertebral es un paseo peatonal que corre paralelo a las vías de tren y vincula la estación con la trama urbana en sus extremos.

Se concibió como un espacio de encuentro cálido y envolvente. En su interior, una serie de patios invitan a descubrir una relación constante entre la naturaleza y las personas, permitiendo que el edificio “respire” a través de estos vacíos verdes.

Busco que La Casa de la Cultura de Lobos se integre de manera respetuosa con el parque, preservando la continuidad del paseo y a la vez dejando su propia huella como remate del mismo.

Cada elemento del diseño, desde las bóvedas hasta los patios, invita a la reflexión, al intercambio y al disfrute, dejando una huella duradera en la ciudad.
Cada elemento del diseño, desde las bóvedas hasta los patios, invita a la reflexión, al intercambio y al disfrute, dejando una huella duradera en la ciudad.

El edificio se define como un gran techo que a través de patios genera situaciones intimas, para conectar y desarrollar las actividades que este nuevo espacio cultural requiere.

Los talleres se abren hacia esos patios, generando expansiones íntimas donde poder realizar las actividades, junto con una conexión directa con el cielo de Lobos.

Las bóvedas reinterpretan el lenguaje moderno en un nuevo programa.Las bóvedas reinterpretan el lenguaje moderno en un nuevo programa.

Las bóvedas, reinterpretan el lenguaje moderno en un nuevo programa de equipamiento público.

La arquitectura tiene el desafío de trascender en el tiempo. Inspirándome en la obra de Antonio Bonet y su exploración de la curva y el ladrillo, diseñé un espacio acogedor y cálido que juega con la luz, las sombras y la naturaleza circundante.

La ventilación cruzada generada por los patios y la disposición de los espacios públicos y privados, reflejan una búsqueda consciente para crear un espacio en equilibrio. Más allá de responder a las necesidades funcionales de un espacio cultural, el proyecto aspira a convertirse en un referente de encuentro comunitario.

Planta generalPlanta general

Comentario de la cátedra

Desde 2021, TABA – Taller Arquitectura Buenos Aires trabaja en ciudades de mediana escala en contacto estrecho con lo rural. En 2021, San Vicente. En 2022, Marcos Paz. En 2023, Zárate. Finalmente, en 2024, hicimos foco en la ciudad de Lobos.

Esto plantea repensar estrategias en cuanto a la escala y las relaciones entre el proyecto, el sitio y los habitantes del territorio.

El Taller, que en general trabajó entre la Ciudad de Buenos Aires y el primer anillo del conurbano, tomó el desafío en estos últimos cuatro años de repensar el territorio desde una arquitectura situada entre la ciudad y lo rural.

El proyecto se integra con el parque, preservando la continuidad del paseo.El proyecto se integra con el parque, preservando la continuidad del paseo.

Destacamos el trabajo de Ludmila, en cuanto a la dificultad de resolver un edificio público de 3000m2 de programa, dentro de una pieza urbana de gran escala, sin gestos estridentes, sin artificios formales y con una gran sensibilidad.

Como premisa, entiende la vegetación y el cielo de Lobos como parte del diseño de la Casa de la Cultura. Donde un techo de bóvedas y patios, resuelve un edificio que se descubre poco a poco.

Los patios generan situaciones más íntimas.Los patios generan situaciones más íntimas.

Un plano abovedado que entiende la llanura, el paisaje rural y la baja escala de la ciudad, proponiendo una arquitectura contemporánea, realizada con materiales nobles y propios del lugar.

Creemos en enseñar a descubrir una arquitectura situada, propia, nuestra y a la vez contemporánea. Arquitectura que el proyecto de Ludmila refleja en sus planos, imágenes y maqueta.

La autora

A los 24 años, Ludmila Torelli promedia la carrera que eligió porque “siempre me gustó el diseño y también la rama de lo social”, y entendió que la arquitectura articulaba a ambos. “Al principio me costó amigarme con la carrera, entenderla, seguirle el ritmo, pero con el pasar de los años cada vez tomó más sentido y forma, hoy es parte de mi vida”, comparte.

“Siempre me gusta imaginarme dentro de los lugares, pensarlos como si fuera yo quien habitara esos espacios”, relata. Cuenta que en cada proyecto investiga nuevos referentes: “busco el que más me represente en el momento que estoy desarrollando mis ideas”.

Además de competir en la liga femenina de handball cada fin de semana, Ludmila trabaja en el municipio de Tres de Febrero, específicamente en el área de Salud: “actualmente se están llevando a cabo diferentes obras de remodelaciones a lo largo de todo el partido, mi trabajo es articular entre los usuarios y la obra, además de llevar adelante el mantenimiento de las que ya están en uso”, detalla.

A futuro, se imagina trabajando en zonas más rurales del país, construyendo con materiales locales y sostenibles. “Sueño con poder restructurar la sobrepoblación de la ciudad a las periferias, dándoles herramientas a las personas para poder construir ellos mismos sus viviendas y generar un desarrollo de las zonas más marginadas”.

Ficha técnica

Alumna. Ludmila Torelli Materia. Arquitectura 3 Cátedra. Taller Arquitectura Buenos Aires (ex Molina y Vedia) FADU UBA Titular. Arq. Fernando Schifani Adjunto A3. Arq. Hugo Amante JTP. Arq. Gabriela Hermida y Arq. Alejandro Soma Docentes. Arq. Juan Pablo Chielens y Arq. Pablo La Valle.

Contacto. @taba_myvs y www.myvs.com.ar



Fuente Clarin.com

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