La “Calesita de Atilio” nació en Castelar en 1973 en la intersección de Rivadavia y Arias, en 2006 se vio obligado a mudarse a la Plaza Cumelén, donde continúa funcionando.
Con los años se convirtió en un lugar icónico para los vecinos que fueron de chicos, llevaron a sus hijos y luego a sus nietos a dar una vuelta. Hoy, ante los actos de vandalismo sufridos por la calesita, esos vecinos se unen para pedirle al municipio que se la declare patrimonio municipal y se la preserve como tal.
“El primer lunes de enero me encontré con que habían roto la lona para entrar y defecaron arriba del asiento de un juego de la calesita. La verdad que fue un disgusto enorme, me dio dolor de cabeza y una subida de presión”, explicó Atilio Escalón en sus redes, días después del incidente.

Ante este hecho, un grupo de vecinos de Castelar agrupados en Facebook, decidieron juntar firmas por la plataforma change.org para declarar la calesita como patrimonio cultural del Municipio de Morón.
“Presentamos con el concejal Francisco Mones Ruiz un proyecto al Concejo Deliberante de Morón para que la declaren bien patrimonial de interés histórico, social y cultural. Esto obligaría al municipio a asistir, preservar y proteger la calesita ante cualquier hecho que afecte su funcionamiento”, explica Carlos Núñez, uno de los vecinos impulsores del proyecto. El sábado 1° de febrero se realizó en la Plaza Cumelén un abrazo simbólico a Atilio y su calesita como parte de la iniciativa.
“Mi primo tenía con un amigo una calesita que iban mudando y yo los ayudaba con eso, hasta que me ofrece hacerme una propia y empecé a averiguar. Yo quería que este en un lugar fijo y que tuviese luces y timbres, cosas que en ese momento no se veían tanto”, relata Atilio Escalón sobre los comienzos de su amada calesita.

Los primeros 37 años de su historia, la calesita funcionó al lado de la estación de Castelar hasta que en el 2006 los dueños del terreno lo obligaron a mudarse. La Sociedad de Fomento de Castelar y vecinos de la zona lograron que, luego de tres años de esfuerzos, en 2009 el Municipio de Morón cediera el espacio donde hoy sigue funcionando en la Plaza Cumelén.
“Cuando me dicen que tenía que mudar la calesita yo había decidido no seguir con el proyecto, hasta que llega Jose Luis Gómez, de la Sociedad de Fomento de Castelar y me pregunta que si estaba dispuesto a seguir si él me conseguía un lugar, y accedí. Siempre lo destaco, porque sin él la calesita no existiría”, señala Atilio Escalón .
En 2010, un grupo prendió fuego intencionalmente la calesita y quedó destruida por completo. De la misma manera que se organizan ahora, vecinos del barrio se juntaron en asambleas alrededor del carrusel buscando una solución para mantenerla viva y así fue: El municipio de Morón subsidió las obras para reconstruirla. En dos meses, ya estaba girando nuevamente.

Tanto en 2010 como ahora, la calesita se sostiene gracias a la fuerza de Atilio y a los vecinos que le guardan cariño y afecto. “Recibo muy bien el apoyo de la gente. Lo que pasa es que es gente de la zona que vino a la calesita cuando ellos eran chicos y tienen arraigado ese recuerdo de la infancia y les sorprende que yo siga siendo el mismo”, explica Atilio cómo recibe la organización y el apoyo de los vecinos.