Ubicada en la pequeña y rocosa Isla de Alcatraz, San Francisco, Estados Unidos, esta prisión federal era conocida como una de las cárceles más temidas del mundo.

Por ella pasaron los criminales estadounidenses más peligrosos, hasta que en 1963 fue cerrada por sus altos costos de mantenimiento y luego de un espectacular caso de fuga.

Sin embargo, hace unos días, el presidente Donald Trump anunció que busca restaurarla y volver a abrir sus puertas.

La historia del “infierno” por el que pasó Al Capone

Los orígenes de la prisión de Alcatraz se remontan a 1850, cuando, en la parte más elevada de la isla “La Roca”, Estados Unidos construyó un fuerte militar para defenderse de posibles invasiones.

Sin embargo, recién entre 1910 y 1912 el lugar se convertiría en una cárcel, aunque todavía con exclusivo usos militares.

Las instalaciones de Alcatraz  vistas desde una toma aérea. Foto: AP/Noah BergerLas instalaciones de Alcatraz vistas desde una toma aérea. Foto: AP/Noah Berger

En 1933, el cuartel cambió de dependencia: pasó del Ejército al Departamento de Justicia. Este organismo decidió convertirlo en prisión federal, para lo que dispuso la modernización de los edificios y el aumento de la seguridad.

El objetivo era que Alcatraz sirva como una “prisión de último recurso” para albergar a los reclusos de otras cárceles, sobre los que se hubiera perdido la esperanza de rehabilitación.

Por el nivel de vigilancia y su ubicación en las frías aguas de la Bahía de San Francisco, infestadas de tiburones y con fuertes corrientes, las autoridades consideraron que Alcatraz sería la cárcel más segura de Estados Unidos.

Abrió sus puertas el 30 de junio de 1934, y el 11 de agosto arribo la primera tanda de presos: 137 reclusos provenientes de la Penitenciaría de Leavenworth, Kansas.

Ese mismo año, debido a que en la Penitenciaria de Atlanta no lograban controlarlo, llegaría al establecimiento Al Capone. A lo largo de su existencia, Alcatraz albergaría a muchos otros criminales de este calibre, tales como Robert Stroud o George “ametralladora” Kelly.

El mafioso Alphonse Gabriel "Al" Capone fue el prisionero más famoso de la cárcel de Alcatraz.El mafioso Alphonse Gabriel “Al” Capone fue el prisionero más famoso de la cárcel de Alcatraz.

Las celdas de la prisión medían alrededor de tres metros de largos por uno y medio de ancho, mientras que el techo se encontraba a menos de dos metros de altura.

En cada una de ellas había un sólo recluso, que contaba con los siguientes objetos: cama, escritorio, lavabo, inodoro en la pared del fondo y manta.

En el bloque D de celdas residían los peores reclusos, quienes recibían los castigos más brutales.

Hasta la década de 1950, los prisioneros tenían prohibido hablar y a pocos se les permitía trabajar. Su vida transcurría en la celda, que debían mantener en excelentes condiciones higiénicas, y sólo podían bañarse con agua fría. Lo único bueno del lugar, según atestiguan quienes estuvieron, era la comida.

Por todo, al poco tiempo de apertura, Alcatraz se hizo famosa como la prisión más dura del país y, para muchos, la más temible del mundo. Es por ello que algunos exreclusos la llamaron “Hellcatraz” (en inglés, hell significa “infierno”).

En 1937, ocurrió el primer suicidio en la isla: el reo Edward Wutke no soportó más las condiciones a las que era sometido, por lo que cortó su yugular con la hoja de un sacapuntas.

Una fuga ¿exitosa? y el cierre de la prisión

Para los últimos años de los 50 ya se sabía que el mantenimiento de la Prisión Federal de Alcatraz era tres veces más costoso que el de una cárcel estadounidense promedio.

Se cree que nadie logró escapar de la prisión de Alcatraz, aunque una fuga pone la afirmación en duda. Foto: REUTERS/Carlos BarriaSe cree que nadie logró escapar de la prisión de Alcatraz, aunque una fuga pone la afirmación en duda. Foto: REUTERS/Carlos Barria

Además, debido a la niebla salina, las estructuras de la instalación se habían deteriorado y, aunque el estado inició la reparación, para 1961 los ingenieros consideraron que no podían arreglarse.

A pesar de lo anterior, la prisión continuó abierta, y sería un hecho ocurrido al año siguiente el que le daría el golpe final.

En junio de 1962, los reclusos Frank Morris, John Anglin y Clarence Anglin, protagonizaron una fuga tan increíble que, años más tarde, se haría una película sobre ella (“Alcatraz: fuga imposible”).

Durante los seis meses previos, utilizando cucharas, sierras y hasta un taladro fabricado con el motor de una aspiradora, ensancharon los agujeros de la ventilación que estaban bajo sus lavabos. Cuando realizaban esta tarea, uno de ellos tocaba el acordeón para tapar los ruidos.

Una vez que pudieron pasar por los huecos, los presos accedieron a un pasillo sin vigilancia y subieron al nivel superior vacío del bloque de celdas. Allí, con objetos impermeables, armaron una balsa de goma.

Finalmente, por un conducto de ventilación, llegaron hasta el techo, desde donde bajaron por un tubo para luego saltar las cercas de alambre, inflar la balsa y huir.

Mientras hacían todo esto, para disimular su ausencia en las celdas, pusieron en las camas cabezas de maniquí, que habían elaborado mediante una mezcla de jabón, dentífrico, cemento y papel higiénico. Con toallas y sábanas, por otra parte, simularon la figura de los cuerpos bajo las sábanas.

La celda de uno de los reos que logró escapar de Alcatraz, con el agujero de la ventilación agrandado. Foto: Wikipedia/BenlechlitnerLa celda de uno de los reos que logró escapar de Alcatraz, con el agujero de la ventilación agrandado. Foto: Wikipedia/Benlechlitner

El destino de los fugitivos es incierto: mientras que el FBI dice que murieron ahogados, una línea de investigación sostiene que viven en Brasil y que, por ende, habrían sido los únicos prisioneros en la historia de Alcatraz que lograron escapar con vida.

Lo cierto es que, por el suceso, la institución fue objeto de varias investigaciones importantes, lo que, sumado a los problemas estructurales y los altos gastos que ocasionaba, determinó su cierre, ocurrido el 21 de marzo de 1963.

Hoy en día, la penitenciaría es un museo que recibe más de un millón de visitantes al año. Pero en los últimos días, el presidente Donald Trump anunció sus intenciones de volver a ponerla en funcionamiento.

El comunicado de Donald Trump

El anuncio de la reapertura de la prisión de Alcatraz fue realizado por Donald Trump en su red social Truth.

Allí, el mandatario contó que dio la orden a distintos departamentos del Gobierno para que reconstruyan y amplíen la cárcel, con el objetivo de para albergar a los delincuentes más peligrosos del país.

El presidente manifestó que, por mucho tiempo, Estados Unidos ha estado lleno de delincuentes violentos y reincidentes, que solo contribuyen al sufrimiento de la sociedad.

Asimismo, dio a entender que la cárcel servirá para alojar a los inmigrantes que ingresaron ilegalmente al país.

En el tono nostálgico que lo caracteriza, agregó que cuando la nación era “más seria”, en el pasado, los criminales más salvajes eran encerrados lejos de las personas inocentes.

“La reapertura de Alcatraz será un símbolo de la Ley, el Orden y la Justicia. ¡Haremos que Estados Unidos vuelva a ser grande!”, cerró el comunicado.



Fuente Clarin.com

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