“Yo ya le dije a Axel lo que pienso; y él también sabe que si vamos divididos en las elecciones, perdemos. Palabras más, palabras menos, es lo que sugirió días atrás Cristina Kirchner sobre la idea que merodea al gobernador bonaerense de desdoblar la elección provincial de la nacional, en la que ella competiría como candidata a diputada. En el entorno de Kicillof le dicen que necesita hacerlo para proyectarse como la alternativa a Javier Milei en 2027.

En distintas conversaciones Cristina también dejó trascender que ya no está enojada con Kicillof pero sí dolida porque, reitera ante todo interlocutor con el que habla del tema, cree que le dio todo en sus inicios en la política y lo apoyó como nadie cuando lo nombró su ministro de Economía y luego lo entronizó para la gobernación de la provincia de Buenos Aires.

La crisis histórica que atraviesa el peronismo, con un puñado de provincias, una representación parlamentaria que se achica y un reciente gobierno como catalogado como el peor en las últimas cuatro décadas, lo obliga a buscar la renovación de liderazgos y un aggiornamiento. Sin embargo, no sólo no emergen caras nuevas sino que la disputa es entre dos dirigentes desgastados que piensan exactamente lo mismo bajo el ADN kirchnerista como Cristina y Kicillof. Un motivo de brindis para los Milei.

La advertencia de Cristina cuando habla de “divididos, perdemos”, lleva encriptado otro mensaje. La Cámpora no va a acompañar las listas de Kicillof en los comicios provinciales si el gobernador se despega del nacional. Y sin el apoyo del núcleo duro del kirchnerismo, el mandatario corre serio riesgo de ser derrotado por la alianza que va tomando forma entre La Libertad Avanza y el PRO.

Cristina Kirchner. Foto: REUTERS/Matias BagliettoCristina Kirchner. Foto: REUTERS/Matias Baglietto

La final que se juega el PRO

Rarezas de un escenario político atomizado. Los detalles y proporciones de la alianza entre libertarios y macristas en territorio bonaerense dependerán, en buena medida, de lo que ocurra el 18 de mayo en la elección en la Ciudad de Buenos Aires.

Sobre la autoría de la foto en Casa Rosada de los Milei, con Karina a la cabeza, y Sebastián Pareja, para la que se prestaron Cristian Ritondo y Diego Santilli, hubo versiones que desnudan una interna acerca de qué camino tomar. Un miembro de la mesa del partido amarillo juró que el fin de semana anterior Mauricio Macri los había autorizado a que ambos diputados asistieran. Otros, en cambio, dejaron entrever que el expresidente nunca fue avisado.

Lo concreto es que si el PRO gana en la Ciudad la elección local, tendrá mejores chances de negociar la integración con LLA en la provincia. Pero si pierde o incluso si sale tercero en el principal bastión macrista, puede haber una huída en masa hacia el equipo libertario y el partido que nació hace dos décadas tendría que pelear por sobrevivir. Por eso, el armador libertario Sebastián Pareja asegura que por ahora no hay una alianza entre partidos sino un acuerdo con algunos dirigentes.

Por el momento en la sede de Uspallata confían que, en un inusual escenario de tres tercios con los libertarios y el kirchnerismo, el PRO sigue siendo una marca importante en la Ciudad, y la idea de la campaña es salir a reforzar eso, con la interacción con el vecino.

Como resultado de la implosión de Juntos por el Cambio tras la candidatura de Patricia Bullrich, el think tank amarillo concluyó hace un tiempo que su electorado ya no quería frentes heterogéneos con varias cabezas sino más bien un PRO más puro con una conducción clara. Por eso, dicen, no fue producto del error haber dejado ir al radicalismo de Martín Lousteau o a la Coalición Cívica cuyos hilos siempre mueve Elisa Carrió, que competirán cada uno por su lado. La idea es volver al origen.

Confían en que llegarán a la elección con una mejor imagen de la gestión y, para ello, Jorge Macri va a estar muy activo con anuncios de solución rápida a reclamos porteños. Aunque puertas adentro tienen en claro que nunca fueron tan preocupantes en una gestión macrista la pobreza, que replica en la suciedad por el desfile de personas en los contenedores -muchas de ellas del Conurbano- que luego esparcen la basura, y la inseguridad. Algunos trazan un paralelo con los inicios de Mauricio Macri en la Ciudad, allá por el 2007.

Saben que será una campaña sucia y ya tuvieron los primeros indicios de la mano de una de las lugartenientes libertarias Lilia Lemoine. Mauricio Macri envió un mensaje pidiendo bajar el tono de confrontación con la Ciudad y además buscarán hacer una convocatoria a una campaña limpia. Pero las redes sociales suelen desconocer reglas de ética y buenas costumbres; más bien, son un escenario virtual en el que se legalizaron las operaciones de comunicación que antes requerían de una aceitada ingeniería y podían terminar en la Justicia.

Mauricio Macri salió de recorrida en campaña en la Ciudad.Mauricio Macri salió de recorrida en campaña en la Ciudad.

También parece haber conciencia en el macrismo acerca de la final que se juegan en los comicios porteños. No sólo para el PRO sino para el país, razonan. Creen que el oficialismo tampoco tiene conciencia de lo que arriesga. La idea en el macrismo es transversal: tanto en la Ciudad con Leandro Santoro o en la provincia con Cristina y Kicillof, los Milei están alimentando el regreso del kirchnerismo. Mauricio Macri ya sabe de que se trata cuando, aconsejado por Jaime Durán Barba, apostó a polarizar con la ex presidenta, que al final terminó derrotándolo y volviendo al poder junto a Sergio Massa y de la mano de Alberto Fernández en 2019.

Es extraña la jugada libertaria en el AMBA. Porque en los dos distritos dirige la estrategia “El Jefe” Karina Milei. Sin embargo, en la Ciudad van a la guerra contra Jorge Macri y en provincia les tiende la mano a dos de las principales espadas del PRO en Diputados. ¿Habrá una pax armada?

“Los libertarios primero quieren comerse al PRO y después ver qué hacen con el kirchnerismo, reflexionan en la sede de Uspallata. Aún apuestan a que un triunfo porteño mantenga vivo al sello que nació como Propuesta Republicana, y que suba el precio de sus acciones a la hora de sentarse a negociar con los libertarios en la provincia.

Tiempo de descuento

De todas maneras, el Gobierno tiene otras preocupaciones más allá de la estrategia electoral. Desde el principio, el asesor Santiago Caputo diagramó un esquema que le permitía pensar que controlando la inflación y las calles era suficiente para llegar a las elecciones legislativas y triunfar con claridad. Lo que ocurrió el miércoles 12 de marzo en una protesta con destrozos, violencia y una represión sin control, que generó imágenes como la del fotógrafo Pablo Grillo gravemente herido por la Gendarmería, la agresión a una jubilada de 87 años o la injusta detención de un niño de 12 años, no fue solo una marcha con incidentes. Fue el regreso de la disputa por el control de las calles que Milei parecía tener bajo llave.

El kirchnerismo y la izquierda descubrieron una ventana que pondrán aprueba con más marchas como la del miércoles pasado, correctamente controlada en función de un operativo que el Gobierno debió haber planteado en el miércoles negro. O la de este lunes por el aniversario del último golpe militar. Ya anunciaron otras movilizaciones de la mano de la CGT. “Si ellos pretenden controlar la calle a los palos, a nuestro juego nos llamaron”, admitió un dirigente en una reunión de kirchneristas de paladar negro.

En el umbral de las elecciones, Javier Milei está obligado a ganarlas y a mantener ese control de las calles. Y debe hacerlo en un contexto económico que vuelve a reflejar, como durante la historia económica de la Argentina, cierta preocupación en los mercados y una pulseada con el FMI por el uso que el Gobierno puede darle a un nuevo préstamo de facilidades extendidas, que siempre ha sido para el control del tipo de cambio.

Javier Milei con Karina Milei y Luis Caputo.Javier Milei con Karina Milei y Luis Caputo.

Y debe hacerlo con el traje ya no impoluto. La discriminación hacia los homosexuales, el escándalo de la estafa con la cripto $LIBRA que generó denuncias en Estados Unidos, la furia de Santiago Caputo con Facundo Manes en el Congreso, los agravios y acusaciones de un nivel elemental entre legisladores libertarios, la confrontación con los periodistas y el fracaso del operativo de seguridad en una marcha frente al Congreso, otorgaron al Gobierno un aura de vulnerabilidad que en el 2024 no tenía.



Fuente Clarin.com

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