Era una imagen nunca vista por la mayoría de los norcoreanos: el líder de su nación, Kim Jong-un, con aspecto sombrío e inclinado sobre un ataúd envuelto en su bandera. El momento, transmitido por la TV estatal, reflejaba el recuerdo de las tropas caídas en la guerra de Rusia contra Ucrania, un conflicto en el que Kim intentó aprovechar sus sacrificios para ampliar los lazos militares con Moscú.

El evento, al que Kim y su hija adolescente y posible sucesora, Kim Ju-ae, asistieron el domingo con una delegación rusa, incluyó presentaciones artísticas rusas y norcoreanas. Ambos gobiernos organizaron eventos para celebrar el primer aniversario del tratado de defensa y cooperación mutua que Kim firmó con el presidente ruso, Vladimir Putin.

También fue una ocasión para que Kim destacara las contribuciones de Corea del Norte a la guerra de Rusia contra Ucrania mostrando a su pueblo, por primera vez, imágenes de norcoreanos luchando junto a las fuerzas rusas. Ayer se supo que Corea del Norte se dispone a triplicar el número de sus tropas en el frente con Ucrania, enviando entre 25.000 y 30.000 soldados adicionales para ayudar a Moscú, según una evaluación de inteligencia realizada por funcionarios ucranianos y difundida por la CNN.

Las tropas podrían llegar a Rusia en los próximos meses, sumándose a los 11.000 enviados en noviembre que ayudaron a repeler la incursión ucraniana en la región rusa de Kursk.

Pyongyang ya ha enviado grandes cargamentos de proyectiles de artillería, misiles y otras armas, para apoyar los esfuerzos bélicos de Rusia, según funcionarios surcoreanos, ucranianos y estadounidenses. Se cree que las tropas norcoreanas sufrieron 4.700 bajas, incluyendo 600 muertos, según informaron funcionarios de inteligencia surcoreanos al Parlamento en abril.

Corea del Norte confirmó el despliegue de sus tropas y las bajas en abril, cuando prometió un monumento en su honor en Pyongyang. Pero no fue hasta el lunes que su TV estatal transmitió al público imágenes de sus soldados combatiendo en la guerra de Rusia y la llegada de los ataúdes con los caídos.

En las imágenes, se ve a Kim acariciando un ataúd cubierto con una bandera norcoreana, mientras funcionarios norcoreanos y rusos se encontraban cerca. Kim y los funcionarios llevaban chaquetas, lo que sugiere que la entrega de los restos tuvo lugar hace meses, cuando aún hacía frío. Las imágenes de fondo también mostraban a tropas victoriosas de Corea del Norte y Rusia posando para fotos. También contenían una página manchada de sangre de un cuaderno que aparentemente pertenecía a un soldado norcoreano caído.

Al emitir este homenaje poco común a los soldados, Kim buscaba levantar la moral de sus militares y galvanizar el apoyo popular a su decisión de enviar tropas a Rusia, según funcionarios de Seúl.

Corea del Norte ha sido uno de los principales aliados de Putin. A cambio, se cree que Corea del Norte, empobrecida y fuertemente sancionada, recibió petróleo, alimentos y tecnología armamentística que Corea del Sur y funcionarios estadounidenses temían que ayudara a modernizar su ejército.

Fuente: AP, Clarín y The New York Times



Fuente Clarin.com

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