Pocas veces antes, por no decir casi nunca, el peronismo del primer y segundo cordón del Conurbano (la región con mayor peso electoral del país debido a sus 8 millones de habitantes), tuvo que enfrentar una votación como la de este año con el Gran Buenos Aires detonado por el miedo a la inseguridad.

Una vez más, el sufrimiento y la bronca de los familiares de las víctimas parecían minarle la provincia que administra Axel Kicillof. El gobernador tiene su propia guerra contra Cristina Kirchner y, sobre todo, Máximo. Madre e hijo, jefes del PJ Nacional y provincial lo quieren sometido. El mandatario provincial viene amagando con la rebelión y aparenta tener un ejército de al menos 50 intendentes propios y varios expatriados de La Cámpora listos para el motín.

Tras el polémico discurso de Javier Milei el sábado por la noche ante el Congreso nacional, ahora le toca a Kicillof inaugurar las sesiones ordinarias en la Legislatura bonaerense. Será este miércoles 5 de marzo a las 16.

La intención del gobernador es que los legisladores provinciales ayuden a ordenar el cronograma electoral. Para eso, mencionará las PASO como un escollo para las votaciones de este 2025. Así, Kicillof buscará involucrar a la Legislatura local para, como hizo Nación, suspender las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. En realidad, el objetivo de fondo es adelantar las elecciones. Desdoblar los comicios provinciales de los nacionales.

Para suspender las PASO, Kicillof necesita mayoría simple. Esto significa 47 votos en diputados y 24 entre los senadores. Curioso, los que más cerca están para acompañarlo en la Cámara baja provincial serían los 13 del PRO otros 13 de LLA, 7 radicales que responden a Martín Lousteau, 12 propios del gobernador del recientemente creado Movimiento Derecho al Futuro y 9 de los libertarios blue que comanda el dirigente Carlos Kikuchi.

La gran incógnita es que harán los legisladores de Unión por la Patria que responden a La Cámpora y a Sergio Massa. Se sabe que Cristina no quiere saber nada con desdoblar las elecciones bonaerenses temiendo que si eso sucede los intendentes no muevan el aparato con el mismo compromiso en los comicios generales del 26 de octubre.

Es decir, para Kicillof el problema no es juntar los votos entre la oposición sino que su propio espacio político decida respaldarlo. Lo que en La Plata creen es que La Cámpora y el massismo estirarán la votación de la suspensión de las PASO, especulando que el gobernador se quede sin margen de tiempo para que pueda adelantar las elecciones.

Entre los intendentes peronistas la opinión es casi unánime: a todos les convendría que haya desdoblamiento para separar la discusión local con la pelea nacional entre Javier Milei y Cristina Kirchner.

El cerebro de la insurrección de Kicillof contra Cristina es el mismo militante ultrakirchnerista que sedujo y formó a Máximo Kichner para sumarse a la política: Andrés Cuervo Larroque. Lo acompaña Carlos Bianco, el espadachín economista dueño del Clío que tiempo atrás fue removido por la ex presidenta como Jefe de Gabinete bonaerense para poner ahí al ya hundido Martín Insaurralde.

Los intendentes del Conurbano apoyan que Kicillof decida desdoblar la votación teniendo en cuenta que mientras más separadas estén de la pelea nacional, el peronismo pueda fortalecerse en sus propios municipios gracias al aparato que manejan.

En el Instituto Patria ven que el gobernador lo que plantea es volver a forzar una decisión para que La Cámpora está vez no utilice el dedo de la ex presidenta en el armado de listas sin consultar a los jefes comunales. Entre los que más opositores al poder de Cristina dentro del PJ bonaerense está Jorge Ferraresi, líder de Avellaneda.

Ferraresi armó un espacio propio que empuja a Kicillof a que se despegue de Cristina y de Máximo Kirchner. En ese lado de la vereda se paran otros intendentes como Emilio Secco, de Ensenada. También empujan los peronistas de Tigre, Julio Zamora y el ex jefe comunal de Hurlingham Juanchi Zabaleta.

Detrás de todos ellos, como una especie de monje negro del PJ, aparece el ex gobernador de Córdoba Juan Schiaretti. Hubo varias reuniones con jefes comunales en municipios de la Zona Norte del Gran Buenos Aires pero hasta ahora no se acordó una estrategia de acción que pueda lastimar el armado de La Cámpora, sobre todo en las comunas del Sur.



Fuente Clarin.com

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