Según medios italianos, Alejandro Papu Gómez volvería al ruedo tras ser suspendido por dos años al dar positivo en un control antidoping en 2023. A sus 37 años, el mediocampista argentino habría aceptado sumarse al Calcio Pádova de la segunda división italiana. A menos de cuatro meses para que su suspensión expire, el futbolista se encontraba entrenando en el AC Renate de la Serie C italiana y todavía le faltan dos meses para quedar habilitado.
Gómez, mientras cumplía su sanción, mantuvo siempre el ideal de volver a jugar. “El Papu se jubiló, yo no”, reveló durante una entrevista con La Gazzetta dello Sport en abril frente a su deseado regreso al fútbol para octubre de 2025.
“Algunos clubes han llamado a mi agente para saber cómo estoy, cuándo termina la suspensión y cuáles son mis intenciones. Quiero esperar hasta el final de la temporada para saber en qué equipo podría encajar y luego hacer la pretemporada y trabajar para estar en la cima en octubre”, expresó en aquella oportunidad sobre el interés que varios clubes demostraron durante su suspensión.
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Padova, Papu Gomez ha accettato l’offerta del club
In arrivo anche il centrocampista Daniele Baselli#SkySport #SkyCalciomercato— skysport (@SkySport) July 3, 2025
El Papu pareciera haber encontrado una institución a la que incorporarse tras tanta polémica; el Calcio Pádova, recién ascendido a la segunda división italiana tras consagrarse campeón en la tercera.
Según el periodista italiano Gianluca Di Marzio, el argentino se reunirá con el director técnico Matteo Andreoletti y se esperaría su firma para dentro de los próximos días. El contrato propuesto constaría en dos años vistiendo la camiseta del club italiano, con opción por un año más.
El ex Atalanta y Monza disputó su último partido oficial el 8 de octubre de 2023. Luego, fue sancionado por “negligencia grave” tras haber consumido terbutalina, una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). El Papu, al oficializarse la suspensión, comentó que tomó por error un jarabe que era de su hijo menor.
El Comité Sancionador Antidopaje de la Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte consideró que las versiones entregadas por el jugador no resultaban válidas, por lo que lo sancionó con dos años sin jugar.