Un investigador de la vida silvestre compartió en sus redes sociales un “raro” descubrimiento: una tarántula muerta en la selva amazónica, en Perú, infectada con cordyceps, el hongo que inspiró el videojuego The Last Of Us, y es el centro de la trama de la serie de HBO.
Chris Ketola, coordinador de Investigación de Campo de Fauna Forever, una organización dedicada a la conversación de la naturaleza, especialmente en la selva amazónica de Perú y en Uganda, mostró en su perfil de Instagram su curioso hallazgo.
“Delante de mí hay una tarántula que desafortunadamente para ella fue infectada con cordyceps, el hongo zombi que inspiró el juego y la serie de televisión The Last Of Us”, contó Ketola en su video, el cual generó todo tipo de reacciones y comentarios.
“¿A la araña le duele?”. “¡Es increíble!”. “Paciente cero por favor aléjese de los cordyceps”. “¿Es seguro estar tan cerca?”. “¿Cómo sabemos que no es el hongo el que está manejando la cuenta de Instagram ahora?”, fueron algunos de los hilarantes comentarios de los usuarios en redes.
Incluso el actor de voz y músico estadounidense Troy Edward Beker, quien interpretó a Joel Miller en el videojuego, bromeó con el video de Ketola. “Algunos estamos muy familiarizados con el cordyceps”, comentó.
Es que en el universo de The Last Of Us, tanto el juego como la serie protagonizada por Pedro Pascal y Bella Ramsey, el cordyceps es el hongo que desata el caos al infectar a humanos, lo que lleva a los protagonistas a sobrevivir en un mundo infectado de zombis.
De acuerdo con la ficción, el calentamiento global llevó al hongo a evolucionar, a tal punto de ser más tolerantes a las altas temperaturas. El cordyceps, que es muy real y existen más de 400 especies, no pueden crecer y desarrollarse en ambientes que superen los 32 grados centígrados. En cambio, los humanos regulan su temperatura en los 37 grados. De ahí que el planteo del juego y la serie sea meramente ficticio.
Los hongos del género cordyceps son parásitos, mayormente de insectos y otros artrópodos. Al introducirse en un insecto, lo invade y reemplaza los tejidos del huésped.
Algunas especies cordyceps son capaces de afectar a la conducta del insecto hospedador. El cordyceps unilateralis, por ejemplo, al infectar a una hormiga -especialmente de la tribu Camponotini– la lleva hasta lo más alto de una planta antes de morir para que clave su mandíbula en la nervadura de una hoja.
De esta forma, se asegura una máxima distribución de las esporas que emergen del cuerpo muerto de la hormiga y así infectar a otras hormigas.
Esto mismo ocurrió con la tarántula, de acuerdo con el relato de Ketola. “Se apoderó de su sistema nervioso y le obligó a venir a este lugar. Y luego, al morir, el hongo brotó de su cuerpo, permitiendo que las esporas se propagaran a otra tarántula desprevenida”, narró el investigador, que halló el cuerpo del arácnido en el área del río Tambopata en Perú
“Es algo verdaderamente horrible, pero también increíble, que nuestro equipo haya encontrado esta noche”, agregó en el video que publicó en agosto de 2024 y hasta la fecha tiene más de 12 mil comentarios.