El caso Emile conmovió a Francia en el verano del 2023. Su desaparición en los Alpes de la Alta Provence en el primer día de vacaciones en la casa de sus abuelos, su falta de rastros y la aparición un años después de su cráneo en plena montaña generaron toda clase de interrogantes y teorías.
Hoy sus abuelos Philippe y Anne Vedovini y sus dos tíos mayores fueron detenidos provisoriamente a las 6 y media de la mañana, bajo las acusaciones de “homicidio” y “ocultamiento del cadáver”. La pareja detenida tiene 10 hijos.
Por el momento, se presume su inocencia. Se encuentran en “garde a vue”, (custodia policial). Aún no se sabe cuánto tiempo permanecerán detenidos ni si serán acusados.
Lo anunció la fiscalía de Aix-en-Provence en la mañana del martes.

Fueron discusiones y diferencias entre los abuelos y los padres de Emile en sus conversaciones telefónicas, que estaban interceptadas, las que llevaron a la policía a detenerlos, según reveló el diario Le Parisien.
Las escuchas telefónicas realizadas por los investigadores revelaron la existencia de desacuerdos entre los padres de Emile y los abuelos, que tenían la custodia del niño el día de su desaparición.
¿Pudo el abuelo de Émile, Philippe Vedovini, haber sido responsable de la muerte del niño? ¿Está involucrado otro miembro de la familia? ¿El clan aceptó permanecer en silencio y protegerse? Interrogantes cuyas respuestas se conocerán tras los interrogatorios a la familia detenida.
Durante el fin de semana, la policía había recogido una enorme carretilla florida, que adornaba la iglesia del pueblo en los Alpes. Tenía supuestas manchas de sangre y le colocaron un producto para detectarlas.
Los huesos del pequeño fueron encontrados el 30 de marzo de 2024 por una excursionista, a menos de 2 kilómetros de la aldea familiar.
El pequeño fue enterrado el 8 de febrero de este año en La Bouilladisse, en Bouche du Rhone, donde viven los abuelos de Emile. La casa que hoy allanaron.
Los vecinos no están sorprendidos
En Haut Vernet, el pequeño pueblito montañés donde los abuelos tenían su residencia de verano y vacacionaba el pequeño, no se escandalizaron ni sorprendieron. Siempre sospecharon que la desaparición del pequeño y rubio Emile, de dos años, estaba vinculado al interior de esta familia católica integrista, con un abuelo osteópata autoritario, que no se vinculaba con nadie en el lugar.
En Haut-Vernet, “sospechábamos que llegarían estos casos de detención policial”, dijo uno de los vecinos por teléfono. A todos les molesta que la policía haya vuelto al pueblo, que todos repitan la historia, cuando está por comenzar la primavera y la temporada de turismo. Temen el daño a su reputación.
Desacuerdos dentro del clan familiar reveladas por escuchas telefónicas habrían llevado a la policía a estas detenciones. Están siendo interrogados al igual que un bisabuelo del chiquito.
La policía ha allanado La Bouilladisse (Bouches-du-Rhône), la propiedad familiar y la casa de los abuelos de Emile el martes a las 6 y media de la mañana. Se han llevado el automóvil familiar y un vehículo que transportaba caballos. Ahí podría haber estado el cuerpo, cuyo cráneo fue descubierto un año después en la montaña.
Se realizan “operaciones forenses” en “otras partes del territorio”, según informó la fiscalía.
Cronología de una desaparición
El 8 de julio de 2023, Émile Soleil estaba de vacaciones con sus abuelos en Haut-Vernet. Ese día, alrededor de las 4:30 de la tarde, se despertó de una larga siesta, según relataron sus abuelos. Alrededor de las 5 y cuarto, dos testigos informaron haber visto al niño cerca del lavadero, en la parte baja del caserío. Aquí es donde el niño fue visto por última vez. A las 6:12 tras una primera fase de búsqueda, los abuelos denunciaron a la policía la desaparición de Émile.

Para todos los habitantes del pueblito, parece la crónica de una etapa obligada de este dramático misterio que, en opinión de todos, ha durado demasiado tiempo.
Las causas de la muerte
Las causas de la muerte del niño siguen siendo desconocidas hasta el momento. Su cráneo fue encontrado por una excursionista, en una zona de difícil acceso el 31 de marzo de 2024. La teoría de entonces es que lo podrían haber atacado los lobos, que están en la montaña, y los linces, cuando estaba perdido en la montaña.
“No se observó ningún traumatismo ante mortem” en el cráneo, indicó la fiscalía de Aix-en-Provence el 2 de abril de 2024.
Aunque la presencia de su ADN en los huesos, así como en su ropa descubierta en la zona, permitió confirmar su identidad, quedaron muchos interrogantes.
¿Cómo pasar por alto el cuerpo de Émile, a pesar de las exhaustivas búsquedas realizadas en los alrededores? ¿Cuánto tiempo había estado el esqueleto del niño en el lugar donde fue descubierto por la montañista?
En aquel momento, la “pista accidental” parecía reforzarse sin que ninguna otra, incluida la posibilidad de la intervención de un tercero, quedara definitivamente excluida.
Los gendarmes de Marsella investigan
Hace unas semanas, los abuelos del pequeño Émile expresaron su “necesidad de comprender, de saber”.
Ésta es la pregunta a la que intentan responder los gendarmes de la Sección de Investigación (SR) de Marsella, encargados de la investigación.
Émile no estaba solo el día de su desaparición. Durante sus vacaciones, el niño pasaba el tiempo con media docena de tíos, algunos de ellos muy jóvenes, de entre diez y veinte años. Philippe y Anne Vedovini tuvieron diez hijos, repartidos en muchos años, entre ellos Marie, la madre de Émile y la mayor de los hermanos. Adultos y niños que fueron los últimos en ver con vida al pequeño.
“Estas detenciones se inscriben en una fase de verificación y confrontación de los elementos e información recopilados durante las investigaciones realizadas en los últimos meses”, según un comunicado de la Fiscalía de Aix-en-Provence.
Iban a detenerlos antes
Según el diario Le Parisien, que siguió el caso desde el primer día, la puesta bajo custodia policial del abuelo de Emile y posiblemente de otros familiares ya se había considerado en el segundo trimestre de 2024. Si la operación no se llevó a cabo, fue porque una excursionista encontró el cráneo y la ropa del niño en un sendero más abajo, a unos dos kilómetros en línea recta de la aldea de Haut-Vernet.
Los investigadores analizaron entonces la posibilidad de que se tratara de un accidente solitario del niño, que aparentemente se había perdido, después de escapar de la vigilancia de sus abuelos y murió de hambre, sed o agotamiento. Sin embargo, dudan que un niño de dos años y medio pudiera haber cubierto cien metros de desnivel él solo, sin ser encontrado con vida.