Rosario es una ciudad vibrante donde la cultura, la historia y el deporte conviven en perfecta armonía. Con una vista privilegiada sobre el río Paraná, sus calles respiran identidad argentina: desde los parques y paseos costeros hasta sus bares llenos de historias y anécdotas. Es en este contexto donde El Cairo se conserva como un símbolo de la ciudad, un punto de encuentro donde el tiempo parece detenerse.

A menos de cinco horas de CABA, este café histórico no solo es famoso por sus medialunas y su ambiente bohemio, sino también por haber sido el refugio de Roberto Fontanarrosa, el gran escritor y humorista rosarino. En sus mesas se gestaron relatos, chistes y ocurrencias que hoy siguen resonando entre quienes se sientan a compartir un café o una picada.

Si hay un rincón dentro de El Cairo que destila historia, es sin duda la famosa “Mesa de los Galanes“. En ese espacio, Fontanarrosa y sus amigos se reunían para debatir sobre fútbol, literatura y la vida misma, en un círculo de humor y sabiduría popular. Hoy, la mesa sigue allí, intacta, con su placa conmemorativa y el espíritu del Negro Fontanarrosa flotando entre anécdotas que nunca pierden vigencia.

El Cairo no solo es un bar, sino un museo viviente de la cultura rosarina. Sus paredes están decoradas con ilustraciones, retratos y frases que recuerdan la impronta del escritor. Es un lugar donde las generaciones se cruzan y donde la memoria colectiva se sigue escribiendo entre sorbos de café y brindis de cerveza.

La carta de El Cairo mantiene esa esencia tradicional que lo convirtió en un ícono gastronómico. Sus platos más emblemáticos incluyen:

El maridaje perfecto se logra con un café bien cargado, una cerveza artesanal o un vino argentino que haga honor a la ocasión.

Aprovechar la visita a El Cairo puede ser la excusa perfecta para recorrer Rosario y sus principales atractivos:



Fuente Clarin.com

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