La actual provincia de La Pampa estuvo habitada hace ya unos 8.600 años. Los pueblos originarios fueron llamados “pampas” por los colonizadores españoles, en referencia al territorio casi totalmente llano donde vivían.
Tierra de querandíes, tehuelches y puelches, el territorio dio grandes guerreros como Namuncurá o Calfulcurá y fue escenario de la Conquista del Desierto, comandada por el general Julio Argentino Roca en 1879, que permitió la incorporación de millones de hectáreas al territorio controlado por el gobierno.
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La provincia de La Pampa, cuya capital es Santa Rosa, tiene 143.440 km2 y 361.859 habitantes (Censo 2022). Agrícola y ganadera por excelencia, su relieve es llano y su clima, templado frío, ya que es conocida como la “puerta de la Patagonia”.
Su historia está relacionada con una decisión del gobierno de convertir a dos territorios nacionales en provincias en los años 50.
El origen del nombre de La Pampa: historia y significado de la provincia

El 20 de julio de 1951, el Congreso sancionó la ley 14.037 que dio origen a las provincias de Chaco y La Pampa, durante la primera presidencia de Juan D. Perón. La iniciativa había sido de Eva Perón, en su carácter de presidente del Movimiento Peronista Femenino.
La ley estipulaba la convocatoria a una Convención Constituyente, la que efectivamente fue reunida para sancionar la Constitución pampeana, que resolvió otorgar a la nueva provincia el nombre de su impulsora el 29 de enero de 1952, según informa el gobierno provincial.
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La historia del territorio nacional, en tanto, tiene que ver con la ley 1.532, de 1884, que indicaba lo siguiente: “cuando la población de una gobernación alcance a 60.000 habitantes, constatados por el censo general y los censos suplementarios sucesivos, tendrá derecho a ser declarada provincia argentina”. La cifra, en el caso de La Pampa, había sido alcanzada en 1912, según los números del Censo.
A pesar de la oposición de los grandes propietarios de tierras, que en su mayoría vivían en Buenos Aires, nacieron varios grupos que pugnaban por conseguir la provincialización, ya en 1907, cuando surgió el Comité Pro Autonomía.
“Ese primer agrupamiento redactó y elevó al presidente Figueroa Alcorta el primero de numerosos petitorios confeccionados por ese y otros comités a lo largo de muchos años. En ellos se señalaban las razones que sobradamente existían para acceder a la autonomía. En primer lugar, la derivada de la cantidad de habitantes y las cifras de producción agropecuaria, además de la capacidad de los pampeanos para el gobierno propio”, agrega el sitio oficial.

A pesar de que el propio presidente Hipólito Yrigoyen trató de cumplir con esos objetivos, en los años 40 seguían presentándose proyectos legislativos para convertir el territorio nacional en provincia. Esta era una situación desventajosa porque La Pampa carecía de ingresos propios y sus rentas terminaban en el gobierno nacional.
Por otra parte, sus ciudadanos no contaban con representantes en el Congreso y tampoco podían elegir a su gobernador. “La posibilidad de ser provincia brindaba a los autonomistas la idea de tener un eje aglutinador, un gobierno propio, que evite las tendencias al desmembramiento del territorio que se producían al entrar el sur en el radio de succión económica de Bahía Blanca y al tener el norte relaciones comerciales más frecuentes con sus vecinos de otros estados que sí eran provincias”, explica el sitio del gobierno pampeano.
La Pampa mantuvo el nombre de Eva Perón hasta 1955, cuando la Revolución Libertadora le puso la denominación actual, con la palabra que, según la Real Academia Española, define a una llanura extensa y sin árboles de América del Sur. Curiosamente, el 8 de marzo de 2020, la provincia volvió a llamarse Eva Perón, pero solo por 24 horas.