La empanada argentina, uno de los platos más representativos de la gastronomía del país, tiene una historia que se remonta a varios siglos. Su origen se encuentra en las costumbres de los antiguos viajeros y pastores de la antigua Grecia.
El libro “La Comida en la Historia Argentina“, del historiador Daniel Balmaceda, ayuda a entender cómo este plato se integró a la cultura culinaria argentina y cómo, a lo largo del tiempo, se fueron formando los diferentes tipos de empanadas que hoy se disfrutan.
La empanada argentina tiene una historia que comienza mucho antes de su llegada a América. Se cree que el concepto de envolver comida en una masa rellena se originó en la antigua Grecia, donde los viajeros y pastores necesitaban alimentos prácticos para llevar en sus largos recorridos.
Sin embargo, fue en España donde la receta se consolidó y comenzó a adaptarse. Gracias a los árabes, que introdujeron el uso de la masa rellena en la cocina española, la empanada se expandió a otras partes del mundo, incluida América Latina.
En Argentina, la historia de la empanada fue marcada por las migraciones, especialmente las de los españoles, quienes trajeron consigo este delicioso plato, pero adaptado a los ingredientes locales y a los métodos de cocción propios de la región.
La empanada argentina es conocida por la variedad de sabores que ofrece, lo que la convierte en un plato adaptable a diferentes gustos y costumbres. En cada región del país, las empanadas tienen un toque especial que las hace únicas.
Entre las más tradicionales, se encuentran:
A través de los años, las empanadas evolucionaron incluyendo una amplia gama de rellenos, como verduras, humita o combinaciones más innovadoras. Sin duda, cada tipo de empanada refleja la diversidad cultural de Argentina y su amor por la comida compartida.