Una demanda de contra Greenpeace por difamación, incitación a la violencia e intentos de interrumpir la construcción de un oleoducto en Estados Unidos, podría dejar a la famosa organización ecologista internacional en la quiebra en caso de que el fallo sea en su contra.

La ONG ambientalista, que además denuncia que están intentando “silenciarla”, es acusada por el grupo estadounidense Energy Transfer, que exige una indemnización millonaria.

Aunque los daños podrían acercarse a los 1.000 millones de dólares, de acuerdo a lo que estimó la compañía, la indemnización que reclama en esta demanda es de 300 millones de dólares (unos 287 millones de euros), lo que le habrían costado las interrupciones de la construcción por parte de Greenpeace y otros grupos, publicó Forbes.co.

El proceso judicial comenzó este pasado lunes 24 de febrero en el estado de Dakota del Norte con la selección del jurado y se espera que se extienda por cinco semanas.

Las autoridades de Greenpeace se encuentran preocupadas, también, por las posibles consecuencias del caso en relación a futuros movimientos de protesta.

Greenpeace enfrenta un juicio millonario y podría quedar en quiebra

En el centro de la demanda de Energy Transfer se encuentran las movilizaciones que tuvieron lugar entre 2016 y 2017 en Dakota del Norte contra el criticado oleoducto Dakota Access.

La tribu indígena sioux, de Standing Rock, y grupos ecologistas como Greenpeace -a los que se unieron en varias ocasiones miles de manifestantes-, intentaron en vano impedir la construcción de un tramo del ducto que, según los nativos, atraviesa lugares sagrados y amenaza sus fuentes de agua potable.

Energy Transfer demandó a Greenpeace por difamación e incitación a la violencia. Foto: ShutterstockEnergy Transfer demandó a Greenpeace por difamación e incitación a la violencia. Foto: Shutterstock

Energy Transfer, una empresa con sede en Dallas, acusa a esas entidades de haber desempeñado un papel clave en esas manifestaciones, acusación que las ONGs y los representantes indígenas implicados en el movimiento niegan.

“Quiero que quede muy claro que ninguna ONG empezó ni organizó nuestra resistencia. Fue dirigida por matriarcas. Fue liderada por mujeres que se mantuvieron fuertes, que se plantaron en las orillas del río desarmadas”, aseguró Waniya Locke, miembro de la tribu, en un comunicado.

Este es el segundo proceso presentado por Energy Transfer contra Greenpeace. Una primera denuncia contra varias ONG ecologistas fue rechazada por los tribunales federales en 2019, así que el grupo empresarial presentó el caso en Dakota del Norte.

Este nuevo juicio “podría sentar nuevos y peligrosos precedentes legales“, alertó Deepa Padmanabha, de Greenpeace USA, refiriéndose a la posibilidad de un “grave efecto disuasorio” sobre futuras manifestaciones.

Por su parte, Energy Transfer niega estar intentando una represión de la libertad de expresión: “Nuestra demanda contra Greenpeace se debe a que no cumplen la ley”, declaró en diálogo con la agencia AFP.

Pero en particular, en lo que respecta al dinero involucrado en la demanda, si el tribunal falla a favor de Energy Transfer, Greenpeace asegura que el grupo de defensa de la ecología “podría enfrentarse a la ruina financiera, poniendo fin a más de 50 años de activismo medioambiental”.

Es que, según la ONG, esta cantidad es más de diez veces el presupuesto anual del grupo, destacó Forbes.co.

Greenpeace vs. Energy Transfer: cuál es el origen del conflicto

El oleoducto Dakota Access, que es operado por Energy Transfer, es un oleoducto de 1.880 kilómetros que ha transportado petróleo desde Dakota del Norte hasta Illinois desde junio de 2017.

Valorado en unos 3.800 millones de dólares, pasa cerca de la reserva de la tribu sioux de Standing Rock y cruza por debajo del cercano lago Oahe, un embalse que la tribu utiliza como fuente de agua potable.

El monto de la demanda es más de diez veces que el presupuesto anual de Greenpeace. Foto: EFE/ArchivoEl monto de la demanda es más de diez veces que el presupuesto anual de Greenpeace. Foto: EFE/Archivo

La tribu presentó una demanda para bloquear la construcción en septiembre de 2016 que no tuvo éxito, y esto desató protestas de activistas ambientales. En ese momento, entre 2016 y 2017, cientos de manifestantes fueron arrestados en el oleoducto.

En este sentido, Greenpeace sostiene que jugó un papel limitado ya que los grupos nativos americanos fueron quienes encabezaron los esfuerzos.

Con información de AFP y Forbes.co



Fuente Clarin.com

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