En medio del revuelo que generó este martes el anuncio de rebaja de impuestos internos y aranceles a los celulares, surgieron las dudas sobre cómo quedarán los precios al consumidor.

Mientras que el Gobierno adelantó una caída del 30% en los valores de venta finales, en el sector anticiparon una rebaja menor, en el rango de 8% a 20%, y que el efecto no será inmediato, sino que se sentirá recién en el segundo semestre y con más fuerza recién en 2026.

En Chile, ya se encendieron las alarmas y temen que el abaratamiento de los celulares ponga fin a los tours de compra, preocupación que reportaron los medios trasandinos este miércoles, al publicar que “el país perdería a sus mejores clientes turistas”. Al respecto, la Secretaría de Industria y Comercio señaló que la reducción equiparará los valores de los dispositivos en la Argentina con los de países vecinos.

Pero, aunque se achicará la brecha, la industria descarta que los precios se asemejen, en el corto plazo, a los de mercados vecinos, los Estados Unidos y Europa. Hoy, las diferencias van entre un 20% y el doble en dólares en teléfonos de gama media y alta, mientras que en los iPhone llega a casi el triple, por lo que en el sector esperan que los consumidores continúen comprándolos en sus viajes al extranjero.

Pese a que un 80% de los iPhones que llegan a América Latina se fabrican en China y el 20% restante en India, existe una amplia variedad de precios en la región, donde Apple maneja el 8% del mercado, superada por competidores como Samsung, Motorola y Xiaomi, según la consultora Canalys.

Un iPhone 16 Pro Max de 25 GB de almacenamiento cuesta alrededor de US$ 2.900 en la Argentina. Los precios van desde $ 2,6 millones a $ 3,4 millones en revendedores oficiales de la marca de la manzanita y distribuidores independientes, según datos recogidos por fuentes del sector en base a las publicaciones de sitios de venta y plataformas como Mercado Libre.

Es el país donde salen más caros, contra los Estados Unidos, donde se consigue el mejor precio: US$ 1.200 en las tiendas Apple Store, con pequeñas variaciones que pueden alterar el importe final en función de los impuestos que cobra cada estado. En los demás países de América Latina, se consiguen más baratos que en la Argentina:

Por ahora, solo una empresa confirmó una baja en los iPhone, aunque no precisó cómo quedarán los precios finales. MacStation, distribuidor oficial de Apple en el país, informó que los reducirá un 13% en la primera etapa y un 6% más en la segunda, un 19% en total. En su sitio, tiene al iPhone 16 ProMax de 256 GB publicado a $ 2.629.990. Con la rebaja inicial, pasaría a $ 2.288.091.

La baja sería más significativa en equipos importados, que sufrirán una disminución de aranceles de 16% a 8% −para pasar el 15 de enero a 0%− y de impuestos internos de 19% a 9,5%, versus los fabricados en Tierra del Fuego, a los que se les reducirán los impuestos internos de 9,5% a 0%.

Los productos pagan impuestos internos por adelantado, por ende, los que están en venta y los próximos que llegarán a los comercios ya contemplan ese costo. Con los importados pasa algo similar: la mercadería comprometida en camino o próxima a llegar al país ya pagó aranceles.

Independientemente de ello, el sector apunta que, más allá del beneficio que implicará la rebaja impositiva para los 43 millones de argentinos, como afirmó esta mañana el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, los aranceles y los impuestos internos son unos de los tantos gravámenes que encarecen los celulares.

Según la industria, el año pasado, cuando aún estaba vigente el Impuesto PAIS, la carga impositiva en la electrónica ascendía a 66,3%, mientras que en Brasil era de 55,4%, en Chile del 26,1% y en Colombia del 19%.

En el denominado costo argentino, enumeran que influyen costos de producción locales y de importación, como los financieros, los logísticos −de fletes terrestres y aéreos entre el puerto de Buenos Aires y Ushuaia, y con el exterior−, la tasa estadística, el seguro, el doble IVA que pagan bienes extranjeros, Impuesto a las Ganancias, Ingresos Brutos y tasas municipales, entre otros.



Fuente Clarin.com

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