Después de semanas de incertidumbre, Fernando Martínez, el único campeón mundial con el que cuenta el boxeo argentino en estos días, ya tiene un panorama más claro de lo que le deparará su carrera en el corto plazo. Tras su malogrado combate programado para el pasado 31 de diciembre, el campeón supermosca de la Asociación Mundial de Boxeo volverá a Japón para su revancha con Kazuto Ioka, que, si todo sale bien esta vez, se realizará el 11 de mayo.
Luego de la cancelación de este desquite como consecuencia de un cuadro de influenza A que afectó al argentino en los días previos a la pelea, la reprogramación, que inicialmente se esperaba para fines de marzo, se hizo esperar. En el medio, comenzó a sobrevolar la idea de que Martínez realizaría un pleito de unificación en Estados Unidos con el texano Jesse Rodríguez, monarca del Consejo Mundial de Boxeo. Sin embargo, quienes manejan la carrera del peleador de La Boca honraron el compromiso que habían asumido con Shisei Boxing, la promotora de Ioka.
El miércoles pasado, en una conferencia de prensa que se realizó en Tokio y de la que el Puma participó virtualmente, se anunció que el 11 de mayo en el Gimnasio General de la ciudad de Ota, uno de los 23 distritos especiales de la capital japonesa, se concretará la revancha de la pelea que Martínez ganó por puntos en decisión unánime el 7 de julio de 2024 en el Ryogoku Kokugikan.
“Quería pelear y no pude. Se me hicieron muy largos los entrenamientos porque hicimos la preparación más larga de mi carrera. (La pelea) No se pudo hacer hace unos meses y por eso tuvimos que prolongarla. Ahora estoy listo”, contó el argentino durante esa conferencia, en la que aseguró que la influenza A y sus consecuencias ya eran parte del pasado.
“Pude recuperarme de la mejor manera, estoy 100 puntos. A fines de enero arranqué a entrenarme y desde ese momento no paré. Ahora quiero dejar claro quién soy, quiero ganarle y darle una paliza como la que le di en la primera pelea para que no quiera más una revancha. Va a ser una guerra mejor que la primera”, vaticinó el monarca de 33 años, que tiene un récord invicto de 17 victorias (nueve antes del límite).
Ioka, que el 24 de marzo cumplió 36 años, reconoció que le había resultado “difícil de aceptar” la cancelación a pocas horas de la pelea pactada para la Nochevieja. “Pero mi determinación de seguir boxeando se mantuvo inalterada. Me entrené todos los días creyendo que otro combate con Martínez se haría realidad. Desde que perdí en julio del año pasado, quería pelear de nuevo con él. Recorrí un largo camino desde entonces. Hay una historia y todavía hay un camino por recorrer. Quiero resolver esto ganando como es debido para todos los aficionados”, sostuvo el peleador nacido en Sakai, que tiene una marca de 31 triunfos (16 por la vía rápida), tres derrotas y un empate.
Pese a que se había barajado la posibilidad de mudar su campamento a Córdoba, Martínez está realizando en la Ciudad de Buenos Aires el trabajo de acondicionamiento físico para esta contienda, que será su quinta con un título mundial en disputa. Mientras tanto, se regala algunos momentos de distensión. El domingo participó de la inauguración de un mural en su honor que está emplazado en la calle Pilcomayo, entre Necochea y Almirante Brown, en La Boca. Allí también se hizo el lanzamiento de una línea de remeras del campeón.
Dentro de dos semanas, el Puma y su equipo, encabezado por Rodrigo Calabrese, su entrenador, partirán a Estados Unidos para realizar allí el tramo fuerte de los trabajos de sparring, como ya lo hicieron en las últimas tres preparaciones. El 31 de abril, el grupo se trasladará a Japón para adaptarse con tiempo al cambio de horario.