Aire acondicionado o ventilador en máxima potencia, un calor sofocante al salir a la calle y una bebida helada para refrescarse. La escena se repite todos los días en verano y, aunque parece inofensiva, es la fórmula perfecta para terminar con la garganta irritada, congestión o un resfrío inesperado.
El cuerpo no está diseñado para pasar de un ambiente congelado a temperaturas extremas en cuestión de segundos, y menos aún si eso se combina con hábitos que bajan las defensas. Por eso, la Inteligencia Artificial analizó patrones de salud y clima para detectar qué estrategias realmente funcionan para evitar enfermarse en verano.
Aunque muchos lo asocian solo al invierno, el resfrío en verano es más común de lo que se cree. El problema no es la temperatura en sí, sino cómo el cuerpo reacciona cuando tiene que adaptarse de golpe a cambios bruscos.
Estos son algunos de los detonantes más frecuentes:
La IA analizó datos de salud y hábitos de climatización para determinar qué medidas pueden ayudar a reducir el impacto de los cambios bruscos de temperatura.
Uno de los principales puntos es regular el aire acondicionado y evitar diferencias térmicas superiores a los 10 grados entre el ambiente interior y el exterior. También recomienda evitar bebidas extremadamente frías, ya que el contraste de temperatura puede generar irritación en la garganta.
La vestimenta también juega un papel importante. Usar ropa liviana es ideal para el calor, pero contar con una prenda extra para lugares cerrados con aire acondicionado fuerte puede ser clave para evitar resfríos.
Otro factor a considerar es la manera en la que se usa el ventilador o aire acondicionado durante el descanso. Dormir con una corriente de aire directo sobre el cuerpo puede generar tensiones musculares y sequedad en las vías respiratorias.
Por último, la IA señala que reforzar el sistema inmunológico es esencial. Consumir alimentos ricos en vitamina C y mantener una buena hidratación puede ser clave para prevenir enfermedades durante el verano.