En estas vacaciones de invierno, si estás buscando un destino distinto para disfrutar con chicos, lejos del ruido y las multitudes, hay un pueblo en San Luis que parece sacado de una película. Se llama La Carolina, está ubicado a unos 80 kilómetros al norte de la ciudad capital, y es tan pintoresco que hasta fue reconocido por la ONU como uno de los mejores pueblos turísticos del mundo.
La Carolina está en la base del Cerro Tomolasta, a 1600 metros de altura, rodeado de arroyos, callecitas empedradas y casas de piedra que mantienen intacto su aire colonial. La experiencia es ideal para familias: es un lugar tranquilo, seguro, peatonal en temporada alta y con un entorno natural que invita a los chicos a correr, explorar y conectar con la naturaleza.
Caminar por sus calles es como entrar a un cuento: no hay semáforos, el ritmo lo marca el viento serrano y cada esquina guarda una historia minera o una postal inolvidable. Todo se combina para que grandes y chicos puedan desconectar de lo digital y reconectar con lo esencial.
Originalmente llamado San Antonio de las Invernadas, el pueblo fue rebautizado en 1792 como “La Carolina” por el virrey Sobremonte, en honor al rey Carlos III de España. Pero lo que marcó su historia fue el hallazgo de oro en el río cercano, lo que atrajo a cientos de buscadores de fortuna. Hoy, esa historia aún vive en los relatos de los pirquineros locales, y algunos afortunados turistas pueden probar suerte lavando oro en las excursiones guiadas.
Además, el pueblo mantiene un espíritu único: no hay tránsito vehicular durante los fines de semana y en vacaciones, lo que lo convierte en un gran patio de juegos para los más chicos. Podés dejar el auto en la entrada y recorrerlo a pie, cámara en mano, disfrutando de sus callejones, tiendas de artesanos y rincones escondidos.
Para llegar en auto, se debe tomar la Ruta Provincial N.º 9 desde San Luis capital, pasando por El Volcán, El Trapiche y el Valle de Pancanta.
Por su parte, los colectivos salen desde San Martín y Bolívar o desde la terminal EDIRO.