Presente en la dieta de todos los días, el azúcar comprende variedad de endulzantes. El más común entre los argentinos es la fructosa, presente de manera natural en la caña de azúcar, y puesto en la mira por los médicos desde hace años.

Por diversos motivos, el azúcar se ganó mala fama y, por eso, mucha gente ha dejado de agregarlo al café, al té o al mate. También prefiere bebidas “sin azúcar” que tienen otros tipos de endulzantes.

Además de favorecer la ganancia de peso, el azúcar, en especial la fructosa, puede producir colesterol malo (LDL) y obstruir parcialmente los vasos sanguíneos. Porque la fructosa aumenta los triglicéridos y la cantidad de glucosa y disminuye el colesterol bueno (HDL).

Esta acción del azúcar es puesta en duda por un estudio realizado en Suecia y publicado en una revista científica a fines de 2024.

El estudio, publicado en la revista Frontiers in Public Health, fue realizado por un equipo de investigación de la Universidad de Lund (Suecia).

Los científicos analizaron la relación entre el consumo de azúcar añadido en diversos alimentos y bebidas, y el riesgo de padecer siete enfermedades cardiovasculares.

Para llegar a una conclusión examinaron los hábitos alimentarios de 69.705 participantes, de entre 45 y 83 años, mediante cuestionarios y luego hicieron un seguimiento de su salud cardiovascular durante 22 años.

Las encuestas, realizadas en 1997 y 2009, registraron la frecuencia con que bebían bebidas gaseosas y jugos de frutas o consumían golosinas, como chocolate, helados y pasteles dulces.

“Los científicos rastrearon su salud cardiovascular vinculando sus respuestas a los registros médicos nacionales, que luego proporcionaron datos sobre ACV isquémico y hemorrágico, ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, estenosis aórtica, fibrilación auricular y aneurisma aórtico abdominal”, explica el artículo.

Agrega que “el estudio mostró que el impacto del azúcar añadido en el riesgo de enfermedad cardiovascular variaba enormemente dependiendo de la fuente del azúcar”.

Los investigadores afirman que el consumo de bebidas azucaradas se relaciona consistentemente con un mayor riesgo de sufrir ACV isquémico, insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular y aneurisma aórtico abdominal. Un dato que ya otras investigaciones habían demostrado.

Resulta sorprendente que el consumo de pasteles, chocolate y helado estén asociados con una reducción del riesgo de sufrir las siete enfermedades cardiovasculares estudiadas.

El abstract del estudio dice: “La ingesta de azúcares añadidos se asoció positivamente con el ACV isquémico y el aneurisma aórtico abdominal, aunque los mayores riesgos de la mayoría de los resultados se encontraron en la categoría de ingesta más baja”.

Agrega que “se encontraron asociaciones lineales positivas entre la ingesta de aderezos y el aneurisma aórtico abdominal, y entre la ingesta de bebidas azucaradas y el ACV isquémico, la insuficiencia cardíaca, la fibrilación auricular y el aneurisma aórtico abdominal. Se encontraron asociaciones lineales negativas entre la ingesta de golosinas y todos los resultados, y entre la ingesta de aderezos (azúcar, miel, mermeladas y confituras) y la insuficiencia cardíaca y la estenosis aórtica”.

Los científicos dicen que “los resultados sugieren que las asociaciones entre el consumo de azúcar añadido y las enfermedades cardiovasculares varían según la enfermedad y la fuente del azúcar.

Destacan también los efectos adversos para la salud del consumo de bebidas azucaradas e indican mayores riesgos de enfermedades cardiovasculares con un menor consumo de golosinas, lo que justifica una mayor investigación”.



Fuente Clarin.com

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