Para fabricar un Bitcoin se deben ejecutar 160 quintillones de cálculos por segundo, en cuanto termina el procesamiento se borran y el ciclo vuelve a empezar, usando una gran cantidad de energía para su producción. Si Bitcoin fuera un país utilizaría más energía eléctrica que nuestro país.
Será necesaria una educación continua sobre ciberseguridad, concientización sobre el fraude y el desarrollo de sistemas sólidos para proteger a los consumidores, especialmente aquellos que se consideran más vulnerables.
Se espera que el número de usuarios de Internet supere los 5.000 millones este año. 300 mil millones es el número de líneas que necesitará asegurar el mundo de nuevo código de software en 2025. Se prevé que el almacenamiento total de datos a nivel mundial supere los 175 zettabytes para 2025.
Un Zettabyte, equivale a 1021 bytes o, un 1 seguido de 21 ceros, La “ley de Moore” establece que, aproximadamente cada 2 años, se duplica el número de transistores en un microprocesador, necesarios para gestionar el volumen global de datos que circulan en formato digital. El primer Microchip en 1971 contenía 2.300 transistores, mientras que el último lanzado en 2021 tiene 60.000 millones; 7 veces la población de la tierra.
A esto debemos agregarle la IA y la Computación Cuántica que podría darnos acceso a universos paralelos…..así es, mucho, rápido, volátil, efímero; las consecuencias y los efectos colaterales están a vuelta de la esquina.
Una inversión en Bitcoin ofrecida en Facebook, el boca en boca, correos electrónicos o tal vez algún video en YouTube o Tik Tok que promociona una criptomoneda. Los canales van en aumento, Billeteras Cripto Gamer, Whatsapp, Telegram, Linkedin, típicamente gente inexperta, que arriesga pequeños montos y grandes sueños solo para ver cómo funciona, tantear, la realidad es que las víctimas de esta “estafa hormiga” ya se cuentan de a miles y miles.
Las víctimas frecuentemente son atraídas a sitios web y apps falsas que prometen grandes ganancias para los inversores en criptomonedas. Hay miles de criptomonedas diferentes, algunas legítimos y lamentablemente otras no, se trata de un engaño. Las estafas criptográficas se han disparado un 1.000 % desde fines del 2020, en general el monto promedio de robo es menor para cada víctima, la pérdida oscila entre u$s 500 y u$s 2.000 por persona.
Según el FBI de EE.UU. las pérdidas por fraudes y estafas relacionadas con criptomonedas aumentaron un 45% en 2023, por un total de unos u$s 5.600 millones, sustraídos a inversores en 200 países del mundo, los delincuentes se aprovechan cada vez más de la velocidad e irreversibilidad de las transacciones de activos digitales, con una tendencia preocupante ya que Brasil, Venezuela, México y Argentina entre los 20 países con más adopción cripto.
En una de las estafas más grandes de la historia, el esquema OneCoin-Ponzi desafió a bitcoin, OneCoin fue fundada en 2015 por la Dra. Ruja Ignatova, quien, con un doctorado en derecho privado europeo, alto perfil, inteligencia, conocimiento y una amplia red, Ignatova parecía ser cualquier cosa menos un estafador. Esta mujer de 39 años, nacida en Bulgaria, fue la cabeza visible de la compañía que promocionó una criptomoneda inexistente. Si algo supo hacer Ignatova fue convencer a las personas para que creyeran en su modelo de negocio y en apenas dos años había captado la atención de inversionistas de todo el orbe, que creyeron en su idea.
Sin embargo, en octubre de 2017, después de que OneCoin acumulara alrededor de 15.000 millones de u$s , la Dra. Ruja desapareció. El elemento interesante pero sorprendente de esta estafa que duró casi cinco años es que el proyecto nunca tuvo un blockchain. Básicamente, esta estafa tuvo éxito porque, en ese momento, solo unas pocas personas conocían sobre criptomonedas y blockchain.
El FBI de E.E. U.U. lanzó en 2022 una nueva unidad dedicada a investigar y rastrear delitos con criptomonedas. El motivo, es el abuso, robo y estafas enderredor de la industria cripto a nivel mundial y su utilización por el ciberdelito, el ransomware y la extorsión digital, narcotráfico y financiación del terrorismo como muchos otros cibercrímenes solo son posibles a partir del uso de criptomonedas, las bandas de ciberdelincuentes siguen creciendo y el dinero que roban lo obtienen en formato digital, por lo que cada vez es más difícil identificarlos, detenerlos y encarcelarlos.
El Equipo de Explotación de Activos Virtuales (VAXU) del FBI combina expertos en criptomonedas, análisis de BlockChain e incautación de activos, la amenaza que intenta combatir es tan relevante que esta unidad trabaja de manera coordinada con El National Cryptocurrency Enforcement Team (NCET) del Departamento de Justicia de EE.UU. creado a fines de 2021 para investigar el uso delictivo de activos digitales, con un enfoque específico en los intercambios de criptomonedas y el empleo de tecnologías que permiten el uso indebido del recurso cripto para facilitar otra actividad delictiva.
Gabriel Zurdo es especialista en ciber-seguridad. CEO de BTR Consuling.