A poco de haber comenzado el invierno, el frío extremo ya se hizo sentir con fuerza en gran parte del país. La ola polar no da tregua y en algunas ciudades argentinas se registraron sensaciones térmicas de hasta -17 °C. Todo indica que este clima helado seguirá al menos unos días más, lo que complica tanto la rutina en la calle como la vida dentro de casa, y eso incluye el congelamiento de las cañerías.
Durante el invierno las cañerías están más propensas a congelarse y eso deja a muchas familias sin agua durante horas. Además del fastidio que eso genera, si no se actúa rápido, puede derivar en daños graves y costosos. Por eso, es clave conocer cómo descongelar los caños de forma segura y qué medidas tomar para que no vuelva a suceder.
Cuando la temperatura baja de cero y los caños no están bien aislados, el agua dentro de ellos se congela y aumenta de volumen, lo que puede generar roturas. Si ya estás frente a este problema, hay una acción que podés realizar:
Lo primero que tenés que hacer es abrir el grifo conectado al tramo del caño que está congelado. Esto permite que, una vez que el hielo empiece a derretirse, el agua pueda circular y aliviar la presión interna.
Aunque al principio no salga nada o apenas gotee, es importante dejarlo abierto: cuando se descongele, el flujo volverá. Si escuchás un leve zumbido o crujido dentro de la pared o el techo donde pasan los caños, es posible que el hielo ya se esté descongelando y el agua comience a correr lentamente.
La mejor forma de descongelar un caño es aplicar calor de forma gradual. Podés usar:
Es importante no usar fuego directamente sobre las cañerías. El cambio brusco de temperatura puede provocar que el material se expanda y termine rompiéndose.
Una vez que lograste solucionar el problema, lo ideal es tomar recaudos para que no vuelva a suceder, sobre todo en noches muy frías. Estas son algunas de las recomendaciones más eficaces: