Los frascos de vidrio suelen acumularse en la cocina después de terminar una mermelada, un dulce casero o unas aceitunas. Muchos acaban en el tacho de basura o guardados “por las dudas”, sin un uso real. Pero lo que para algunos es un simple envase vacío, para otros puede convertirse en algo útil, bonito y completamente único.
Transformar estos frascos en objetos decorativos o prácticos es una forma sencilla de darles una segunda vida. No hace falta ser experto ni invertir mucho dinero: con materiales accesibles y un poco de ingenio se pueden lograr resultados sorprendentes.
Una de las formas más prácticas de reutilizar frascos es usarlos para guardar alimentos secos. Harina, arroz, fideos, azúcar o legumbres se conservan mejor en estos envases gracias a su cierre hermético y al material transparente que permite ver el contenido de un vistazo. Además, le dan un aire prolijo y moderno a cualquier estante o alacena.
Otra idea que se volvió furor en redes es preparar ensaladas “verticales” o “invertidas” en frascos. Son perfectas para llevar al trabajo, a la facultad o a un picnic, sin necesidad de usar varios recipientes ni preocuparse por el aderezo.