Estamos abrumados por la información, las exigencias y las aspiraciones, pero el tiempo nunca alcanza para atenderlas todas. Esta dinámica genera estrés y contribuye a la epidemia de dolores y enfermedades que azotan a Occidente. Vivimos en la era del hiperconsumo.
Se suele creer que los avances tecnológicos han venido a simplificarnos la vida. Aislados, pueden parecer beneficiosos, pero en conjunto nos arrastran a una parafernalia capitalista que termina por alienarnos.
Así como el exceso de placer deriva en sufrimiento, la sobreabundancia de opciones y supuestas comodidades se convierte en una fuente de angustia.
La verdadera libertad es mental y constituye la mejor defensa contra la vorágine ideológica que impregna el entorno mediático, mercantil y cientificista en el que estamos inmersos.
Para estimular esa libertad, sería necesario un profundo cambio cultural, más humanista. El hombre posee una espiritualidad natural que hoy permanece latente. Deberíamos fomentarla de manera laica y libre, pues en estos tiempos puede ser un refugio frente a la locura cotidiana.
En la antigüedad, los pueblos buscaban vivir en armonía con la naturaleza porque creían que así complacían a sus dioses. Hoy, desmitificadas las fuerzas naturales, el mito se ha trasladado a la economía y la rentabilidad. Pero con la naturaleza no se juega: su “furia” no tiene límites. Tampoco se negocia con ella, porque carece de deseos y temores, y es inmune a la corrupción.
Jorge Ballario / jballario@coyspu.com.ar
Más sobre Milei y el escándalo cripto
El mismo Milei lo dije durante el fantoche de entrevista ante Viale: “Yo actué como difundidor del negocio en mi rol de ciudadano”, refiriéndose al escándalo de timba en el que está involucrado.
Entonces, por qué lo defienden el ministro de Justicia, el ministro de Economía y el vocero?. ¿No tendría que tener, este genio de la economía, patrocinios particulares, no éstos tan impresentables como él y que, dicho sea de paso nosotros, los que sufrimos el ajuste encima les pagamos los sueldos? ¿Por qué no ponen esa millonada que les robaron a esos giles de cuarta en el Pami para volver a tener los remedios gratis?
No, seguro se la van a repartir entre los 3 poderes del Estado…
Miguel Ramón de Peón / ramon.depeon@hotmail.com
La historia nos habla de personas que oficiaron en un segundo plano, detrás del primer mandatario, fuera este rey, zar, presidente o primer ministro. Son conocidos con el nombre de Monje Negro. Rasputín fue la exacerbación de tal conducta.
A través de los tiempos siempre han habido este tipo de funcionarios acicateando desde bambalinas. Nuestro país no ha estado exento de ellos. Los han habido en el pasado, lejano y reciente.
En el actual Gobierno nacional, más de uno, está en lucha contra extraños y especialmente contra propios, originando constantes salidas del Gabinete. Que todo lo bueno de esta administración no se empañe por tales actitudes titiriteras.
Guillermo Luis Bravo / guillermoluisbravo@yahoo.com.ar
Jurídicamente la astucia es la maniobra dolosa para inducir al otro en el error. Y, a diferencia de la belleza que se tiene o no se tiene de nacimiento, la astucia es un don que se puede aprender.
Cristina Fernández aprendió el arte de la astucia vendiendo adornados paquetes políticos sin contenido. Siempre ha dicho lo que el otro quiere escuchar aunque de hecho la idea le repugne. Si atrae votos, lo malo se convierte en bueno.
El presidente Milei no ha aprendido el arte de la astucia todavía. Dice lo que piensa y circunscribe su pensamiento al mismo, olvidando que la realidad abarca mucho más que nuestra visión de las cosas.
Señor Presidente, si quiere triunfar en política, deje sus anteojeras ideológicas derechistas y empiece a hacer lo que funciona para todos. El escándalo de las criptomonedas es una clara advertencia de que nadie se las sabe todas, y que en política las buenas intenciones no existen.
Si las hizo, pague y vuelva al camino de Alberdi. Lamentablemente le ha dado la razón a su oponente. Si va a hacer una presidencia-casino, al menos sea astuto y deje el que croupier sea otro, como hizo su antecesora en otros aspectos.
Gustavo Gil / gustavogil68@hotmail.com
Javier Milei se manifestó públicamente sobre el escándalo por la promoción de la criptomoneda $LIBRA negando su responsabilidad y afirmando: “Obré de buena fe y me comí un cachetazo”.
Innegablemente el hecho evidencia una preocupante falla de gestión de su parte, así como también de su equipo de colaboradores más cercanos, y, por sobre todas las cosas, la ineficacia de los servicios de Inteligencia que permitieron el acceso directo a la figura presidencial de personas de dudosa moralidad y trayectoria profesional con objetivos empresariales criptos poco claros, lo cual denota la frágil seguridad que rodea a Javier Milei que posibilita que “se coma un cachetazo”.
El escándalo le brinda la oportunidad para que ordene sus conductas para proceder en el futuro con coherencia y racionalidad y, a la vez, para determinar con severidad quienes son los colaboradores que debe mantener a su lado.
Oscar Edgardo García / osedgar@yahoo.com
He visto mucha gente autolesionada por el mal manejo de las motosierras. El descargo de Mieli frente a un periodista oficialista fue lamentable en algunos pasajes, si sabía que es un negocio de riesgo para timberos cabe preguntarse por qué lo difundió o promocionó si a priori no lo ignoraba, ¿no era para que las pymes tuviesen acceso al Capital?, es una contradicción flagrante.
Después que no eran 44.000 eran solo 5.000 personas como para justificar que el fraude de un privado no es tan importante. Luego se refirió al escorpión haciendo un reconto de sus fechorías que a esta altura me importa muy poco de ella con su banda de forajidos, y comparaciones como una discusión de barrio.
Generar confianza cosa que había logrado para muchos lleva años y no lo logran, tuvo la habilidad en poco tiempo de lograrlo y ahora me da la sensación de haber tirado todo por la borda. Generando un tembladeral con perjuicios económicos para todos los 46 millones de argentinos. No creo sinceramente pese a mis observaciones objetivas que esté involucrado como beneficiario, pero por lo menos fue negligente e imprudente en sus formas de relacionarse con bandidos que pululan en las redes crypto. En lo sucesivo sugiero que a los presidentes hay que sacarles los celulares.
Roberto Sánchez / sanchezroberto03@yahoo.com.ar