El Fondo Monetario Internacional señaló este jueves que es clave un “amplio apoyo político y social” para la implementación y el éxito de un nuevo programa, cuando el Gobierno busca presentar en los próximos días ante el Congreso un borrador del acuerdo con el organismo, del que aún no se conocen los detalles. El nuevo plan, dijo el Fondo, “abordaría los desafíos pendientes de Argentina”.

En una conferencia de prensa en Washington, la portavoz del FMI, Julie Kozack, dijo que seguían “avanzando” de manera “constructiva” con las autoridades argentinas en las negociaciones de un nuevo programa que incluiría, según estima el Gobierno, un desembolso adicional para alimentar las reservas y poder salir del cepo.

El presidente Javier Milei se reunió en febrero con la directora gerente Kristalina Georgieva y el viernes el ministro de Economía Luis Caputo habló virtualmente con la número dos del organismo, Gita Gopinath. El acuerdo parece estar en el tramo final, acelerado por una reunión significativa que mantuvo en Washington el ministro Caputo con el secretario del Tesoro de EE.UU, Scott Bessent..

El apoyo del gobierno de Donald Trump –Estados Unidos es el principal accionista del organismo— es fundamental a la hora de aceitar los mecanismos del Fondo, aunque tampoco los técnicos darán “un cheque en blanco” a la Argentina, estiman en Washington.

Kozack ratificó los elogios del organismo sobre los avances macroeconómicos del presidente Javier Milei y el equipo económico. “El plan de estabilización y crecimiento de las autoridades está dando resultados significativos. Ha logrado avances notables en la reducción de la inflación, la estabilización de la economía y el fomento del retorno al crecimiento en el país, y la pobreza finalmente está comenzando a disminuir en Argentina”, dijo.

Y agregó que “para sostener estos primeros avances, existe un entendimiento compartido sobre la necesidad de seguir adoptando un conjunto coherente de políticas fiscales, monetarias y cambiarias, mientras que, muy importante, se impulsaría el crecimiento y se mejorarían las reformas”.

“El nuevo programa se basaría en los avances logrados hasta ahora, al tiempo que se abordarían los desafíos pendientes de Argentina”, dijo.

Ante la falta de reservas y las turbulencias internacionales, el Ministerio de Economía evalúa acelerar el trámite y girar un borrador del acuerdo la semana próxima al Congreso, cuyo contenido no trascendió, incluso sin incluir el memorándum con los detalles técnicos o staff level agreement. La idea es que el proyecto se discuta en la comisión de Presupuesto y Hacienda.

“El acuerdo con el Fondo se evalúa enviarlo a comienzos de la semana próxima, ya hay un borrador y no incluirá el memorándum”, dijeron en Economía.

Kozack respondió a preguntas sobre el tema. “Tomamos nota del compromiso del presidente Milei de buscar el apoyo del Congreso para un nuevo programa respaldado por el FMI, como hemos dicho a menudo en el pasado, la fuerte identificación y el amplio apoyo son clave para el éxito del programa”.

Enfatizó que “asegurar el apoyo del Congreso es una decisión de las autoridades, tal como está legislada en la legislación interna argentina”, pero, destacó, “un amplio apoyo político y social puede mejorar la implementación del programa”.

Kozack no quiso contestar preguntas específicas sobre las negociaciones, el tamaño potencial del programa o algún cronograma en particular, pero enfatizó que el diálogo es “continuo y constructivo”.

El Gobierno busca apurar el nuevo programa para conseguir dólares y llegar con aire a las elecciones legislativas de octubre. El plan incluiría un desembolso que podría rondar los 10.000 millones de dólares, pero incluso podría ser el doble, como vaticinó días atrás el banco suizo UBS. “Podríamos ver hasta USD 20.000 millones, incluidos USD 8.000 millones en nuevos fondos, cubriendo tanto pagos de capital como de intereses al FMI durante el resto del mandato de Milei”, especularon desde el Banco.

En el Fondo aún hay dudas sobre la flexibilidad cambiaria y el riesgo de que se utilice un futuro desembolso para controlar el dólar en un año electoral. Si bien Milei ha prometido desmantelar el cepo a fin de año, no hay señales de una devaluación, algo que en el FMI verían con buenos ojos, pero que genera escozor en el Gobierno por temor a que se dispare la inflación.

En febrero el Central ha tenido que salir a intervenir varias veces para frenar el dólar. Al FMI le agradaría ver pronto una flotación cambiaria libre, pero Milei no parece estar dispuesto a dar ese paso al menos hasta fin de año.



Fuente Clarin.com

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