En un conmovedor momento televisivo, Ernestina Pais se sinceró sobre su lucha contra el alcoholismo durante su participación en el programa de Mirtha Legrand.
Con orgullo, la conductora reveló que lleva un año y tres meses sin consumir alcohol y compartió detalles de su proceso de recuperación. “Fue una situación delicada, pero hoy me lleva a transmitir esto que es básicamente que se puede”, expresó, muy emocionada.
Al aire de La Noche de Mirtha (El Trece), Ernestina contó que, tras 30 años de carrera ininterrumpidos, que incluyó desde teatro junto a José María Muscari (otro de los invitados en la mesa), giras con El show de la menopausia de Manuel González Gil, y trabajos en radio y televisión, Pais comenzó a sentirse angustiada y triste.
“Por más de que tuviera todo lo que tenía en mi vida, estaba triste. Y vino la pandemia”, recordó, acerca de cómo el confinamiento obligatorio y el hecho de que su restaurante, que manejaba hace 25 años, debiera cerrar sus puertas, agravaron su estado emocional. “Estábamos todos endeudados y yo empecé a usar el alcohol para calmar y tapar la angustia”, confesó.
La conductora explicó que su consumo fue progresivo y estuvo ligado a su dificultad para expresar emociones. “El consumo problemático no empieza el día que vos levantás la copa, sino cuando empezás a no decir lo que te está pasando. ‘Me estoy sintiendo mal, estoy angustiada, estoy deprimida, la vida que antes me llenaba y me daba felicidad no le estoy encontrando la vuelta’. Y empecé a vivir un infierno“, admitió.
“Por suerte hoy se entienden las adicciones como un problema de salud mental. No hay que tener vergüenza a decirlo. Soy una mujer guerrera que ha tenido una adicción legal. Lo tenía en mi restorán, o sea, yo estaba encerrada en un restaurante con un depósito lleno de alcohol“, relató Ernestina, explicando cómo su entorno le facilitó su adicción.

Además, se mostró orgullosa al contar que, cuando le preguntaron si tenía alguna restricción con respecto a la comida del programa, ella dijo que sí, que no bebe alcohol. “Hace un año y tres meses que no bebo”, admitió.
En ese momento, Pais relató cómo pudo superar su adicción: “Como yo soy una omnipotente narcisista, como la mayoría de los adictos, decía ‘yo puedo sola’. Me interné y me salí voluntariamente. Hasta que en un momento mi familia, después de una situación en casa en la que yo me golpeo y me lastimo… tuve un accidente doméstico en el que me fracturé la mano y no me acordaba de nada“.
“Ahí mi familia, que ya tenía todo armado, me dijo ‘sí, tranquila, te vamos a llevar al sanatorio para que te vean la mano’. Y cuando llegué al sanatorio estaba la persona del juzgado que me comunicó que a partir de ese momento yo entraba a la judicialización“, recordó.

Sin embargo, aclaró que aquella intervención de su familia fue un acto de amor de su entorno. “Lo que se hace es decirle ‘vos no estás pudiendo solo’. Y yo no lo aceptaba”, afirmó.
“En ese momento yo no entendía nada. Lo primero que hay que hacer, para ser judicializado, en una cantidad de análisis físicos cotejados con profesionales que digan que la persona necesita ser tratada. Te hacen electroencefalogramas, electrocardiograma, orina y sangre para ver que seas una persona sana porque te van a medicar y te van a encerrar”, recordó Ernestina.
Durante su recuperación en un centro especializado, Pais tuvo que adaptarse a un entorno completamente distinto al que estaba acostumbrada, estando siempre acompañada por otras pacientes en la habitación.
“Era un lugar mixto, pero me tocó estar en cuartos con mujeres. Uno acostumbrado a ser independiente, a ser su propio jefe y a vivir en la casa propia con sus cosas… De golpe, estás en un lugar con reglas propias del lugar, donde tenes que hacer caso y conviviendo en una habitación con dos personas más”, relató sobre la dificultad de la internación.

“El lugar en el que yo estuve es estrictísimo. No te trataban mal pero no te dejaban pasar ni una. No te dejaban ni maquillarte. Había una cuestión de estar despojado de todo y de la igualdad entre todos”, recordó.
Ante la pregunta de Mirtha de si no pedía alcohol durante su internación, Ernestina respondió con un no rotundo: “Cuando entendí dónde estaba, dije ‘esta es mi oportunidad para salvarme, no sé cuántas otras voy a tener’”.
“Sentí que volví a nacer. Para mí es una nueva oportunidad. Una vez que hice el tratamiento y vi la luz de la situación, me di cuenta que no era una vergüenza. Si luchás, vas a poder”, cerró.