En el momento culminante de su novela más simbólica, El extranjero, el personaje de Albert Camus concede que cuando dispara y mata en la playa al árabe que lo incomoda, había tocado “a la puerta de la desgracia”. Y en su último libro, Animales difíciles (Seix Barral), Rosa Montero trae a su página de créditos este escalofrío Dickens: “Era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos; la edad de la sabiduría y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación”.

En esas ciudades en que consiste el mundo que estamos viviendo todo conspira para que lo que sucede vaya a peor. El mundo toca sin remedio a la puerta de la desgracia y este puede convertirse en el peor de los tiempos. Lo que se avecina ya está lloviendo sangre.

A la alerta se suman ahora dos libros, uno del escritor norteamericano Timothy Snyder y otro del periodista italiano Andrea Rizzi. Ambos analizan, desde distintas perspectivas, la presente locura del mundo. Es el peor de los tiempos…, si no se remedia la presente barbarie.

El de Timothy Snyder, autor de Tierras de sangre y Europa entre Hitler y Stalin, entre otros, y publicado en español por Galaxia Gutenberg, se titula Sobre la libertad. El de Andrea Rizzi, periodista de El País, es La era de la revancha y aparece en Anagrama. Han sido recibidos como alertas ante lo que que ya está sucediendo: el miedo a lo peor.

Andrea Rizzi, corresponsal de Asuntos Globales de El País, es un veterano estudioso de los sucesivos malestares que desembocan en esa puerta entreabierta por la que asoma la desgracia mundial. Su libro narra las consecuencias que puede tener esta época “marcada”, dicen sus editores, “por pulsos entre potencias y entre clases”.

“La era de la revancha”, añade la presentación editorial, “es un retrato de la génesis, la interacción y el devenir de estas corrientes que confluyen en un peligroso remolino”. Detrás de esta apreciación, que fue objeto de un debate entre el autor y la muy importante escritora Irene Vallejo, la autora de El infinito en un junco (Siruela), se esconde el estupor de las guerras que laten como las campanas que tañían en la obra de Hemingway.

Ese debate alcanzó una insólita expectación que llenó la sala principal de la Fundación Ortega y Gasset en Madrid, como si esta fuera una función sobre el fin de una época y la inauguración de una temporada en el infierno que no se sabe cómo va a acabar. El público siguió sobrecogido esta conversación, como si los dos jóvenes contertulios hablaran desde un conocimiento tranquilo para explicar una alarma que los embarga a ellos mismos, pero del que avisan a los que no han percibido la naturaleza del mal.

Dijo la autora de El infinito en un junco que este libro “empieza con la palabra remolino y acaba con la expresión ensanchando (…) la primera persona del plural…”. El resultado de lo que se ha leído hasta entonces, y en definitiva el análisis de lo que pasa es “un viaje desde el abismo” sobre el que Rizzi plantea “soluciones y razonamientos” para atajar lo que parece que se avecina. Dice Irene Vallejo, y luego lo subrayaría Andrea Rizzi, que “nos hallamos ante una frontera histórica. Por delante tenemos la década probablemente más peligrosa, imprevisible y al mismo tiempo más importante desde el fin de la Segunda Guerra Mundial… Estamos en tiempos interesantes, como dice la maldición del proverbio, de incertidumbre y de un doble ataque a la democracia, desde dentro y desde fuera”.

El escalofrío siguió con la intervención inmediata del autor del libro, que hablaba pausado, como si estuviera leyendo en el aire la cantidad de consecuencias que ha obtenido de su análisis de esta era de la revancha que tiene nombres propios cada más significados o solitarios y poderosos: Putin, Trump… Ante la sala en silencio, entre el estupor y el interés, Rizzi desgranó esos nombres, para que el subrayado se entendiera mejor: “Estamos ante una década de extrema peligrosidad y de cambio muy profundo”.

Confluyen en esta riña, que ahora tiene en el nuevo presidente norteamericano al protagonista más imprevisible, la violencia desatada por Putin, los excesos del capitalismo y la inepcia de la política para oponerse a las distintas maneras del desastre. El presidente Trump, que renueva este rumor de desastre, estuvo flotando como una amenaza y como la certeza del propio título: el todopoderoso norteamericano inaugura la era de la revancha.

Son las dos grandes fuerzas que protagonizan el asomo de la barbarie, las citadas y las que se adivinan, “las que crean el remolino”, en las que están los Estados Unidos, China y Rusia, marcados por las distintas banderas del nacionalismo y del revanchismo. Frente a ello, frente a ese remolino tan peligroso, las instituciones y la capacidad política, han de pinchar “la burbuja del descontento…” Ya se han comprobado “las trágicas consecuencias” del malestar que Rizzi subraya la posibilidad inminente de desastre. El tiempo perdido, el estado de somnolencia, todo lo que el libro analiza, está, escrito como una herramienta de comprensión de la resistencia ante lo que se avecina.

Irene Vallejo y Andrea Rizzi, estuvieran hablando desde el miedo que da el conocimiento de los peligros del futuro. El público lo recogió como si fuera una carta de aviso escrita en 1931, cuando empezaron los peores augurios del siglo XX.

Con ese sentimiento cerrando la era de optimismo que pudiera albergar aun gramos de esperanza acudí, al día siguiente, a una conversación con Timothy Snyder. No hay redención, el norteamericano está persuadido de que la libertad está en juego. Lo que pasa en su país, cuyo nivel de libertad está por debajo de los que se pueden advertir en Rumania o Corea del Sur, “ilustran increíblemente bien” la crisis presente. “Ahora mismo”, dice, “cuando el sol está brillando en Madrid, los empleados de Elon Musk están robando los datos de cada ciudadano norteamericano. Están rebuscando en las computadoras del Gobierno federal sin atenerse a leyes, sin supervisión, sin bases legales, desde la convicción de que el gobierno siempre es malo…” .

Elon Musk es el abogado de la idea de que libertad significa destruir el Gobierno… Mientras estoy hablando con ustedes él está tratando de destruir el Gobierno de los Estados Unidos”. Snyder tiene la certeza de que “la libertad es la política correcta, es el valor de los valores, la condición en la que todas las otras cosas beneficiosas para la humanidad pueden ganar la partida”. Lo que ha hecho hasta ahora Trump, y lo que hace su asociado más notorio, es desafiar la democracia tal como la hemos conocido. “Musk podría destruir el Gobierno federal”, recalcó Snyder.

Snyder dejó la sensación de que aquello que decían Vallejo y Rizzi sobre la era de la revancha está aquí para quedarse. Cuando escuché lo que Trump propone para Gaza, donde la guerra tiene su más grave metáfora, recordé las barranqueras de mi barrio pobre en Tenerife; imaginé a mis padres abandonándolo para irse a otra parte del mundo.

La mala historia está en marcha: está amenazado todo el mundo, también los barrancos de los pobres de Gaza, de los pobres de cualquier lugar, sometidos al ojo perverso de la revancha. El peor de los tiempos, una lluvia sucia nos aguarda.



Fuente Clarin.com

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