Seguir en la zona de confort o animarse a más. Esa es la cuestión. O, al menos, así lo fue para Verónica Bergottini, una joven —científica y misionera— que decidió apostar por un proyecto nacido en un laboratorio, pero con potencial para imponerse en el mercado de las bebidas saludables.

“La idea de emprender no surgió de una estrategia comercial, sino de una investigación científica”, cuenta Verónica, quien estudió en la Universidad Nacional de Misiones y luego se doctoró en biología en Suiza, donde se especializó en microbiología y fermentaciones. Allí conoció de cerca los beneficios —y el sabor— de la kombucha, y con el tiempo vio una oportunidad.

¿Pero qué es la kombucha? Se trata de una bebida a base de té, reconocida por sus propiedades benéficas para el sistema inmunológico y digestivo. Su elaboración consiste en la fermentación de té verde con azúcar, gracias a la acción de un consorcio de levaduras y bacterias.

Durante el proceso, la mayor parte del azúcar es metabolizada, convirtiéndola en una bebida natural, deliciosa y baja en calorías. Es efervescente, ligeramente ácida y posee todo el sabor y aroma del blend de té base. Al no ser pasteurizada, aporta microorganismos que contribuyen al desarrollo de la microbiota intestinal.

“En 2018 arrancamos con la investigación académica y, tras la pandemia, la gente empezó a buscar alimentos más naturales. Ahí sentí que podía transformar ese conocimiento en un producto real”, recuerda la bióloga. Así nació Karu Kombucha, una empresa que obtiene toda su materia prima en la provincia de Misiones (excepto el azúcar) y se industrializa en Munro, en el conurbano bonaerense.

Pero no todo fue sencillo. Si bien su formación científica fue una gran carta de presentación, los comienzos como emprendedora fueron duros. “Yo vine a Buenos Aires con una mochila, literalmente, y tuve que salir a golpear puertas. Ir de fábrica en fábrica, sin ser de acá, en un ambiente muy masculinizado, fue un desafío enorme”, recuerda. Aunque el conocimiento en microbiología le abría puertas y generaba confianza, abrirse paso en la industria fue incómodo al principio. “Tuve que aprender a manejarme, a plantarme. Por suerte, pude capitalizar todo ese know-how y transformarlo en una fortaleza”, cuenta con orgullo.

La kombucha no es un invento nuevo. Se consume en todo el mundo como una alternativa a las gaseosas. Pero el gran diferencial de Karu Kombucha es su fuerte arraigo a la tierra colorada: todos los ingredientes —excepto el azúcar— provienen de Misiones. “El té lo compramos directo al productor, en la zona del Alto Uruguay misionero. También usamos frutas tropicales como maracuyá, mango, naranja y hasta una flor como el hibiscus (roselia). Nuestra identidad misionera está en los sabores”, señala Verónica.

Hasta el momento, la bebida se comercializa en lata de 354 cc, con leve gasificación natural. No contiene conservantes, colorantes ni aditivos, lo que la diferencia claramente de las bebidas industriales. “Una kombucha bien hecha tiene ingredientes reales. El azúcar que usamos se fermenta y queda en muy baja proporción. Lo que el consumidor encuentra es sabor, aroma y salud”, destaca la emprendedora.

Karu Kombucha estará por primera vez en Caminos y Sabores edición BNA, ese gran mercado de alimentos regionales, artesanías y turismo que, del jueves 3 al domingo 6 de julio, se desarrollará en La Rural de Palermo. “Estamos muy entusiasmados con nuestra participación en esta feria tan importante. Y más allá de las ventas —que desde luego son fundamentales— queremos enfocarnos en la divulgación. Nuestro compromiso es que las personas conozcan la kombucha y sepan que existen bebidas fermentadas naturales, saludables y sabrosas”, pondera.

Desde su formación científica, esta doctora en biología también pone el foco en educar al consumidor: “Lo importante es leer las etiquetas. Ver cuántos gramos de azúcar tiene cada bebida, si tiene conservantes o no. La kombucha puede tomarse en ayunas, con las comidas o en la coctelería. Es versátil, como una sidra sin alcohol”, remarca.

Verónica no solo construye una marca: propone una mirada sobre el desarrollo, la producción con identidad y el rol de la ciencia aplicada a la vida cotidiana.

En Caminos y Sabores, Karu Kombucha se presenta con una propuesta clara: mostrar que existen opciones reales a las bebidas azucaradas e industrializadas, y que esas alternativas naturales pueden ser ricas, accesibles y saludables.



Fuente Clarin.com

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