En medio de la incertidumbre global, un seminario organizado por BlackTORO buscó poner el foco en cuáles son las mejores opciones de inversión. En el Global Wealth Management que se desarrolló días atrás en el hotel Sofitel Fernando Marengo socio y economista jefe de Black TORO y Matthew Beem, Sr Portafolio Manager, expusieron ante los inversores.
Estos fueron los diez ejes de la presentación:
1. La incertidumbre en la economía global se encuentra en máximos históricos, solo superados por los momentos más críticos de la pandemia.
2. Factores de riesgo global: la preocupación en los mercados se debe a las tensiones geopolíticas, los cambios en la política arancelaria y migratoria de EE.UU., y la incertidumbre sobre cómo corregirá su elevado déficit fiscal.
3. Mercados más inestables: en este contexto, los mercados financieros han mostrado correcciones significativas, con aumentos en la volatilidad y caídas en las principales acciones.
4. Menos riesgo, más estabilidad: las empresas grandes y consolidadas tienden a ofrecer mayor seguridad en tiempos de incertidumbre, en comparación con compañías más pequeñas y dependientes del ciclo económico.
5. Preferencia por sectores defensivos: industrias como el consumo básico y la salud suelen resistir mejor las crisis, mientras que sectores como tecnología y consumo discrecional tienden a ser más volátiles.
6. Mayor calidad en bonos: en el mercado de deuda, los bonos de empresas financieramente sólidas pueden ser una mejor alternativa que aquellos con mayor riesgo de impago.
7. El oro como refugio: los metales preciosos siguen siendo una opción para protegerse de la incertidumbre y del aumento del déficit fiscal.
8. Sin señales claras de recesión: a pesar de la volatilidad, los principales indicadores económicos aún no reflejan un deterioro significativo que sugiera una crisis inminente.
9. Liquidez como oportunidad: mantener efectivo disponible permite aprovechar oportunidades en empresas con fundamentos sólidos y buenas perspectivas de crecimiento.
10. Europa en el radar: una posible expansión fiscal en Europa, motivada por el gasto en defensa, podría generar oportunidades de inversión en algunos países, siempre considerando su situación fiscal y nivel de endeudamiento.