elegí el sitio ideal para un viaje de ensueños

Hay rincones en el mundo donde el romance se vive de manera especial, ya sea por sus paisajes de ensueño, su historia o la atmósfera que los envuelve. Desde pequeñas ciudades con calles adoquinadas hasta playas paradisíacas y castillos de cuento, cada destino tiene su propio encanto para compartir en pareja.

Algunos lugares fueron elegidos una y otra vez por viajeros en busca de experiencias únicas y memorables junto a sus parejas. A continuación, un recorrido por los diez destinos más románticos, según National Geographic.

Las Cataratas del Iguazú, ubicadas entre Brasil y Argentina, forman un conjunto de más de 275 saltos de agua rodeados por selva tropical, ideal para conocer en pareja en una escapada de pocos días.

Uno de los puntos más impactantes es la Garganta del Diablo, de casi 500 metros de ancho, donde la fuerza del agua genera una nube de niebla permanente.

Según la leyenda, un dios enojado creó esta cascada al partir la tierra, luego de que su prometida huyera con otro hombre. Además de los miradores panorámicos, es posible recorrer senderos dentro del Parque Nacional o navegar en lanchas que se acercan a las caídas de agua.

Con sus canales, calles empedradas y arquitectura medieval, Brujas es una de las ciudades más pintorescas de Europa. Sus casas de ladrillo reflejadas en el agua crean un paisaje de cuento de hadas. La ciudad es famosa por el Minnewater Bridge, donde, según la tradición, cruzarlo en pareja garantiza amor eterno.

Otro punto emblemático es la torre del Belfort, que data del siglo XIII y alberga 47 campanas que suenan sobre la ciudad. Al atardecer, la luz dorada transforma sus canales en un escenario aún más romántico.

La Riviera Francesa, también conocida como Costa Azul, es famosa por sus costas, su historia y su glamour. Destinos como Saint-Tropez, Cannes y Niza combinan escenarios naturales con un estilo sofisticado.

En Niza, es posible recorrer el Promenade des Anglais, mientras que en Cannes, la vista al mar se complementa con exclusivos restaurantes y boutiques. Quienes buscan un entorno más tranquilo pueden visitar la isla Sainte-Marguerite, un refugio natural accesible en ferry desde la costa.

Las casas blancas y calles laberínticas de Mykonos contrastan con el azul intenso del mar Egeo, y crean una postal característica de las islas griegas. La zona de Little Venice, con balcones suspendidos sobre el agua, está conformada por bares y restaurantes que ofrecen vistas privilegiadas para contemplar el horizonte.

Además de su vibrante vida nocturna, cuenta con playas de aguas cristalinas y rincones tranquilos donde es posible disfrutar de la belleza del paisaje en un ambiente íntimo.

Ubicada en el norte de España, San Sebastián combina paisajes costeros con una destacada oferta gastronómica. La Playa de la Concha, con su bahía de aguas tranquilas y arena dorada, es ideal para pasear junto al mar.

En el casco antiguo, los bares ofrecen una gran variedad de platos tradicionales vascos, mientras que los restaurantes con estrellas Michelin hacen de la ciudad un destino culinario de primer nivel. Para una vista panorámica, el Monte Urgull y sus miradores permiten observar la ciudad y el mar desde las alturas.

A lo largo de la costa de California, Big Sur ofrece un entorno de acantilados abruptos, bosques de secuoyas y vistas espectaculares del océano Pacífico. La ruta escénica de la Highway 1 atraviesa la región y permite detenerse en puntos panorámicos.

Entre los sitios más emblemáticos se encuentra el Julia Pfeiffer Burns State Park, donde un sendero lleva hasta una cascada de 24 metros. En la zona, pequeños alojamientos, boutique y restaurantes con terrazas completan la experiencia.

En el sur de la India, Kerala es un destino conocido por su belleza natural y su atmósfera tranquila. Sus backwaters, una red de canales rodeados de palmeras, pueden recorrerse a bordo de kettuvallam, antiguas embarcaciones que hoy funcionan como casas flotantes con comodidades modernas.

Además de estos paseos, Kerala ofrece playas de arena dorada, montañas cubiertas de plantaciones de té y una rica tradición en medicina ayurvédica. Todo esto hace de la región un refugio óptimo para el descanso y la conexión con la naturaleza en pareja.

Ubicado cerca de Chichén Itzá, el Cenote Ik-Kil es una piscina natural rodeada de paredes de piedra cubiertas de vegetación. Se accede al descender una escalera de 26 metros hasta una plataforma desde la que se puede nadar en sus aguas cristalinas.

Los mayas los consideraban lugares sagrados, y su atmósfera mística, con cascadas que caen desde las alturas, sigue siendo uno de los principales atractivos para los visitantes que buscan una experiencia inigualable en plena naturaleza.

El Lago Bled, rodeado de montañas y bosques, es uno de los paisajes más románticos de Eslovenia. En el centro del lago se encuentra la Isla de Bled, a la que solo se puede acceder en botes de remos tradicionales.

Allí, la Iglesia de la Asunción brinda una vista privilegiada del entorno. Sobre un acantilado, el Castillo de Bled, con su arquitectura medieval, completa la imagen de este destino que parece sacado de un cuento. El lago también cuenta con senderos para recorrer a pie o en bicicleta.

Construido en el siglo XIX como refugio privado para el rey Luis II de Baviera, el Castillo de Neuschwanstein se alza en los Alpes bávaros, rodeado de bosques y montañas. Su arquitectura de cuento de hadas inspiró el diseño de un castillo de Disney, el de la Bella Durmiente, con torres puntiagudas y fachadas ornamentadas.

Desde sus miradores, se obtienen vistas espectaculares del valle y los lagos cercanos, lo que lo convierte en un destino perfecto para quienes buscan un entorno romántico y lleno de historia.