A pocos metros de la plaza de la Bastilla, un intento de secuestro a la hija embarazada de un empresario del rubro de las criptomonedas, a su hijo de dos años y a su marido conmovió a París a las 3 de la tarde del lunes.

Los vecinos lo frustraron y obligaron a los tres secuestradores a huir en una camioneta ploteada con el slogan de Chronospot, el repartidor de paquetes del correo en Francia, que fue abandonada poco después. Es el tercer intento de secuestro en lo que va del año en Francia, y crece la preocupación en el país. A uno de los secuestrados le cortaron el dedo, al estilo mafioso.

En la calle Pache del barrio 11 de Paris, el intento de secuestro ocurrió cuando la familia salía de su casa y había circulación en la calle, en el animado barrio de la Bastilla.

Un video grabado desde balcones de un edificio cercano muestra la lucha de la familia con los secuestradores. Tres hombres enmascarados descendieron de la furgoneta, en la rue Pache, con el intento de secuestrar a la la mujer y al hijo. Luego de agarrarla, intentaron arrojarla en el piso de la camioneta.

La calle Pache se convirtió en escenario de un episodio violento a las 3 de la tarde del lunes. Foto: REUTERS    La calle Pache se convirtió en escenario de un episodio violento a las 3 de la tarde del lunes. Foto: REUTERS

La mujer de 34 años fue mantenida aprisionada en el piso de la vereda mientras gritaba: “Estoy embarazada”, “Déjenme” y trataba de proteger a su pequeño hijo, que estaba a su lado en el momento de la agresión.

El marido llegó a protegerla. Se acostó sobre ella impidiendo que la llevaran secuestrada al furgón. Emprendió la lucha contra los que buscaban secuestrarlos. Recibió varios cortes y golpes en la cabeza. Los secuestradores estaban armados al menos con una pistola y un cuchillo, que la mujer consiguió arrancarles y arrojarlo lejos.

Los gritos de pedidos de auxilio alertaron a los vecinos, que no bajaron. Algunos comenzaron a filmar desde los balcones.

El vecino que se convirtió en héroe

Hasta que llegó Nabil, un vecino que los conoce y reconoció sus voces. Es comerciante en la rue Pache. Vio desde el bar de la esquina que estaban bajo amenaza y agarró el extinguidor de incendios, que estaba en la escalera de su edificio. Corrió a donde se estaba produciendo el ataque.

“Yo pensé que le estaban robando una cartera o un teléfono. Me di cuenta que era algo más que una agresión. Era un intento de secuestro. Querían llevárselos en la furgoneta. Tenían un arma. El marido de ella peleó como un tigre. Recibió todos los golpes”, contó Nabil.

Nabil un vecino que intervino con un extinguidor de incendios, logró que los secuestradores huyeran. Foto: REUTERS  Nabil un vecino que intervino con un extinguidor de incendios, logró que los secuestradores huyeran. Foto: REUTERS

El vecino se encontró frente a tres hombres vestidos de negro y encapuchados. “Ellos estaban sobre la familia, en el piso. El marido defendía a la mujer y recibía todos los golpes. Yo llegué con el extinguidor para pegarles. Cuando me vieron, emprendieron la fuga. Yo tenia la esperanza de hacerlos huir. Les tiré el extinguidor por la cabeza y huyeron”, contó Nabil. Otro automóvil blanco paró frente a la furgoneta pero nadie bajó a ayudar.

Un testigo, que no quiere dar su nombre, asegura “que ciertamente “el hombre del extinguidor” les salvó la vida”. Un gesto heroico, que le parece normal a Nabil.

La camioneta blanca arrancó rápidamente, casi deja a uno de los secuestradores abajo. Abandonaron en la vereda cables, con los que se supone que los atarían. El vehículo fue dejado en la rue Chemin Verte, un poco más lejos.

Refugiados en un bar

La mujer embarazada y ensangrentada estaba en el suelo. Se refugió en un café vecino, con su chiquito, mientras los que grababan el video se preguntan: “¿Le secuestran al hijo? ¿Se llevan al bebito?” No lo consiguieron.

Dos vecinas llamaron a la policía, que seguían el secuestro en el teléfono. Al minuto llegaron los bomberos y la policía.

Jean Jacques, un viejo urgentista, brindó los primeros auxilios a la mujer embarazada en el bar. Pronto llegaron los bomberos de Paris, que se ocupan de las urgencias en la ciudad. La mujer estaba tirada en el piso, ensangrentada pero consciente.

Fueron trasladados los tres a un hospital mientras Nabil, el héroe de la rue de Pache volvió a su negocio.

Investigación

La fiscalía de Paris abrió una investigación por” tentativa de arresto, secuestro o detención arbitraria de banda organizada, violencias agravadas y asociación ilícita en vista de la preparación de un crimen”.

La investigación fue encargada a la Brigada de represión del Bandidismo de París. En la tranquila rue de Pache hay todavía rastros de sangre. El café Content reúne a todos los testigos y el dueño ofreció un trago a Nabil como agradecimiento.

“Yo vi gente pelear y escuché gritar. Me dio miedo y me fui. Había mucha gente en las ventanas, un obrero encadenado ,que trabajaba en un inmueble. Muchos filmaban la escena. Otros gritaban :”llamen a la policía, llamen a la policía”, contó la señora.

El ferretero de la cuadra escuchó gritar a otro: “Tienen un revólver, tienen un revólver, corran”. “Vi a un hombre en el piso todo ensangrentado y mi colega comerciante, blanco como un papel. Fue el quien tiró el extinguidor”, contó.

Sobre la vereda quedó un arma de los secuestradores. Era falsa pero nadie lo sabía entonces.

Nabil y Jean Jacques, el comerciante y el urgentista, se convirtieron en los héroes del día. Reaccionaron, a pesar del miedo y frente al ataque a los vecinos que conocían.

Cuando el conductor de la camioneta vio que el secuestro estaba en tren de fracasar, huyó. Los tres secuestradores montaron detrás porque las puertas estaban abiertas.

El bebé de dos años fue rescatado en la pelea por un mozo del café Content. El chiquito había recibido gas lacrimógeno en los ojos. Jean Pierre, el urgentista, lo limpió con serum fisiológico.

Tercer caso en el mundo de las criptomonedas

El incidente se produce tras dos secuestros en Francia en lo que va de año, dirigidos contra personas vinculadas a la industria de las criptomonedas.

En enero, David Balland, cofundador de Ledger, una empresa francesa valorada en más de mil millones de euros, y su pareja fueron secuestrados de su domicilio en la región de Cher, en el centro del país. Los secuestradores torturaron a la pareja, cortándole un dedo a Balland, mientras exigían un rescate de 10 millones de euros.

La pareja fue encontrada un día después. La policía arrestó a seis hombres y una mujer en relación con el crimen.

El 1 de mayo, el padre de un acaudalado empresario de criptomonedas y juegos de póker fue secuestrado y obligado a subir a una furgoneta de reparto, a plena luz del día, en el distrito 14 en Paris. Los secuestradores, que exigieron un rescate de entre 5 y 7 millones de euros, también le cercenaron un dedo a la víctima. Parece ser un gesto mafioso.

Al día siguiente, la policía rescató al hombre en una redada en Palaiseau, un suburbio del sur. Cinco sospechosos fueron arrestados.

Bruno Retailleau, ministro del Interior, escribió en aquel momento: “Mis más sinceras felicitaciones a los investigadores, que hicieron un trabajo excepcional al liberar a este hombre y arrestar a sus captores”.

Una fuente policial afirmó que la esposa de la víctima declaró a los investigadores que su esposo e hijo, dueños de una empresa de marketing de criptomonedas en Malta, habían recibido amenazas en el pasado.

Los ejecutivos del sector de las criptomonedas también han sido blancos de secuestradores en otras partes de Europa durante los últimos dos años.

El ministro del interior Bruno Retailleau anunció que reunirá a los empresarios de criptos “para trabajar en seguridad”, ante secuestros, tortura y violencia en pleno Paris” de ellos o sus familiares.



Fuente Clarin.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *