El mes de Ramadán es un período de reflexión, de conexión con Allah (Dios) y de fortalecimiento de la comunidad islámica. El ayuno es uno de los cinco pilares del Islam, junto con la profesión de fe, la oración, la limosna y la peregrinación a la Meca.
Durante ese mes, los musulmanes deben prácticamente abstenerse de consumir alimentos y bebidas y evitar comportamientos negativos, como la mentira o la discusión. En su lugar, deben dedicarse a la oración, la lectura del Corán y la caridad.
El ayuno comienza con una comida antes del amanecer, y se rompe con otra al anochecer, momento en el que, según la tradición, se consumen dátiles y agua, seguido de una comida más completa.
La fecha de Ramadán cambia cada año porque corresponde al noveno mes lunar con el cual se rige el calendario islámico. El Ramadán 2025 en Argentina comenzó el sábado 1 de marzo y finalizará el domingo 30 de ese mismo mes.
El Centro Islámico de la República Argentina explica que “Allah ha prescrito el ayuno para los musulmanes en un mes especial, el bendito mes de Ramadán, y lo convirtió en el cuarto pilar del Islam”.
Agrega que “el ayuno en el Islam es una forma de adoración a Allah por medio de la abstención de la comida y la bebida, como también de las relaciones sexuales y otras cosas que anulan el ayuno, desde el comienzo del alba, hasta la puesta del Sol, cuando se llama a la oración (salat) del Mágrib”.
Por ende, en cada día durante el Ramadán, los musulmanes llevan a cabo dos comidas siempre fuera de la luz del sol. El suhoor, es el desayuno previo al amanecer y que suele tener lugar a las 4 de la mañana antes de la primera oración del día. Y el iftar, la comida de la noche tras la oración del atardecer. Generalmente, esos alimentos son a base de dátiles y agua.
Las sagradas escrituras del Islam explican que “cuando comienza Ramadán se abren las puertas del Paraíso y se cierran las puertas del Infierno, y el demonio es atado con cadenas” (Al Bujari, 3103; Muslim, 1079). En otras palabras, es un tiempo de oración y de abandono de las malas costumbres.
En este sentido, “a quien ayuna durante el día y realiza actos de adoración durante la noche, Allah le perdonará sus faltas anteriores”, explica el Centro Islámico. Porque, dijo el Profeta, “a quien ayune durante Ramadán con fe y devoción, Allah le perdonará sus faltas anteriores” (Al Bujari, 1910; Muslim, 760).
En este mes se encuentra la más grandiosa de las noches del año: la Noche de la Predestinación (Láilatu Al Qadr), en la cual, como lo indica Allah en Su libro, si se realizan buenas acciones ellas son mejores que si se realizaran en otras ocasiones. “La Noche de la Predestinación es mejor que mil meses” (Corán 97:3).
En cuanto al ayuno, Allah lo prescribió por varias razones. Por ejemplo, alcanzar la piedad ante Allah, algo que solo es posible por medio de la adoración, a través de la cual el siervo se acerca a su Señor, dejando las cosas que le gustan y controlando sus deseos.
También es visto como un ejercicio para aprender a obedecer a Allah y a cómo escapar a la compulsión de los pecados. “Si el ayunante deja de hacer cosas que le son permitidas habitualmente por obedecer a Allah, entonces es lógico que pueda tener control sobre sus deseos para no cometer pecados, respetando los límites establecidos por Allah, dejando de lado lo que es erróneo”, dice el Centro Islámico.
El significado del ayuno va más allá porque también permite sentir el hambre y lo difícil que es no tener comida, un recordatorio de la difícil situación que viven los pobres día a día.
Según el Centro Islámico, “esto le hace recordar al ayunante lo que sienten sus hermanos que son pobres cuando sufren hambre y sed, y de esta forma su corazón se sensibiliza y se esfuerza por consolarlos y ayudarlos”.