Robert Maudsley, el prisionero más peligroso de Inglaterra, inició una huelga de hambre después de que los guardias del recinto le confiscaron su Playstation. “Estamos muy preocupados por él”, se sinceró su hermano mayor en conversación con el Mirror.
Paul Maudsley resaltó que los videojuegos -específicamente los de guerra y de ajedrez— sacaron a su hermano del letargo en los últimos diez años. Ahora, dijo, volvió a ser el de antes y “corre el riesgo de volverse loco”.
Maudsley es conocido como “Hannibal, el caníbal” y pasa sus días al igual que el asesino de ficción encerrado en una celda de cristal, en una especie de prisión dentro de una prisión.
“Volvió a ser el que era hace 10 años cuando no tenía nada que le estimulase y se quedaba ahí sentado, vegetando y corría el riesgo de volverse loco”, comenta Paul, de 74 años.
Los guardias también le confiscaron el televisor, sus libros de no ficción y su equipo de música. Por eso, si bien a sus 71 años es un preso “educado”, ahora entró en huelga.
“Son muy importantes para él, no es justo que lo quiten sin una buena razón. No conseguimos hablar con nadie para saber qué está pasando y estamos muy preocupados”, remarca Paul, y agrega: “Se niega a aceptar comida desde el pasado viernes y estamos muy preocupados por él. No sabemos cuánto va a sobrevivir sin comida”.
Paul recibió una llamada de “Bob” en la que parecía muy “enojado y ansioso”. En ella, el criminal le advirtió: “Voy a hacer huelga de hambre, por lo que no te sorprendas si esta es la última vez que te llamo”. Desde ese entonces, Maudsley no lo llamó más.
Robert Maudsley, “Hannibal, el caníbal”, fue encarcelado por primera vez por asesinato cuando tenía 21 años, en 1974. Desde 1978 cumple perpetua por matar a dos compañeros de prisión en la cárcel de Wakefield. Ostenta el récord mundial de aislamiento, aislado del resto de la población carcelaria durante casi 46 años.
Después de matar a sus dos compañeros prometió que haría lo mismo con dos más. Desde ese entonces, Maudsley pasa sus días en aislamiento dentro del recinto.
Así como el personaje de Anthony Hopkins en El silencio de los inocentes, ningún personal de la cárcel quiere verse a solas con él. El estar encerrado en una celda de cristal le dio el apodo del famoso caníbal del cine.