El queso es un alimento tan sabroso como nutritivo, pero existen muchas dudas y mitos acerca de su inclusión en la dieta, sobre todo cuando se padecen problemas de salud. En ese contexto, un prestigioso cardiólogo recomienda el único queso para comer cuando hay que cuidar el corazón.
A nivel culinario, se trata de un alimento muy versátil , ideal para acompañar todo tipo de platos, dar un toque extra de sabor o aportar cremosidad a las salsas, por dar unos ejemplos.
Si bien es cierto que algunos tipos de queso se destacan por su alto contenido en grasa y sodio lo que tiende a decir que tienen mucho valor nutricional, aparecen otros con suficientes proteínas, vitaminas y bacterias saludables que los convierten en muy sanos.
De todos modos, siempre es importante consultar a un médico o nutricionista antes de tomar una decisión vinculada a la salud, para que brinde su consejo profesional de acuerdo a cada caso.

Dicho esto, Cheng-Han Chen, cardiólogo y director médico del Programa Cardíaco Estructural en el Memorial Care Saddleback Medical Center de California, Estados Unidos, se pronunció al respecto de “su queso preferido” para proteger la salud cardiovascular: la mozzarella.
Por qué la mozzarella es el queso para cuidar el corazón
El queso mozzarella es un queso fresco de pasta hilada, originario de Italia, que se caracteriza por su textura elástica y su sabor suave.
Su historia se remonta a los orígenes de la industria quesera en Italia, que se cree que tiene más de mil años de antigüedad. La palabra “mozzarella” proviene justamente del verbo italiano “mozzare”, que significa “cortar”, en referencia a la técnica utilizada para producir este producto.
Como suele suceder con cualquier alimento, comer con moderación es clave. De ahí que la recomendación es consumir de 30 a 40 gramos por día, algo así como un pequeño trozo de mozzarella fresca, preferiblemente baja en sodio y acompañada de alimentos ricos en fibra, como tomates, albahaca o espinacas, destacan en Salud de 20 Minutos.
Chen afirma que la mozzarella “es una buena fuente de proteínas y calcio, e incluso contiene probióticos que pueden beneficiar la salud intestinal e inmunológica”.
Claro está que no se trata de una opinión aislada, sino que estudios recientes confirman que los nutrientes de este tipo de queso, especialmente en su versión fresca y light, podrían beneficiar al corazón.

Dos puntos resultan fundamental para ser elegido con el fin mencionado. Y son los siguientes:
- Bajo contenido en grasas saturadas, comparado con otros quesos como el cheddar o el gouda.
- Probióticos naturales, que mejoran la microbiota intestinal y reducen la inflamación sistémica, factores a su vez de riesgo cardiovascular.
Si es cuestión de optar, Chen elige “la mozzarella fresca ya que tiene menos grasas saturadas y sodio que otros quesos”.
Aunque al tratarse de un lácteo, es fuente inestimable de calcio y proteínas, elementos que a su vez son cruciales para regular la presión arterial y mantener la masa muscular.
De todos modos, no son pocos los expertos siguen poniendo reparos sobre el consumo de queso.

Desde la Asociación Americana del Corazón señalan que “reemplazar grasas animales por vegetales (palta, frutos secos) sigue siendo la prioridad. Pero si se elige un queso, la mozzarella light es una opción menos dañina”.
Qué queso comer y cómo consumir
Desde MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, recomiendan que los productos lácteos, como el queso, estén pasteurizados.
A la vez sugieren que se eviten ciertos tipos como los blandos y los que tienen vetas azules.

Es por ellos que resulta importante tener en cuenta los siguientes puntos, a la hora de decidir qué queso comer y cómo hacerlo:
- Los quesos bajos en grasa o sin grasa son una fuente saludable de calcio, vitamina D y potasio.
- Es una excelente fuente de proteínas de alta calidad.
- Rico en vitaminas A y D, que ayudan al cuerpo a absorber el calcio y mantener los huesos y dientes sanos.
- Posee vitaminas del grupo B, entre las que destaca la vitamina B12, la B9 (ácido fólico), la B1 (tiamina) o la B2 (riboflavina).

- Comer como refrigerio bastones de quesos bajos en grasas o sin grasa.
- Untar queso cottage bajo en grasa en galletas de trigo y agregar tomates.
- Poner una cucharada de queso cottage sin grasa a los huevos revueltos.