A lo largo de la historia, ha existido un fenómeno que, aunque suele generar controversia, es más común de lo que se cree: la atracción hacia personas casadas.

Esta inclinación, muchas veces, responde a una combinación de factores psicológicos, emocionales y sociales que pueden influir, de manera consciente o inconsciente, en los deseos de algunos individuos.

Para algunas personas, el hecho de que alguien esté casado actúa como una especie de “sello de aprobación”. Ver a una persona comprometida y deseada por otra puede reforzar la idea de que esa persona posee cualidades valiosas: estabilidad, madurez, capacidad de compromiso o incluso éxito social.

Este fenómeno, conocido en psicología evolutiva como “copy Choice” o selección por imitación, sugiere que los humanos tienden a sentirse atraídos por individuos que otros ya han elegido, pues esto reduce la incertidumbre en la toma de decisiones afectivas. Pero también existe un síndrome psicológico muy particular que podría explicarlo. Veamos de qué se trata.

Cuando la atracción de lo prohibido produce muchas heridas. Por qué a algunas personas les atraen los casados: el síndrome que podría explicarlo./ Shutterstock.Cuando la atracción de lo prohibido produce muchas heridas. Por qué a algunas personas les atraen los casados: el síndrome que podría explicarlo./ Shutterstock.

Por qué a algunas personas les atraen los casados: el síndrome que podría explicarlo

Un factor que no se puede negar es que en este tipo de relaciones también hay un componente relacionado con el deseo de lo prohibido. Lo inaccesible muchas veces incrementa el interés.

En este sentido, lo prohibido puede adquirir un halo de misterio, de desafío o de conquista, alimentando la atracción no por la persona en sí, sino por lo que representa: un reto, una transgresión o una manera de validar el propio poder de seducción.

En algunos casos, hay quienes se sienten emocionalmente más seguros al relacionarse con alguien comprometido, ya que inconscientemente saben que la relación no puede llegar a un compromiso profundo. Para personas con miedo a la intimidad o al rechazo, este tipo de vínculos les permite experimentar afecto sin exponerse del todo.

Tampoco puede ignorar el papel que juegan las experiencias personales previas, las carencias emocionales o las dinámicas familiares aprendidas desde la infancia.

Las relaciones paralelas suelen causar mucha angustia. La de la que espera y la de la que es engañada./ Foto: Shutterstock.Las relaciones paralelas suelen causar mucha angustia. La de la que espera y la de la que es engañada./ Foto: Shutterstock.

Algunas personas han crecido viendo modelos de amor marcados por la infidelidad, el abandono o la falta de límites claros y, sin darse cuenta, reproducen estos esquemas en sus elecciones afectivas.

Pero otra causa muy común (y que pocos saben que tiene un nombre que la describen) es el llamado “síndrome de Fortunata”. Esta es una expresión que se ha popularizado para describir un tipo particular de relación afectiva, en la que una persona (generalmente una mujer) se vincula sentimental o sexualmente con un hombre casado, asumiendo un papel secundario pero con la esperanza o ilusión de que, algún día, él dejará a su esposa para formalizar la relación con ella.

El término proviene de la novela Fortunata y Jacinta (1887) de Benito Pérez Galdós, una de las obras cumbre del realismo español.

En la historia, Fortunata es una mujer apasionada, de origen humilde, que mantiene una relación intermitente con Juanito Santa Cruz, un burgués que termina casándose con Jacinta, una mujer de su misma clase social. A lo largo de la novela, Fortunata se mueve entre el deseo, la dependencia emocional y la esperanza, mientras permanece atrapada en una posición marginal.

Divorcio. Foto Shutterstock.Divorcio. Foto Shutterstock.

Desde un punto de vista psicológico, el “síndrome de Fortunata” describe un patrón afectivo en el que la persona se involucra con alguien ya comprometido, tolerando la clandestinidad, el rechazo o la falta de reciprocidad plena, con la expectativa (a menudo no cumplida) de que la situación cambiará.

Ruptura de pareja. separación. divorcio. sufrir por amor. Foto Shutterstock.Ruptura de pareja. separación. divorcio. sufrir por amor. Foto Shutterstock.

Qué es el síndrome Fortunada (o Fortunato)

Este síndrome puede estar relacionado con baja autoestima, patrones de apego ansioso, idealización del otro y una fuerte necesidad de validación emocional.

En esta línea, desde el sitio Su Médico destacan que: “Aunque el síndrome de Fortunata no se considera una enfermedad mental, los comportamientos que lo caracterizan pueden afectar la salud emocional de quienes lo experimentan. La ansiedad, la baja autoestima y la inseguridad son algunos de los efectos que pueden surgir en personas que mantienen este tipo de vínculos durante un tiempo prolongado”.

Las mujeres, con muchas más chances de sufrir síndrome de fatiga crónica. Foto Shutterstock.Las mujeres, con muchas más chances de sufrir síndrome de fatiga crónica. Foto Shutterstock.

Algunos elementos comunes de este tipo de vínculo son:

  1. La esperanza sostenida. La persona espera que “lo suyo es verdadero” y que el otro tarde o temprano tomará una decisión definitiva a su favor.
  2. La competencia con la pareja oficial. A menudo se genera una comparación constante con “la otra”, como si el amor tuviera que ganarse o merecerse.
  3. La negación de la realidad. Se minimizan las señales de evasión o falta de compromiso del otro, aferrándose a momentos de intimidad como pruebas de un vínculo auténtico.
  4. El sufrimiento romántico. El dolor que genera la situación es asumido como parte del precio del amor, alimentando la narrativa del amor trágico o sacrificado.

En el fondo, el síndrome de Fortunata puede hablar de una herida central: el deseo profundo de ser elegida, de ser suficiente, de vivir una historia donde el amor triunfe por encima de todo, incluso cuando los hechos muestran lo contrario.

El sueño de "Fortunata" está en la esperanza sostenida de que el abandone a su mujer./ Shutterstock.El sueño de “Fortunata” está en la esperanza sostenida de que el abandone a su mujer./ Shutterstock.

Comprender este síndrome no implica juzgar a quien lo vive, sino más bien ofrecer una mirada compasiva y consciente sobre cómo el deseo, las carencias emocionales y los mitos del amor romántico pueden entrelazarse para sostener relaciones desequilibradas.

En definitiva, la atracción hacia personas casadas es un fenómeno complejo que va más allá de la moral o el juicio social. Habla de necesidades internas, de heridas no sanadas y de la naturaleza humana, siempre en búsqueda de conexión, reconocimiento y amor, aun cuando este parezca estar fuera de los límites establecidos.



Fuente Clarin.com

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