El semáforo alemán

Feb 28, 2025



Alemania dio un ejemplo de ejercicio activo de la democracia en las elecciones de este domingo 23/2, y a la vez, de alerta sobre su futuro, con proyecciones e implicancias que subrayan las razones de preocupación. Votó el 83% del padrón, en lo que fue la más alta participación electoral desde la reunificación.

Pero ese alto presentismo estuvo empujado, cabe presumir, principalmente por el descontento, el enojo y el miedo. Triunfaron los conservadores del CDU-CSU con el 29% y fueron derrotados los socialdemócratas, que cayeron al 16%, las dos principales fuerzas políticas hasta hoy, pero en el medio se coló Alternativa por Alemania (AfD), la extrema derecha que duplicó su respaldo quedando -con el 20%- como segunda fuerza. Le siguen los Verdes, con un 11% y la izquierda, que cosechó el 8%, seguidos por los liberales del FDP, que quedaron fuera del Parlamento, con un 4%.

La llamada “coalición semáforo” (por los colores de los socialdemócratas, verdes y liberales) que gobernó en los últimos años dará paso a una nueva coalición liderada por los conservadores, que obviamente no será monocolor. Pero esa “gran coalición” no será tan grande: apenas si arañará una mayoría simple para conformar un gobierno que deberá enfrentar un contexto problemático.

El interés que suscitaron estos comicios tuvo una elocuente expresión en Buenos Aires, donde la embajada alemana organizó un panel para analizar y debatir los resultados con los representantes de las fundaciones alemanas Konrad Adenauer, Friedrich Ebert, Heinrich Böll, Hans Seidel, Friedrich Naumann y Rosa Luxemburg nen la Argentina, representantes de todo el arco político y un auditorio también de amplio espectro político, académico, empresario y vinculado con la comunicación y la educación.

Cabe consignar que en Alemania, las fundaciones políticas desempeñan un papel especial en la vida política y social. Si bien son cercanas a los partidos políticos, son independientes de la política partidaria.

Alemania habla a través de sus expresiones políticas plurales, condición de la vitalidad que sigue teniendo su democracia parlamentaria. Pero acecha un monstruo de varias caras -la AfD- que ha corrido la línea roja de lo que se puede decir y lo que no, con expresiones revisionistas y negacionistas que circulan en las redes y reivindican abierta o indirectamente su pasado más ominoso. Algunos de esos exponentes ingresarán ahora al Bundestag.

Está allí el espejo lejano de un siglo atrás, cuando el Parlamento de la República del Weimar empezó a ver crecer en su seno un partido que terminó destruyéndola desde dentro, creando marasmo y beneficiándose de él. Habrá un nuevo “gobierno semáforo” en Alemania, aunque cambiará el orden y seguramente el número de sus colores, pero que no dejará de tener una “alerta amarilla” encendida.



Fuente Clarin.com

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