Después de más de dos años de espera y reclamos vecinales, el puente Soler volverá a estar operativo este sábado. La reapertura de esta estructura, que conecta los barrios de Palermo, Belgrano y Colegiales, se adelanta dos días respecto del plazo estipulado por el Gobierno de la Ciudad y se enmarca en un contexto de definiciones políticas, con las elecciones legislativas programadas para el 18 de mayo y las listas prácticamente definidas.
El puente -también conocido como Ciudad de la Paz– se cerró en enero de 2023 por obras de mantenimiento que, según la planificación inicial, debían extenderse por un año. Sin embargo, el paso del tiempo sin avances visibles generó el malestar de los vecinos, que denunciaron la falta de información y el deterioro del entorno. Carteles y pasacalles con reclamos como “Que lo arreglen ya” se multiplicaron en la zona, mientras que el cierre prolongado afectó la seguridad, la movilidad y hasta la actividad comercial del área.
En ese entonces, la Ciudad explicó que las obras estaban frenadas por una “desinteligencia” entre los gobiernos de Nación y Ciudad, durante las gestiones de Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta. Como el puente atraviesa las vías del tren Mitre, se requería la autorización de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) y la Sociedad Operadora Ferroviaria (Sofse). El proyecto, inicialmente a cargo de Espacio Público, fue derivado al Ministerio de Infraestructura porteño al descubrirse que era necesario construir un puente casi nuevo, lo que extendió los plazos y complicó la ejecución.
Pasaron 22 meses hasta que finalmente se confirmó el inicio de las obras, a cargo de la empresa Autopistas Urbanas (AUSA). Finalmente, en noviembre de 2024, un cartel oficial anunció la reapertura de la primera etapa prevista para el 31 de marzo de 2025, con la habilitación exclusiva para tránsito liviano, como autos, motos y bicicletas.
En diálogo con Clarín, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, sostuvo hace unos meses: “Estos trabajos harán que recuperemos rápidamente la conectividad urbana y tendrá una altura limitante para que no ingresen camiones pesados. Al mismo tiempo estamos haciendo una licitación de un puente completamente nuevo, que reemplazará al actual”.
Durante el tiempo que estuvo cerrado, los vecinos denunciaron que la zona se había degradado y se había vuelto insegura, ya que también sufrieron las luminarias y todo el entorno.
El reacondicionamiento del puente comenzó el año pasado, a cargo de la empresa AUSA, con la pintura de las paredes, antes cubiertas de grafitis, y los primeros trabajos de mejoras en la zona, que incluyeron la repavimentación de las calzadas. También se repararon los desagües del tablero, se reconstruyeron las juntas y se incorporaron nuevos refuerzos metálicos.
Ahora, para esta segunda parte, se prevé la habilitación del tránsito para todo tipo de vehículos. Según explicaron desde el gobierno de la Ciudad, el plan contempla la construcción, en taller, de un nuevo puente metálico con una arquitectura similar, que reemplazará la estructura actual de manera definitiva. Además, no se descarta que en octubre el puente deba cerrarse nuevamente para completar el recambio de la estructura. Se estima que la segunda etapa se extenderá por 10 meses.
En su origen -1916- el puente fue construido para la circulación de tranvías. Casi 50 años después se le dio un uso vehicular; pero recién tiempo después se limitó el paso de vehículoes pesados.