Rodeado de bosques de encinas, matorrales y alamedas que crecen en las riberas de los ríos, Pobladura del Valle es un pueblo de unos 300 habitantes ubicado en el norte de la provincia de Zamora, España. Cercano a la sierra de la Culebra, es un lugar bien conocido por los amantes de la caza y de la pesca.
Algunos vestigios hallados en el curso bajo del río Órbigo son testigos de la presencia humana en la zona ya desde el Paleolítico. Sin embargo, Pobladura del Valle fue repoblado (de allí su nombre) en la Edad Media, cuando los reyes de León recuperaron la Península que estaba en poder musulmán.
Desde aquellos tiempos por aquí pasa la Cañada de la Vizana, utilizada por los ganaderos para llevar sus animales hacia los pastos de los montes de León, provincia a la que perteneció el pueblo hasta el siglo XIX. También es lugar de paso para los peregrinos que realizan el Camino de Santiago.
Ahora, los turistas llegan hasta Pobladura del Valle para disfrutar de las bodegas convertidas en restaurantes. Uno de ellos se ha ganado la fama en poco tiempo y está a cargo de un joven chef.
El pueblo de Zamora donde ahora los turistas se desvían solo para probar la cocina de un chef de 23 años
Con pintorescas calles empedradas, casas de adobe de fachadas encaladas y techos de tejas, Pobladura del Valle invita a conocer la vida rural de la España profunda.
La iglesia de Santo Tomás conserva un buen retablo, pero los turistas concurren a los restaurantes y a los tres museos: el del whisky (conserva unas 2.000 botellas), el naval y ferroviario (colección de maquetas) y la Bodega La Gruta (utensilios típicos del Valle).
Sin duda, el restaurante que está llamando la atención es La Trébede que ofrece una alternativa a los menús típicos de las áreas de servicio de las carreteras. Es un local discreto, de ambiente rústico, con una cocina totalmente renovada.
El responsable de este cambio es el joven Pablo González, formado en el prestigioso Basque Culinary Center, quien le dio nueva vida al restaurante que tenía una década de trayectoria. González fusionó la cocina tradicional de la región para darle un enfoque más creativo, aunque siempre ligado a los productos locales.
En su sitio web, La Trébede destaca su micuit (hígado graso de pato), proveniente de Selectos de Castilla, acompañado de mermelada de higos secos y frutos que recuerdan la esencia de la dieta del animal. Otro manjar es la carrillera de ternera bañada en vino tinto y acompañada de pimientos, cuya cocción se hace a fuego suave en una cazuela de barro.
Infaltable la pata de pulpo a la brasa, condimentada con mayonesa de ajo negro, acompañada con papas cocidas en romesco y coronada con aceite y pimentón de la Vera.
A la hora de los postres, la clásica tarta de queso o el cremoso de turrón, hecho de castañas en almíbar envueltas en chocolate son otras opciones más que tentadoras. El precio por comensal ronda los 35 euros.
El joven chef terminó su bachillerato en 2020 y partió hacia San Sebastián, en Euskadi, para formarse en el Basque Culinary Center. Aprendió de Luis Alberto, en Lera, y de Carlos Maldonado, en Raíces. Luego, trabajó en el Rosetta, de Elena Reygadas, en México, y regresó a Ávila, donde aprendió, en Barro, de Carlos Casillas.
En julio de 2024 Pablo inició su propio camino en La Trébede. Ayudado por sus padres y hermana, ha logrado el éxito en pocos meses. Además de salir en varios medios de España, su restaurante recibió la visita de la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien ha manifestado múltiples elogios a su cocina.