Walter Detzel cambia el modelo de negocio y apuntará a la exportación. Este nuevo plan se apoya en la nueva normativa del gobierno nacional en el mercado frutícola, que fue impulsado por él mismo.
El chacarero, quien produce sandias en Juan José Castelli, Chaco, fue noticia la semana pasada tras ser mencionado en un posteo del ministro de Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado.
La inquietud de la burocracia en la actividad comenzó en 2018, cuando se contactó con un comprador en Asunción, Paraguay, que vendía sandía en ese país. El comerciante paraguayo estaba interesado en comprar su producción ya que solamente estaban a 400 km de distancia versus los 2.000 km que lo separaba con Goiás, Brasil, donde usualmente compraba.
En ese momento, Detzel exportó 4 equipos, (28 toneladas cada uno) y el quinto equipo quedó bloqueado en la Aduana porque no cumplía las normativas vigentes: se exigía que la mercadería debía salir embolsada o enrejillada. “Nos dejaron pasar ese camión como única vez”, contó. “Sólo el Senasa nos pedía ese requerimiento. Directamente, perdimos el mercado“, agregó.
Según el productor, estaban dispuesto a cumplir los requisitos del Senasa porque los precios eran buenos y estaban dispuestos a embolsar la mercadería. Pero el problema era que el comprador externo no lo aceptaba.
“En realidad, el cliente compraba a granel como en cualquier país del mundo. La sandía embolsada se raya, se golpea, además aparece el costo adicional de la bolsa y el personal para descoser la bolsa. Además, la primera fruta sale bien y las otras se golpean y se manchan”, describió.
Una hectáerea rinde entre 25 y 30 toneladas de sandía.Ante esta situación, al no poder seguir enviando las sandias al mercado paraguayo, se restringió su negocio únicamente al mercado local.
La sandía se hace en gran parte del territorio nacional pero en Chaco, Formosa y Salta arrancan antes con la siembra debido a cuestiones climáticas. “Entonces, al sembrar primero hacemos las primicias a nivel nacional y esa condición nos permite acceder a los mejores precios”, comentó.
En esta zona la siembra arranca del 20 al 28 de julio, luego dependiendo del clima, en los primeros días de noviembre se cosechan manualmente entre 25 y 30 toneladas por hectárea de sandía. En su caso particular, con su padre producen unas 10 hectáreas de sandía.
Walter conoce a fondo la producción y el mercado de la sandía. En su momento, en Chaco se llegaron a producir 3.000 hectáreas de sandía que luego por cuestiones económicas se redujeron a las 1.000 hectáreas actuales. “Como es una fruta de estación, el precio esta muy atado al momento. Y nosotros hacemos primicia, entonces llegamos al mercado cuando hay muy poca producción a nivel nacional y los precios son muy buenos”. dijo.
Sin embargo, cuando hay sobreproducción (llegan al mercado las otras provincias competidoras como del litoral y Santiago del Estero), los precios se desploman, hasta directamente no las cosechan.
“Mi idea es buscar mercados externos, como Paraguay, Uruguay y Chile, lugares donde existe interés en nuestra producción y donde no podíamos acceder por estas cuestiones regulatorias que hora están resueltas” cerró Detzel.
Por otro lado, más allá de la desregulación del mercado, el productor chaqueño pidió que se necesita que se generen las condiciones para crecer en ventas. “Esto excede al gobierno este porque en los últimos años la demanda de los productos cayó en los mínimos históricos. No sólo con la fruta, sino también en carne y lácteos. Son años de arrastre, y el costo lo estamos pagando justamente ahora”.
“Momentáneamente todos nuestros productos se venden eh como como fruta fresca pero se podría industrializar. Remarcó que faltarían que aparezcan las empresas para que inviertan”, cerró sobre la posibilidad de darle más valor a la materia prima.