Tras la decisión de la Corte Suprema de Justicia de rechazar el pedido de licencia extraordinaria solicitado por el juez federal Ariel Lijo para asumir como ministro del máximo tribunal, en el Senado se agitó el avispero y comenzaron a circular más rumores que certezas sobre el camino que seguirá la oposición, que aún no se pone de acuerdo sobre si va a ratificar o rechazar los pliegos de los dos jueces designados en comisión por un decreto del presidente Javier Milei.
En una decisión que no dejó sorprender al ámbito político, los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Manuel García-Mansilla, quien junto a Lijo fue designado por decreto del Presidente- resolvieron no otorgarle la licencia al juez de Comodoro Py, (Ricardo Lorenzetti no votó) dejándolo ante al menos dos opciones: renunciar al cargo de juez o esperar la aprobación del Senado. La primera opción ya fue rechazada por el magistrado, pero el tema no deja de ser dinámico.
Obviamente que en la Cámara Alta siguen con atención los movimientos de la Corte y tras esta resolución comenzaron los llamados para acelerar los tiempos. En el kirchnerismo se mantuvieron herméticos, pero una fuente legislativa confió a Clarín que buscaban juntar las firmas para sacar dictamen en rechazo al pliego de García-Mansilla con el objetivo final de voltear ambas nominaciones en el recinto.
Lo cierto es que el tema ya genera urticaria en el bloque de Unión por la Patria, al menos desde el momento en que Claudia Ledesma Abdala (Santiago del Estero), Lucía Corpacci (Catamarca) y Sergio Uñac (San Juan) decidieron avalar con sus firmas el despacho que postula a Lijo para la Corte, lo que dejó al descubierto las diferencias.
Ante esta situación, José Mayans, jefe de la bancada, salió a declarar que tenía los 25 votos para bloquear los dos tercios, pero resulta que luego se puso en duda ese número, y cuando Milei anunció que iba a designarlos por decreto desde el peronismo advirtieron que iban a rechazar los pliegos en el recinto.
Pero al parecer, tras la apertura del período ordinario de sesiones, el peronismo tuvo un baño de realidad porque está lejos de conseguir los dos tercios y no tiene un acuerdo con los radicales para convocar a una sesión. Encima está el antecedente de un papelón reciente, cuando ambos sectores fracasaron en el intento de conformar una comisión investigadora del escándalo de la criptomoneda que involucra a Javier Milei y a su hermana Karina, secretaria general de Presidencia.
La larretista Guadalupe Tagliaferri, presidenta de la comisión de Acuerdos, aclaró que no hace falta que se convoque a una reunión de comisión para sacar dictamen en rechazo a la nominación García Mansilla. En rigor hay una voluntad de sectores de la oposición de debatir ambos pliegos en el recinto. El interrogante es cómo se reparten los votos a casi una semana de iniciado el período ordinario.
En tanto, el radical Pablo Blanco, que había anunciado tras el decreto de Milei que iba a pedir una sesión para rechazar los pliegos de los jueces designados en comisión, aún no pudo cumplir con el objetivo. Hasta este jueves, el fueguino no pudo sumar las cuatro firmas que necesitaba para convocar al debate. Para ser precisos no estaba el número para garantizar el quórum, 37 senadores.
Los libertarios esperan una señal de la Casa Rosada. “Veremos si en el transcurso de las sesiones ordinarias podemos conseguir los votos para que sean congraciados los jueces de la Corte”, fue el mensaje optimista de un senador de La Libertad Avanza mientras se enteraba por Clarín de que el Ejecutivo no iba a retirar el pliego de Lijo, otra jugada que desafía a la oposición política.
Más allá de este dato, está la duda de qué sucedería si el Senado rechaza los pliegos, tanto Lijo como García-Mansilla. En el oficialismo dicen que el ya asumido juez podría seguir en la Corte gracias a que cuenta con estabilidad en el cargo por un año. Pero lo cierto es que quedaría golpeado políticamente y se podrían cuestionar luego las sentencias en las que participe.
En tanto, desde la Casa de Gobierno mantienen marginada de la discusión a Victoria Villarruel, quien es la única alternativa que tiene Milei para al menos dilatar una definición ya que como titular de la Cámara Alta tiene la potestad de fijar el día y la hora de las sesiones.
En el PRO, que cuestionaron en su momento la nominación de Lijo, frente a este nuevo escenario apelaron a la interpretación de la Constitución para acomodarse a la resolución de Milei “Es una facultad del Poder Ejecutivo de duración limitada y expresada en el período de extraordinarias”, respondieron sobre el decreto que habilitó a García-Mansilla a jurar como nuevo juez de la Corte y a Lijo quedar a un paso de ser el quinto miembro del máximo tribunal.
Los aliados más cercanos al Gobierno estiman que no habrá novedades esta semana y lo más probable es que los distintos sectores se tomen el fin de semana para seguir negociando y tener una definición el próximo martes. Además mantendrán la propuesta de abrir una negociación para ampliar la Corte a 7 miembros, con dos sillas reservadas para las mujeres.
Sobre esta opción, desde el cristinismo apuntaron que tiempo atrás era una posibilidad, pero remarcaron que el Gobierno nunca tendió un puente de diálogo. En consecuencia ven poco viable esta salida ya que insisten que falta diálogo con el Ejecutivo.