Marilyn Monroe es un ícono de la cultura pop, una figura que, a pesar de los años, sigue siendo un referente de glamour y sofisticación. Uno de los aspectos más personales de su vida era su amor por el perfume, y el Chanel No. 5 fue su fragancia predilecta.

La actriz no solo lo usaba para eventos públicos o sesiones fotográficas, sino que lo llevaba en su intimidad, asegurando que solo usaba unas gotas de este perfume para dormir. Esta fascinación por el aroma no solo la conecta con la imagen del cine clásico, sino también con un personaje histórico que poco se sabe de su vínculo con esta misma fragancia: la ex reina Isabel II.

El Chanel No. 5, lanzado en 1921, fue durante décadas un símbolo de feminidad, lujo y distinción. Aunque pasó por diversas versiones y reinterpretaciones, la esencia del perfume sigue siendo la misma, combinando notas florales y amaderadas que capturan la esencia de la elegancia. Lo interesante de esta historia es que, además de Monroe, la reina Isabel II también fue una de las grandes admiradoras de este perfume.

Esta revelación, que se hizo pública gracias a una exposición sobre la historia de Chanel en Londres, dejó al descubierto una curiosa conexión entre dos mujeres de mundos completamente diferentes, pero con un gusto común por el mismo aroma.

Marilyn y su ritual nocturno con Chanel No. 5

Marilyn Monroe tenía un ritual muy particular cuando se trataba de perfumes. En varias entrevistas, la actriz reveló que su costumbre era dormir únicamente con unas gotas de Chanel No. 5, lo que hace aún más especial su vínculo con la fragancia.

Esta costumbre la hizo famosa, y su relación con el perfume se convirtió en un símbolo de su imagen sensual y enigmática. Sin embargo, Monroe también era conocida por su amor por el perfume Geranio floris. Durante una estadía en el Hotel Beverly Hills, ordenó media docena de frascos de colonia con este aroma, lo que muestra su curiosidad por diferentes fragancias.

Lo que pocos saben es que Isabel II compartía la misma fascinación por el Chanel No. 5. Esta revelación surgió gracias a una carta personal escrita por la propia reina, donde expresaba su preferencia por la fragancia.

Esta conexión entre la realeza y la estrella de Hollywood resalta la universalidad de esta fragancia, que no solo es popular entre las celebridades, sino que también fue apreciada por algunas de las figuras más poderosas del mundo. La elegancia de Chanel No. 5 parece ser un puente entre mundos diferentes, pero igualmente emblemáticos.



Fuente Clarin.com

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