En CABA se esconde un pasaje muy pintoresco y que pocas personas conocen, se trata de un rincón único con forma de cruz que culmina en una plaza escondida. Este sitio, con sus diagonales que conectan cuatro callecitas, se volvió un atractivo turístico que preserva su historia y encanto original.
A lo largo de más de 100 años, el lugar mantuvo su estructura intacta, ofreciendo una de las vistas más pintorescas del barrio porteño de Chacabuco.
El Pasaje Butteler tiene forma de cruz, un diseño urbano que conecta cuatro callecitas y culmina en una pequeña plaza central. Esta estructura, que data de 1910, se proyectó como un circuito de acceso para los obreros de la zona.
Sin embargo, con el tiempo, se transformó en un atractivo único para los visitantes de Buenos Aires.
Además de su peculiar estructura, el Pasaje Butteler posee una rica historia que lo convierte en un tesoro escondido de la ciudad. El espacio fue donado por Azucena Butteler en 1907, con la intención de brindar a los trabajadores humildes del barrio acceso a viviendas dignas.
Con el paso de los años, este lugar, con su plaza, fue cuidadosamente conservado, lo que le permitió mantener su esencia intacta. A raíz de su importancia histórica, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires declaró el área como “Área de Protección Histórica”.
Esto asegura que las casas del pasaje sigan preservando su aspecto original y que el sitio continúe siendo un símbolo de la historia de la ciudad.