“Querida Amazonia. Por una Iglesia con rostro amazónico”. El nuevo Papa Leon XIV ama la encíclica de Francisco y hace solo seis meses pidió en un mensaje propio “pasar a los hechos” en continuidad con la visión de Jorge Bergoglio cuando Robert Prevost era ya el presidente de la Comisión para América Latina.
En noviembre, en Brasil, el nuevo pontífice podría devenir “crucial para los desafíos ambientales de nuestro siglo”, escribe Giacomo Talignani en La Republica. Se iniciará la conferencia mundial sobre el clima para afrontar los desafíos ambientales del siglo.
El enfrentamiento sobre el clima se hace más fuerte entre el Papa nacido en Chicago y el presidente norteamericano Donald Trump, que hace años viene negando la crisis ambiental y climática, impidiendo la lucha contra las emisiones globales que recalientan el planeta.
León XIV, con su larga experiencia de veinte años en Perú con sus ocho años de obispo de Chiclayo, una ciudad cercana a la Amazonia peruana, ha recalcado su interés por las comunidades indígenas, reclamando la necesidad de proteger el ecosistema y los derechos de las poblaciones.
Los años de vecindario con la Amazonia peruana han enseñado el nuevo papa a brindar una atención a la Amazonia en línea con Francisco. La Amazonia, pulmón verde del planeta Tierra, es un lugar crucial para el futuro con su riqueza ecológica y global. Especialmente para salvar los derechos de los pueblos indígenas.

León XIV destaca la importancia de la ecología integral y ha urgido, cuando era obispo en Perú y como presidente de la Comisión para la América Latina del Vaticano, sobre la necesidad de un dialogo entre los pueblos indígenas y los otros actores involucrados en la gran región amazónica.
Defensa de las comunidades indígenas
El empeño del nuevo pontífice por sensibilizar a la Iglesia Católica por el problema, corre paralelo con la comunidad de ideas con el argentino Bergoglio y sus exhortaciones por la Amazonia de nueve países, 6,7 millones de kilómetros cuadrados y 45 millones de habitantes.
Robert Prevost ha sostenido la necesidad de proteger a las selvas amazónicas de los intereses que causan daño a la actividad humana, poniendo de relieve la importancia de defender a las comunidades indígenas garantizándoles su derecho a la tierra y a la autodeterminación.
El pontífice sostiene que se debe afrontar sin vueltas ni postergaciones un debate amplio para afrontar la crisis climática y garantizar un futuro sostenible al planeta Tierra y sus poblaciones.
León XIV destaca que las iglesias locales deben ser un importante interlocutor con las autoridades políticas y los responsables de la gestiones de las regiones, que en Amazonia en particular es una actividad estrechamente vinculada con la defensa de los derechos humanos.

No hay que olvidar que en su vida religiosa, el papa Prevost ha sido ante todo un misionero. Una frase famosa que escribió dice: “Un misionero no va donde lo quieren sino donde es necesario. Y se queda hasta cuando lo quieren pero ya no es más tan necesario”, Lo dijo cuando el 12 de abril d 2023 se despidió de su amada diócesis de Chiclayo, en la que transcurrió ocho años, llamado por Francisco para incorporarlo como “ministro” en el Vaticano y presidente de la Comisión para América Latina.
Incansable evangelizador, que a caballo recorría vastas regiones del norte de Perú, creía que “en esta etapa, el desafío más importante es erradicar la pobreza”. “Si no lo logramos no lograremos un desarrollo sostenible”.
El nuevo pontífice siguió de cerca los documentos de Francisco y en especial la gran encíclica Laudato Sí, que a partir de 2015 dio un gran empujón en la Iglesia en la lucha por las políticas ambientales.
Investigadores internacionales publicaron una investigación que sostiene que el 10% más rico del mundo es hoy responsable de dos tercios del recalentamiento global. Una afirmación que coincide con la afirmación del nuevo Papa, que afirmó la necesidad de combatir “acciones tiránicas en beneficio de pocos”.
La nueva investigación sobre la Naturaleza del Cambio Climática, demuestra que los ricos son los principales responsable de la crisis del clima que aumenta la temperatura y el recalentamiento de los mares, que llevan a eventos extremos de sequía que significan hambre y pobreza en las áreas menos desarrolladas del planeta.
Robert Prevost vivió de cerca esta realidad en sus misiones en Perú y se espera que sea un Papa misionero testigo que de un gran aporte a los cambios tan necesarios en noviembre, cuando se espera que el nuevo Papa vaya a la conferencia mundial COP30 en Brasil.
La ultima investigación internacional reveló que a causa de las emisiones de los ricos, las desigualdades sociales y las injustificadas alteraciones climáticas, debido a los consumos y las inversiones de los ricos, han tenido un impacto desproporcionado en los acontecimientos meteorológicos extremos y las comunidades más pobres.
El nuevo Papa reclamó que “debe haber una relación de reciprocidad con el ambiente” y no “un dominio tiránico” por la urgencia “de pasar del discurso a la acción ambiental”. Una acción “que exige una respuesta radicada en la Doctrina de la Iglesia”.
Se espera una intervención del nuevo pontífice que como hizo en el pasado de enfrentar las posiciones del presidente norteamericano Donald Trump sobre la inmigración y las expulsiones de ciudadanos, afronten el hecho de que Trump está relanzando las políticas anticlima, en contraposición al multilateralismo climático.
Gina McCarthy, ex administradora de la Agencia para la Protección Ambiental de EEUU, dijo que “el negacionismo y oscurantismo desenfrenado del presidente Trump, dejará cuando se vaya una devastación”.