La campaña agrícola 2025/26 se desenvuelve en un contexto económico completamente distinto al de los últimos años. Según el especialista en financiamiento agropecuario Martín Nava, de la consultora AZGroup, el sector enfrenta ahora tasas de interés positivas a la hora de financiarse, un cambio sustancial respecto de las campañas anteriores.
“En toda la cadena de los agronegocios se observa que, cuando por alguna circunstancia necesitamos financiarnos, lo hacemos con tasas positivas. Esto implica, a diferencia de varias campañas agrícolas consecutivas anteriores, que asistimos a un cambio sustancial. Hasta la campaña 2023/24 lo hacíamos a tasas negativas y, a veces, el resultado financiero favorable superaba al productivo”, explicó Nava.
Este giro en las condiciones de financiamiento tiene múltiples implicancias. Una de las más visibles es la necesidad de ajustar los modelos de negocios. Las empresas, tanto productoras como proveedoras de insumos, han debido adaptar su planificación: se terminó la estrategia de comprar por adelantado para aprovechar precios o tasas. Ahora se compra lo estrictamente necesario.
“Se pasó de un negocio donde los stocks de ambos lados ‘garpaban’, a un negocio en el que se compra muy selectivamente, solamente por necesidad de aplicación, donde los stocks no son convenientes ni compatibles con las proyecciones”, precisó Nava.
Los datos que maneja AZGroup reflejan este nuevo enfoque: solo se ha adquirido el 35% del fertilizante, el 40% de los herbicidas y el 54% de la semilla necesarios para la próxima campaña. A esto se suman otros factores adversos, como los bajos precios internacionales de los granos y las inclemencias climáticas, lo que genera una ecuación de márgenes brutos ajustados y un escenario de incertidumbre.
La clave: conocer bien las opciones de financiamiento
En este contexto, Nava advierte que tanto los productores como las empresas proveedoras deben manejar con precisión las herramientas financieras disponibles.
“Les continúa siendo indispensable disponer de un consistente conocimiento de las alternativas financieras para no convalidar tasas inconvenientes, por un lado, y por el otro, para continuar ofreciendo soluciones financieras a los productores que les permitan cerrar compras con plazos, que es el objetivo del 60-70% de empresas productoras”, explicó el analista.
Las opciones vigentes para financiar la campaña 2025/26
A pesar de las dificultades, existen alternativas viables, sobre todo en financiamiento en dólares, que ofrecen condiciones relativamente accesibles si se comparan con los créditos en pesos. Nava resume las principales posibilidades:
-Agroquímicos y semillas: las plataformas digitales agro asociadas a la banca privada ofrecen financiación en dólares a tasa cero, hasta 360 días. Esta modalidad se logra gracias a convenios entre bancos y proveedores de insumos, que asumen el costo de la financiación.
-Fertilizantes: también conviene financiarlos en dólares, aunque en este caso las tasas arrancan en 8,5% TNA a 360 días. La banca oficial, por su parte, ha perdido competitividad en este rubro, ya que solo financia en pesos con tasas incompatibles con la proyección de devaluación del tipo de cambio.
-Capital de trabajo: en línea con lo anterior, la financiación en dólares es la más competitiva, tanto desde la banca oficial como privada, con tasas entre el 8,5% y el 9,5% TNA y plazos de hasta 18 meses.
-Maquinaria agrícola: todavía se pueden encontrar opciones atractivas, lanzadas recientemente en Agroactiva. Bancos como Nación, Provincia de Buenos Aires y Bancor ofrecen créditos en pesos y en dólares, con plazos de hasta 48 meses para la compra de maquinaria nueva y usada.
Desafíos de adaptación
Para Nava, lo que se impone es una gestión financiera precisa y un cambio de mentalidad en los modelos de decisión. Ya no alcanza con enfocarse solo en la eficiencia productiva: hay que sumar eficiencia financiera, y esto incluye desde conocer las condiciones de crédito hasta elegir el mejor momento para comprar o vender.
“La combinación de este escenario con márgenes brutos del negocio débiles genera un gran desafío, tanto para las empresas del sector, como para los bancos o agentes de financiación”, concluyó.
El mensaje es claro: en tiempos de tasas positivas y rentabilidades ajustadas, financiar bien puede ser la diferencia entre sostener la empresa o perder competitividad. La campaña 2025/26 exigirá no solo capacidad agronómica, sino también inteligencia financiera.